Estamos en la era de los v?deos cortos para las redes sociales. Instagram, Tik-Tok, los reel, las stories y dem?s “palabros” para situarlos no son sino un reflejo de esa necesidad que tiene la sociedad actual de consumir informaci?n, im?genes, sensaciones, impactos… de una manera breve, casi instant?nea.
M?s informaci?n (Auto)
T?tulo noticia (Auto)
F?jense que incluso hay quien habla de “periodismo” (o literatura incluso) cuando se refieren al escaso n?mero de caracteres que permite un tuit.
Cuando analizamos el tiempo de permanencia de los lectores en cualquier art?culo publicado en la red, o incluso en un video, uno puede llegar a pensar equivocadamente que con la incursi?n de lo digital los humanos hemos desarrollado una capacidad lectora supers?nica. Mentira. La brevedad, el escaso tiempo que la gente dedica a ello no es sino una consecuencia del escaso interés por profundizar en las cosas a la que nos ha llevado el mundo globalizado en el que m?s que vivimos, residimos, o estamos, eso, de paso. Somos coleccionistas de impactos, nos movemos por impulsos, y la pausa ha tomado el car?cter de la anomal?a.
F?jense en el atletismo, sin ir m?s lejos. Los atletas m?s populares, los que venden m?s zapatillas de running y camisetas de colorines no son los esforzados maratonianos, ni los sufridos marchadores, o los abnegados saltadores. El escaparate del tart?n lo protagonizan los sprinters. Usain Bolt, Carl Lewis, Jesse Owens… (y durante alguna época también los de los 1.500 metros: Coe, Ovett, Maree, Aouita, Cram, Morecelli, El Guerrouj…)
Y ahora esa tendencia al “consumo instant?neo” se ha instalado en el motorsport. No me dir?n que no es curioso que haya tardado tanto en imponerse la f?rmula de las “carreras al sprint” precisamente en un mundo donde se rinde tributo constante al dios del tiempo: Cronos. La constataci?n de esta querencia al visto y no visto también el mundo del motor la vemos perfectamente reflejada en la tarde de este s?bado. Por primera vez en la historia, y casi en el tiempo, van a coincidir la cuarta carrera al sprint de la temporada de MotoGP en Jerez, con la primera del a?o para la F1 en Bak?.
La idoneidad del sistema, su f?rmula, ha sido duramente criticada por los analistas m?s puristas de cada deporte. A mi, por ejemplo, el sistema al sprint de la F1 no me acaba de convencer tras dos a?os de funcionamiento. Y que ahora, con el arranque del tercero, se modifiquen algunos aspectos de su reglamento deportivo, todav?a menos. El deporte, cualquiera, el que sea, necesita estabilidad. Para inventos ya est? la Kings League. En cambio en las motos, pese a las dudas y temores que el formato pudiera despertar antes de su puesta en escena, el consenso sobre la espectacularidad de las carreras de los s?bados es absoluto. Sin olvidar los riesgos que, indudablemente, acarrean.
Dicen que la funci?n crea el ?rgano. Y es cierto. El tiempo nos demostrar? que del mismo modo que hay ciclistas sprinters, contra-relojistas y escaladores; o que en tenis encontramos especialistas en cada superficie utilizada, las carreras al sprint dar?n paso a una nueva generaci?n de pilotos, capaces de exprimir todo su potencial en esa explosi?n de adrenalina que se derrocha en apenas un pu?ado de vueltas. Y, yo no lo veré pero los m?s j?venes s?, el formato de las carreras cortas (f?jense sino en los kilometrajes recorridos en las pruebas del actual WRC en comparaci?n con los rallyes del pasado) acabar? imponiéndose a las a veces tediosas carreras de siempre. Le Mans a parte, claro.
Es la era del pim-pam, del consumo instant?neo. Y, s?, también de la superficialidad.
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