Ha arrancado una nueva edici?n de ‘Masterchef celebrity’. Un programa de ‘show’ gastron?mico que resulta que es la tabla de salvaci?n a la que se agarra desesperadamente la gran televisi?n p?blica de Espa?a (TVE-1). Es para meditarlo.

Esta nueva edici?n ha concitado menos interés que cualquier otra anterior. O sea, también aqu? seguimos bajando. Han tenido, eso s?, un repunte de popularidad medi?tica, unos titulares y comentarios puntuales, en negativo, porque Samantha Vallejo-N?gera se ha detenido a charlar, y le ha dado cancha y visibilidad al vicepresidente de Castilla y Le?n, el pol?tico de Vox Juan Garc?a Gallardo. Esto ha irritado a los sectores que consideran que a los pol?ticos de Vox hay que ignorarlos. Como si no existieran. Y mucho menos usar la tele p?blica para ‘blanquearlos’. ?Ah! La realidad es que existen. Y que un buen n?mero de votos les avalan.

A m? me parece que esta polémica est? mal enfocada. El problema de Garc?a Gallardo no es que lo ense?en en TVE, lo tremendo es que ha quedado impresentable. Estaban los aspirantes a cocineros en Segovia, en la Real Granja de San Ildefonso, y el equipo azul prepar? perdiz escabechada con puré de zanahoria y cebolletas glaseadas. Una exquisitez notable. Samantha se acerc? al pol?tico, y le pregunt? qué le hab?a parecido el manjar. Y el de Vox contest?: «La perdiz... bastante buena. El puré falla. Est? un punto amargo».

Hombre, pues muy mal. Este pol?tico ha comido a dos carrillos, completamente gratis, y en lugar de agradecerlo cuestiona lo que se ha zampado. Muy dolida debe de estar Norma Duval, que fue una de las cocineras de la perdiz. Después de tantos a?os de hacer campa?a para la derecha (fue fervorosa ‘supporter’ de Aznar), no se merec?a este desprecio de su perdiz escabechada. Hay pol?ticos que funcionan as?: se hinchan a comer cada d?a a cargo de los presupuestos del Estado, y encima dicen que lo encuentran amargo.

A m? lo que me ha gustado de este 'Masterchef' es cuando Jordi Cruz se ha ofrecido a Patricia Conde para hacerle un boca a boca all? mismo, sobre la marcha. ?Ahh! Estaba Patricia angustiada por una paletilla al horno, y dec?a que estaba a punto de darle un infarto. «Pues te doy un masajito y te hago el boca a boca», le dijo Jordi muy cari?oso y entregado. Fue una l?stima no poder ver el boca a boca. La audiencia se habr?a disparado.



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