El pasado octubre, un art?culo de John Koblin en 'The New York Times' recordaba lo mucho que cost? a HBO empezar a hacer series con protagonismo femenino. Los primeros contenidos propios de la por entonces cadena de cable (como la querida serie 'Sigue so?ando', abundante en desnudos gratuitos) estaban eminentemente dirigidos a los hombres, seg?n parece porque entre los altos ejecutivos de la compa??a se cre?a que en las casas era el var?n quien decid?a si se pagaba la suscripci?n.

Aquella idea cay? por los suelos con el estreno en 1996 de 'Si las paredes hablasen', telefilme protagonizado por mujeres, de tem?tica proabortista, que se convirti? en su producci?n propia m?s exitosa hasta la fecha. Y sigui? cayendo dos a?os después, desde el 6 de junio de 1998, para ser precisos, con el estreno de un gran fen?meno llamado 'Sexo en Nueva York'. Su 25? aniversario es una excusa tan buena como otra cualquiera para recordar y reivindicar una serie importante no solo para HBO, sino también para las series o la cultura popular del ?ltimo cuarto de siglo.

M?s informaci?n (Auto)


T?tulo noticia (Auto)






Al margen de las generalistas

El creador televisivo Darren Star empez? a moldear 'Sexo en Nueva York' después de ser entrevistado para una revista por Candace Bushnell, autora de las columnas del 'New York Observer' con las que empez? todo. Primero lo vio como pel?cula y, después, como una serie "que pareciese una pel?cula independiente hecha para televisi?n; no recomendada para menores de 18 a?os, adulta, muy franca y honesta sobre las relaciones sexuales", seg?n explicaba en el reciente libro 'It's not TV: The spectacular rise, revolution, and future of HBO', del citado Koblin y Felix Gillette.

Lo que ten?a bastante claro es que algo as? no pod?a prosperar en las cadenas generalistas. Cuando hizo 'Sensaci?n de vivir' para Fox, se vio obligado a ser mojigato con el sexo. Y cuando se le ocurri? presentar a un personaje gay en 'Melrose Place' (Matt Fielding, encarnado por Doug Savant), la respuesta de algunos ejecutivos de la misma cadena fue ofensiva. Aunque ABC lleg? a interesarse por 'Sexo en Nueva York', HBO insisti? todav?a m?s y parec?a una casa natural para esa visi?n descarada, libre o fluida de (no solo) la sexualidad.

En cada episodio, la columnista freelance Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker) sol?a filosofar sobre lo carnal y lo espiritual a través de una pregunta que ella misma acababa contestando a través de la observaci?n de s? misma y sus amigas, a saber, la m?s o menos sensata Miranda (Cynthia Nixon), la relativamente inocente Charlotte (Kristin Davis) y esa diosa hipersexual de enorme coraz?n llamada Samantha (Kim Cattrall). Lo que empez? como manual pr?ctico de orientaci?n en la jungla de las citas de Manhattan evolucion?, gracias a las buenas artes del guionista Michael Patrick King, en algo m?s centrado en las relaciones de amor y amistad que duran m?s de una noche e incluso en una reflexi?n sobre la enfermedad y la muerte. Todo ello, sin perder nunca el descaro.

M?s all? de la red de hombres

Como recuerda el historiador de la comedia Saul Asterlitz en 'Sitcom: A history in 24 episodes from 'I love Lucy' to 'Community'', "la telecomedia siempre hab?a sido una esfera agradable para las mujeres, que ofreci? a estrellas como Lucille Ball ['Te quiero, Lucy'] y Mary Tyler Moore ['La chica de la tele'] oportunidades m?s c?modas y duraderas que el cine. Pero para poder domesticarlas adecuadamente, deb?an estar rodeadas de una red de hombres: maridos, vecinos, jefes, colegas del trabajo".

Igual que sus precedentes de Miami 'Las chicas de oro', estas neoyorquinas pod?an estar interesadas en los hombres, pero nada les importaba m?s que sus mejores amigas. El espectador ten?a el privilegio de observar de cerca, como mirando por una rendija, sus conversaciones sobre escapadas sexuales y temas ?ntimos de toda ?ndole. La diferencia entre, digamos, Blanche Devereaux (maravillosa Rue McClanahan) y Samantha Jones es que esta ?ltima tuvo permiso para ser completamente expl?cita en sus cr?nicas de liberaci?n sensual.

Adem?s de para hablar claro, las mujeres de 'Sexo en Nueva York' ten?an permiso para portarse mal, algo bastante inusual (con excepciones como la Murphy Brown de Candice Bergen) en un tiempo en que ser mujer en televisi?n segu?a equivaliendo, sobre todo, a ser buena y lucir anillo de casada. Pero aqu? ten?amos a Carrie enga?ando a su buen novio Aidan (John Corbett) con el m?s opaco Mr. Big (Chris Noth) durante hasta tres semanas: una protagonista curiosa.

Década y media después, Lena Dunham, fan confesa de 'Sexo en Nueva York' (recordemos cierto p?ster en la habitaci?n de la joven Shoshanna), se marcar?a a unas hero?nas todav?a m?s ego?stas en 'Girls' y ayudar?a a abrir el debate sobre qué resulta m?s interesante de ver en pantalla, si personas idealizadas o profundamente imperfectas, como lo somos todos. El éxito de 'Succession' apunta a la segunda opci?n como m?s probable.

Las pel?culas dirigidas por Michael Patrick King en 2008 y 2010 fueron, hay que admitirlo, menos complicadamente humanas e interesantes. En ellas se intensific? misteriosamente uno de los problemas de la serie: un culto al lujo algo indecente. Tampoco la secuela tard?a 'And just like that…' corrigi? ese problema, pero s? al menos el de la escasa diversidad racial. Y su segunda temporada, que llega el 22 de junio, ser? superior, si es cierto que tendr? cameo de Samantha Jones.



أكثر...