El 7 de Marzo de 2021, m?s de 30 mil socios devolvieron a Joan Laporta al sill?n del Camp Nou. Le votaron por su carisma, su complicidad con el estilo y el incuestionable legado de su primer mandato. Deportivamente, ese Laporta (2003-10) se convirti? en el mejor presidente de la historia. Protegido por Johan Cruyff - una ausencia que ha resultado lapidaria para él -, fue un Laporta firme, valiente y con una idea inquebrantable en el manejo del f?tbol. Mezcl? dos cosas: determinaci?n en las decisiones y estabilidad en los proyectos. En siete a?os, tuvo s?lo dos entrenadores - Rijkaard y Pep - y un secretario técnico, Txiki Beguirista?n. Lo gan? todo.

M?s de dos décadas después, queda el recuerdo. En tres a?os, hoy suma tres directores deportivos, puede que tres técnicos en breve, perdi? a Messi por el camino, aguant? a Koeman sin creer en él y firm? a Xavi tras decir que estaba verde. En los despachos, puso a un gestor - Mateu - que ya no est?, Jordi Cruyff le dur? un suspiro y tiene a Deco, sin experiencia en el cargo. Laporta se esfuerza para que el Barça compita en un contexto financiero impracticable y hasta avala personalmente la inscripci?n de jugadores; pero no ha dado con la tecla, hasta el momento, en el proyecto deportivo.

El cese de un entrenador debe ejecutarse en base a criterios s?lidos, sin coartadas extra?as ni bandazos, abrazos épicos o l?grimas varias. En un club que ya no puede equivocarse, a Laporta hay que exigirle un rumbo, que relaje el list?n, meta calma y transmita credibilidad, ahora mismo bajo m?nimos. El problema no vive en el técnico que gan? la liga. Est? en la gesti?n. Y eso, igual que se est? llevando a Xavi por delante, se llevar? al que venga detr?s. Y si se descuida, hasta al presidente.



أكثر...