Un auxiliar de enfermer?a que trabajaba en una residencia de Ll?ria (Valencia) se enfrenta a nueve a?os de prisi?n por abusar de forma continuada de una residente con un avanzado estado de alzhéimer entre 2015 y 2019. El acusado, juzgado esta ma?ana en la Secci?n Cuarta de la Audiencia Provincial de València, se habr?a aprovechado del deterioro cognitivo de su v?ctima, seg?n mantiene el Ministerio Fiscal.

El acusado se ha acogido a su derecho a no declarar y ha eludido dar ning?n tipo de explicaci?n sobre las graves acusaciones que pesan sobre él. Su defensa solicita su libre absoluci?n ampar?ndose en la poca carga probatoria contra su representado.

Debido a su avanzada enfermedad degenerativa, durante la fase de instrucci?n no se le pudo tomar declaraci?n a la v?ctima, que falleci? a los 60 a?os en septiembre de 2021. A esto se suma que los residentes que supuestamente presenciaron los abusos tampoco han podido declarar en el juicio. Eso s?, en su caso s? se hizo prueba preconstituida y la Sala ha le?do sus declaraciones.

Estos dos testigos indirectos de los abusos relataron alguno de los episodios. Uno de ellos vio c?mo el trabajador se met?a en el ba?o con la residente y tras cerrar la puerta escuch? gemidos. Estos dos internos alertaron a los trabajadores del centro de lo que ocurr?a, aunque ninguno de ellos les hizo el menor caso. De ah? que las dos empresas que regentaban la citada residencia de Ll?ria en los a?os que ocurrieron los hechos se enfrente ahora al pago de 60.500 euros como responsable civil subsidiario, seg?n la petici?n del fiscal.

Fue una trabajadora de la residencia la que puso los hechos en conocimiento de las autoridades en 2019, después de finalizar su relaci?n laboral con la misma. Esta extrabajadora ha declarado que un interno le cont? que el acusado abusaba de esta residente con alzhéimer. “Me dijo que no me hiciera la tonta, como si ya lo supiera m?s gente”, ha recordado.

Esta testigo asegura que tras la informaci?n que le facilit? este interno lo coment? con otros trabajadores para saber si lo que dec?a era cierto, y que ninguno de ellos se lo neg?. De hecho, hubo una compa?era que le insinu? que se estuviera callada, que lo importante era cobrar a final de mes.

El resto de trabajadores de la residencia han negado tener conocimiento de que esta residente estuviera sufriendo abusos. Ninguno de ellos los presenci? y a los residentes que s? les comentaron lo que estaba pasando, admiten que nos les hicieron caso porque no les dieron credibilidad.

La forenses del Instituto de Medicina Legal de València que evaluaron el estado de salud de la v?ctima han confirmado que debido al grave deterioro cognitivo su discurso era ininteligible, que no era capaz de comprender las preguntas que se le realizaban y que en ning?n caso estaba capacitada para dar ning?n tipo de consentimiento sexual. De hecho apreciaron que era “una persona muy manipulable”.

En la exploraci?n ginecol?gica no se hallaron lesiones vaginales, pero les llam? la atenci?n una disonancia ya que durante la exploraci?n a veces sonre?a. Seg?n han indicado, la v?ctima ten?a por su enfermedad una deshibici?n sexual y de conductas inapropiadas socialmente.

Uno de los hijos de la fallecida, que también ha declarado como testigo, ha remarcado que nadie de la residencia les inform? de lo que estaba pasando y que incluso trataron de ocultarlo. En la residencia les dijeron que el incidente hab?a sido con otro residente, no con un trabajador y les manifestaron que ya estaba solucionado.

Cuando la Polic?a Judicial de la Guardia Civil les comunic? que hab?an iniciado una investigaci?n por presuntos abusos a su madre por parte de un trabajador, la sacaron inmediatamente de all?. “En una semana fuera de la residencia engord? nueve kilos”, ha apuntado uno de los hijos.



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