منتديات فور يو القسم الرئيسي food and agriculture news Letiziaman?a: de amenaza para la monarqu?a a la ?ltima esperanza para la Corona
الريــم Senior Member

El 22 de mayo de 2004,Felipe de Borb?n y Letizia Ortiz contrajeron matrimonio en la Catedral de la Almudena de Madrid. El evento, que reuni? a 1.200 invitados entre los que se encontraban representantes de casas reales, jefes de estado, familiares y diferentes personalidades con mayor o menor v?nculo con los contrayentes, pon?a el broche feliz a un noviazgo que hab?a estado a punto de frustrarse. Al mismo tiempo, daba pistas sobre lo que suceder?a con las familias de los contrayentes en los a?os posteriores.

Cuando todav?a no se hab?an dado el "s?, quiero", Felipe Juan Froil?n de Marichalar y Borb?n se dedic? a patear a una de sus primas y molestar los dem?s ni?os invitados a la boda mientras sus padres miraban al muchacho con simpat?a y le re?an las gracias. Por su parte, aunque los novios hab?an afirmado que no se ir?an de luna de miel por respeto a los fallecidos del 11-M, emprendieron un viaje de ensue?o contratado en secreto por el suegro a través de su amante. Por ?ltimo, antes incluso de que se subieran al avi?n, las columnas de opini?n, las tertulias y la ciudadan?a comentaban el aspecto de los invitados, ceb?ndose con extrema crueldad en los abuelos de la novia, a la que también se le afeaba su origen plebeyo, su profesi?n de periodista, haber tenido otras parejas, ser divorciada o reclamar un derecho tan b?sico como el de no ser interrumpida por su futuro esposo durante la comparecencia tras la petici?n de mano.

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Letizia y Felipe, durante su boda celebrada en 2004.
/ JORDI COTRINA
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"Cuando Manuel Gued?n, el editor de Lengua de Trapo me pidi? un libro para su colecci?n de Episodios nacionales, me coment? que podr?a estar bien hacer uno sobre la realeza o sobre las novias del pr?ncipe. Sin embargo, como las novias duraron a?os o meses y no fueron muy oficiales, le propuse hacerlo sobre Letizia. Coincid?a adem?s que se cumpl?an 20 a?os de la boda, as? que me parec?a un buen momento para echar la mirada atr?s y escribir no tanto sobre la actual reina, sino sobre Espa?a y c?mo diferentes sectores sociales recibieron a Letizia", explica Mart?n Bianchi Tasso, periodista habitual de El Pa?s y Cadena Ser, que acaba de publicar Letizia en Vetusta (Lengua de Trapo, 2024).

El libro, concebido como un reportaje extenso, repasa c?mo fue recibido por la ciudadan?a el compromiso de Felipe y Letizia y las consecuencias que la boda tuvo para la actual reina y su familia. Todo ello narrado con la inteligencia que caracteriza a Bianchi que, en esta ocasi?n, se muestra en su doble faceta de espa?ol de elecci?n y argentino de nacimiento. "Muchos latinoamericanos tenemos un sentimiento enfrentado con el imperio. Por una parte se repudia Espa?a, pero por otro se la mira con fascinaci?n —explica—. Con los reyes pasa un poco lo mismo. Aunque toda América Latina se independiz? del imperio, cada vez que va un rey de visita la gente se vuelca, porque sentimos fascinaci?n por las cosas que no nos pertenecen. En mi caso, también tengo ese rechazo y esa fascinaci?n que, por otra parte, creo que resultan muy ?tiles porque permiten mantener el interés por el tema pero, al mismo tiempo, verlo desde fuera".

Del mismo modo que Mart?n Bianchi se debate entre esa contradicci?n generada por el racionalismo republicano y el sentimentalismo mon?rquico, la corona espa?ola se debate entre la incoherencia que supone operar en estructuras de poder contempor?neas con unos conceptos arcaicos y medievales. Una situaci?n para la que ha sido clave la figura de Letizia Ortiz.

Conexi?n con la realidad

"En Espa?a, donde los poderes tienen que llegar a acuerdos para poder gobernar, existe una instituci?n, la jefatura del Estado, que no tiene que recabar ning?n consenso porque es hereditaria y no est? sometida a las urnas. La ?nica persona de esa instituci?n que no forma parte de ella originalmente, es Letizia que, adem?s, es la ?nica que, hasta los 30 a?os, pagaba su hipoteca, iba al supermercado… A d?a de hoy, todav?a tiene esa conexi?n con la realidad, con esa sociedad que no llega a fin de mes, que tiene que hacer méritos para progresar en su vida profesional y es justamente por eso por lo que es una figura tan valiosa para ellos", explica Bianchi, que destaca c?mo esa contradicci?n entre tradici?n y modernidad est? a?n m?s acentuada por el propio actuar despreocupado, cuando no consciente, de los miembros de la familia real espa?ola.

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Mart?n Bianchi Tasso, autor de 'Letizia en Vetusta'.
/ MIGUEL BALBUENA
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"Aunque resulte absurdo porque Juan Carlos pod?a haber renunciado a su t?tulo de rey como ya sucedi? en, por ejemplo, Pa?ses Bajos —puntualiza Bianchi—. Ahora, sin embargo, hay una familia real que es la de Felipe, Letizia y sus hijas y otra familia real, que es la de Juan Carlos, sus hijas y sus nietos. Esta parte, apoyada por los saud?es y la parte de la familia real griega que m?s dinero tiene, sigue con esa vida juancarlista del jet privado, de residir en una isla en Abu Dabi, de trabajar en el extranjero, de mantener reuniones con gente indeseable y de no dar explicaciones de nada".

Esa falta de empat?a del juancarlismopara con el pueblo al que dice servir, fue la misma que sufri? Leticia y su familia al emparentar con la Familia real, la cual no se preocup? de proteger a los Ortiz-Rocasolano, quienes sufrieron el acoso de los periodistas, el escrutinio de los tertulianos, el escarnio de la aristocracia y hasta el tr?gico fallecimiento de uno de sus miembros.

"Cuando se anunci? el compromiso, Letizia se mud? de Valdebernardo a la Zarzuela. Ella entr? en ese ambiente, pero su familia no. Ellos tuvieron que seguir con su vida normal, yendo a sus trabajos, pero la Casa Real ni los capacit? para tratar con la prensa ni les dio los medios y la protecci?n de los que ellos gozaban. En ese sentido, los Ortiz-Rocasolano se sintieron abandonados porque, aunque ten?an que asistir a galas, no ten?an dinero para comprar un vestido de Felipe Varela, para tener guardaespaldas o para un mont?n de cosas a las que tuvieron que enfrentarse y por las que pagaron precios muy altos. Por ejemplo, el suicidio de Erika o el acoso de los medios de comunicaci?n, que vieron en ellos unas piezas muy apetecibles".

Un regalo envenenado

Hace 20 a?os, cuando preparaba la pedida de mano de Letizia Ortiz, Felipe de Borb?n le encarg? a su hermana Cristina que fuera a retirar de la joyer?a Su?rez de Madrid un anillo que hab?a previamente elegido por cat?logo. "Se lo dijo a ella porque, si iba él mismo a buscar una sortija de compromiso, toda Espa?a se iba a enterar antes de tiempo de la noticia", aclara Bianchi que explica c?mo, finalmente, la infanta Cristina decidi? no ir y le traslad? la responsabilidad a su esposo, I?aki Urdangarin: "Durante el proceso del caso No?s, Diego Torres declar? que la sortija fue comprada con fondos de No?s que nunca fueron repuestos porque Urdangarin decidi? no cobrarle el dinero correspondiente a su cu?ado. A partir de entonces, esa sortija quedar?a maldita y, cuando Letizia se enter? del hecho, no volvi? a ponérsela. Es una anécdota muy simb?lica porque la sortija qued? manchada, del mismo modo que ha quedado manchado este matrimonio, amenazado siempre por lo que pueden hacer los familiares del rey, que ya han demostrado que no forman una familia modelo sino un grupo bastante disfuncional", comenta Bianchi.

Durante a?os, la sociedad espa?ola no fue consciente de las fallas emocionales de los Borbones o de sus ilegalidades. Presentados como un ejemplo a seguir, cuando se hicieron p?blicos los noviazgos de Isabel Sartorius y Eva Sannum, el entorno del rey Juan Carlos contribuy? a crear un ambiente adverso a dichas relaciones por considerar que no estaban a la altura moral del heredero.

"Don Juan, por ejemplo, dio entrevistas desalentando a Felipe para que siguiera con el noviazgo de Sartorius y, con Eva Sannum, el acoso fue todav?a m?s brutal. Se publicaron tres terceras en ABC, el peri?dico mon?rquico por excelencia, que influyeron mucho en que el estado de opini?n fuera contrario a ese noviazgo. No sé si hoy en d?a eso sigue sucediendo y desconozco si los movimientos de Jaime del Burgo fueron teledirigidos o fueron obra de un lobo solitario. Me cuesta pensar que no sea un lobo solitario, pero no lo sé", reconoce Bianchi, que destaca c?mo el fen?meno Letizia también se ha dejado notar en aspectos m?s personales como, por ejemplo, las aficiones culturales de los nuevos monarcas. Mientras que Juan Carlos primero y sus hijas siguen mostrando su apoyo a la tauromaquia, la caza de elefantes o el deporte, Letizia ha conseguido que un Borb?n vea pel?culas de Kurosawa subtituladas y lea, aunque solo sea un libro: El Doncel don Enrique el Doliente de Mariano José de Larra, que la actual reina regal? a su prometido el d?a de la pedida de mano.

"Letizia ha aportado much?simo en el aspecto cultural. Es una persona que arriesga, que va a la Feria del libro y elige los t?tulos que se lleva, que suelen ser lecturas que buscan cosas m?s all? de lo consagrado. Lo mismo sucede en los premios Princesa de Asturias, en los que se est?n imponiendo otros perfiles, como m?s mujeres, o en las recepciones en Mallorca, donde se ha recibido a miembros del colectivo LGTBI por iniciativa de Letizia. Son cosas que parecen normales, pero que hasta que no lleg? ella no suced?an", explica Bianchi, que intuye que "si algo mantiene en el sitio a Letizia, m?s all? del amor a su marido y su familia, es esa curiosidad imprescindible para todo periodista. De hecho, aunque no ejerza la profesi?n, creo que es la periodista mejor informada de Espa?a", se atreve a afirmar el escritor al que, aunque no le consta, tampoco le extra?ar?a que, en virtud de esa curiosidad, la reina ya haya le?do Letizia en Vetusta.



"Mientras lo escrib?a, por un lado pensaba: '?Le gustar? o no?', pero por otro ten?a claro que no estaba escribiendo un libro para ella, sino para un lector que le interesase mi punto de vista cr?tico, no tanto hacia Letizia, que ya ha sido muy criticada, sino hacia Espa?a, hacia nosotros mismos. En definitiva, reflexionar si realmente hemos cambiado o si seguimos exigiéndole a Letizia una serie de cosas que no le exigimos a esa otra gente de su entorno".


'Letizia en Vetusta'




Mart?n Bianchi Tasso

Lengua de Trapo

120 p?ginas | 16,90 euros







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