El 28 de marzo de 1972, miles de personas se reunieron en el Cimitero Monumentale de Mil?n para despedir a Giangiacomo Feltrinelli. Ese martes, la emotividad habitual de ese tipo de acontecimientos cedi? su lugar a la tensi?n, los nervios y la indignaci?n. Decenas de polic?as, de uniforme y de inc?gnito, pertrechados algunos con material antidisturbios y apoyados por helic?pteros y autom?viles, controlaban los accesos a la necr?polis y el interior del camposanto. Una actitud destinada a evitar incidentes, pero que parad?jicamente, podr?a haberlos provocado. Dos semanas antes, el cuerpo mutilado del editor hab?a aparecido al pie de una torre de alta tensi?n. Los investigadores concluyeron que la causa del fallecimiento hab?an sido las heridas provocadas por el estallido del artefacto explosivo que Feltrinelli estaba manipulando, con objeto de boicotear la red eléctrica. Sin embargo, también se habl? de terrorismo de Estado y de guerra sucia de la que la polic?a habr?a sido parte.

A pesar de las sospechas, la versi?n oficial encajaba relativamente bien con la situaci?n que, desde hac?a meses, viv?a Feltrinelli. Hijo de una adinerada familia italiana, siendo muy joven Giangiacomo ya hab?a mostrado una enorme inquietud pol?tica que lo acercar?a al movimiento partisano durante la Segunda Guerra Mundial y, ya en tiempo de paz, al Partido Comunista y los movimientos revolucionarios internacionales, cuyas ideas ayud? a difundir a través de su editorial. No obstante, la convulsa situaci?n pol?tica de la Italia de los a?os 60 y 70, en la que destacaba la red de corrupci?n tejida por la logia Propaganda Due, el terrorismo negro de ultraderecha apoyado por militares y jueces y las amenazas de golpes de estado como la protagonizada en 1970 por Junio Valerio Borghese, convencieron a Feltrinelli de que las v?as pac?ficas no eran las adecuadas para conseguir cambios sociales. En consecuencia, como miembro de los Grupos Armados Partisanos, grupo guerrillero del que era fundador y casi el ?nico miembro, decidi? pasar a la clandestinidad con el nombre de Osvaldo y comenzar la lucha armada.

M?s de cincuenta a?os después de su desaparici?n, Guillermo Gracia, Aitor Iturriza y Nacho Nava, historiador, guionista e ilustrador respectivamente, han unido sus fuerzas para crear 'Feltrinelli' (Altamarea, 2024), una novela gr?fica que repasa algunos de los episodios m?s representativos de la vida del editor.

"En 2015 estaba realizando la tesis doctoral en la Universidad de Santiago de Compostela, que trat? sobre un estudio comparado entre el movimiento guerrillero Tupamaros de Uruguay y las Brigadas Rojas de Italia", recuerda Guillermo Gracia, para el que Feltrinelli result? ser una figura clave de su investigaci?n. "Fue el editor que public? en Italia los documentos y libros sobre los movimientos armados del Tercer Mundo y que tuvieron un gran impacto en toda una generaci?n de militantes italianos, entre ellos, los fundadores de las Brigadas Rojas. Tuve la oportunidad, adem?s, de pasar muchas horas en Mil?n consultando su archivo personal en la fundaci?n que lleva su nombre, y fue durante ese periodo cuando, a partir de un amigo en com?n, conoc? a Aitor", recuerda Guillermo Gracia.

"Una ma?ana de oto?o de ese a?o, Guille y yo fuimos a ver un pase del 'Doctor Zhivago' en el cine Doré junto con Pedro Gonz?lez Kuhn. No conseguimos entrar, pero hablando sobre la fascinaci?n que sent?amos por la pel?cula, Guille cont? la historia de c?mo Feltrinelli luch? contra todos en plena Guerra Fr?a para publicar la obra de Boris Pasternak", comenta Aitor Iturriza, que recuerda c?mo, incluso mientras com?an en el Mercado de la Cebada, Guillermo continuaba repasando las aventuras de Feltrinelli. "Cuando ya anochec?a, el relato de la vida del editor italiano no se hab?a agotado y supimos que ten?amos que contar aquella historia. Primero quisimos hacer un documental, para lo que llegamos a trasladar la petici?n a su hijo, Carlo Feltrinelli, pero al final no funcion?", relata Iturriza que, obsesionado todav?a por la vida del editor, incorpor? al proyecto a Nacho Nava. "En un viaje a Madrid en el que Nacho me acogi? en su casa, le conté la historia y, casi al instante, nos dimos cuenta de que ten?a todos los ingredientes para ser contada a través de vi?etas: los personajes hist?ricos, la diversidad de escenarios y esa especie de trastienda o 'backstage' del siglo XX que es la biograf?a de Feltrinelli se ajustaba muy bien al lenguaje de la novela gr?fica".

Dar con la clave

A pesar de los diferentes perfiles de sus autores, el proceso creativo de Feltrinelli se hizo en com?n, buscando el equilibrio entre el rigor hist?rico de la abundante documentaci?n tanto escrita como gr?fica de la que dispon?a Guillermo Gracia, con las particularidades narrativas de lenguaje del c?mic. "Las artes como el c?mic o el cine son catalizadores narrativos id?neos para contar acontecimientos tan complejos. Mediante una imagen o una sucesi?n de im?genes secuenciadas podemos no solo trasladar hechos complejos, sino hacer sentir al lector lo que sintieron sus protagonistas en ese momento. Si dibujo a Feltrinelli como en la portada del disco 'The Freewheelin Bob Dylan' de 1963, ya estoy conectando toda una época, una estética, una m?sica... Algo que es sinestésico y que cuenta la historia mejor, con m?s capas", explica Nacho Nava, que recuerda c?mo, a pesar de su rigor hacia los hechos hist?ricos, la obra no deja de ser una ficci?n basada en ellos: "No es un manual, un libro de texto o un ensayo. Ante todo, prima la ficci?n, la narrativa, la expresi?n art?stica de unos sentimientos".

A la labor de c?mo contar la historia de Feltrinelli, se sum? la de decidir qué acontecimientos de la intensa vida del protagonista deb?an incluirse en la obra y cu?les dejar fuera. "En ocasiones era abrumador. Tanto, que pensamos en centrarnos solo en las labores de publicaci?n del 'Doctor Zhivago'", explica Iturriza, en referencia a la epopeya que vivi? el texto de Pasternak. El escritor ruso, hostigado por las autoridades soviéticas, fue obligado a escribir numerosas cartas rogando a Feltrinelli que no publicase su novela, cuyo manuscrito hab?a salido de forma clandestina de la URSS. Lo que desconoc?an los miembros de la KGB era que el escritor y su editor hab?an ideado un inteligente c?digo para confirmar que esas cartas no estaban siendo redactadas de manera voluntaria: solo las comunicaciones redactadas en francés habr?an sido realmente escritas por Pasternak. El empleo de cualquier otro idioma era prueba de haber sido forzado.

Gracias a Feltrinelli, no solamente tenemos novelas como 'Doctor Zhivago', 'El Gatopardo' o los 'Diarios del Che en Bolivia', sino que public? a numerosos autores como Max Frisch, Kerouac, Henry Miller, a la neovanguardia italiana del Grupo del 63, a James Baldwin, a S?bato, Garc?a M?rquez o Vargas Llosa, entre tantos otros"

Nacho Nava

Ilustrador de 'Feltrinelli'



"Fue dif?cil dar con la clave, podar sin afectar ramas vitales y acabar simplificando demasiado con el riesgo de dejar de lado partes importantes. Quiz?s el punto que m?s nos cost? dejar fue toda la dimensi?n cultural. Es algo que est?, pero que podr?a haber tenido mucho m?s peso y que da casi para un libro paralelo", comenta Iturriza, y Nava contin?a su explicaci?n: "Lo importante era dar a conocer a esta figura que, debido a los acontecimientos relacionados con su lucha armada, no se conoce como deber?a. Gracias a él, no solamente tenemos novelas como 'Doctor Zhivago', 'El Gatopardo' o los 'Diarios del Che en Bolivia', sino que public? a numerosos autores como Max Frisch, Kerouac, Henry Miller, a la neovanguardia italiana del Grupo del 63, a James Baldwin, a S?bato, Garc?a M?rquez o Vargas Llosa, entre tantos otros. Adem?s, cre? el concepto de librer?a viva y public? ediciones econ?micas que fueron asequibles a todas las clases sociales". El imperio editorial que cre?, y que incluye una de las m?s potentes cadenas de librer?as de Italia, es hoy propietario de la editorial espa?ola Anagrama.

Convencido de poder cambiar el mundo, Feltrinelli fue una persona llena de contradicciones, que unas veces calzaba delicados zapatos italianos, otras, toscas botas de guerrillero, y cuya tr?gica muerte ha servido en ocasiones para cuestionar su lucha contra la injusticia y caracterizarlo, casi al borde de la mofa, como un millonario diletante, caprichoso y decadente.

"A nivel ideol?gico, Feltrinelli mostr? interés por los procesos revolucionarios que estaban surgiendo en el Tercer Mundo, no solo en América Latina, sino también en ?frica y Asia, como el Frente Popular para la Liberaci?n de Palestina. No obstante, la estrategia armada que planteaba para Italia estuvo desfasada desde su origen", reflexiona Guillermo Gracia. "A pesar de ello —contin?a— me es muy dif?cil pensar en que alguien con la posici?n de Feltrinelli, que fue el editor m?s importante de Italia durante esos a?os, con una fortuna incalculable y con familia, abandonase todo para pasar a la clandestinidad y hacerse llamar Osvaldo como un acto de ingenuidad. Es verdad que era estramb?tico ver a Feltrinelli en esa posici?n de militante armado, pero tal vez fuera todo eso lo que le llev? a un proceso de disociaci?n de su personalidad durante los ?ltimos a?os. Estaba convencido de que iba a tener lugar un golpe de Estado en Italia y pensaba que hab?a que organizarse para combatirlo".



أكثر...