“El Barça vuelve al camino de los beneficios con el objetivo de iniciar un nuevo c?rculo virtuoso”. Este es el encabezado de la nota que el FC Barcelona remiti? tras presentar los resultados de 2021-2022 y las proyecciones para 2022-2023. Esa expresi?n, que se remonta al primer mandato de Joan Laporta, se basa en que la inversi?n inicial en plantilla deportiva es la que traer? t?tulos y, posteriormente, crecimiento econ?mico. Y es cierto, aunque la presi?n de este negocio y el medio-largo plazo que exige puede acabar provocando que se entre en un c?rculo vicioso si no llegan los resultados. A eso se expone hoy el club si, por miedo a la presi?n social y medi?tica, se acaba fichando m?s en invierno.
Hablar de c?rculo virtuoso tiene sentido cuando se parte de una situaci?n en la que el club es capaz de absorber esas inversiones con su propia actividad recurrente. No es el caso. La inversi?n de 2021-2022 y 2022-2023 se ha cubierto con la venta de activos de forma extraordinaria, tapando as? un agujero de 200 millones de euros anuales. Esa es la diferencia entre lo que se gasta y lo que realmente se ingresa.
Admito que soy escéptico con la idea del c?rculo virtuoso, al menos en el cuanto a potencial de crecimiento actual del club. El punto de partida de 2003 no es ni de lejos el actual. Hoy faltan ingresos, pero porque en buena parte se los llev? la pandemia. Hace veinte a?os realmente hab?a una infraexplotaci?n de la marca blaugrana y no se hab?a producido el boom audiovisual de la ?ltima década. Hoy, en cambio, el Barça ya ha colocado sus principales activos y, a la espera del Espai Barça, cualquier incremento de ingresos ser? moderado y fruto de la creatividad para abrir nuevas l?neas de negocio cuya aportaci?n es incierta, como la de los productos digitales.
La encrucijada en la que se encuentra Laporta la admit?a él mismo en la pasada asamblea. “Sabemos que no podemos funcionar eternamente a base de palancas”, pero “se nos exigen resultados inmediatos y tenemos que dar respuesta lo m?s pronto posible”. Y la afici?n, con paciencia dif?cil de pedir en el f?tbol, tiene un papel crucial en esta misi?n de que el c?rculo virtuoso no se convierta en un c?rculo vicioso de gasto y venta de activos -ll?mele jugadores, trueque o palanca- para cubrir agujeros.
Entrar en esa din?mica y aderezarla con una pandemia ha llevado al Barça a una delicada situaci?n econ?mico-deportiva. Y ser?a muy ego?sta por parte de los que vivimos el presente que pidamos una “pasta al pasto” que no tenemos porque queremos gozarlo en el Camp Nou, aunque eso sea a costa de los que vendr?n después.
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