En un art?culo que él mismo afirm? en la red social X que escribi? “con el coraz?n”, Jaume Marcet defiende en Sport las m?ltiples razones que existen para sentirse orgulloso de ser del Barça, desde su historia hasta su peso social en Catalunya, pasando por supuesto por su palmarés y por la joya de la corona, la Mas?a. El art?culo de Marcet no puede ser m?s oportuno en un momento en que una especie de depresi?n colectiva asola a los aficionados culés, consecuencia de la dif?cil coyuntura que vive el club, rodeado de incertidumbres institucionales, patrimoniales y deportivas. Solo la Mas?a y el extraordinario equipo femenino de f?tbol funcionan en un club que demasiado a menudo parece encontrarse en una suerte de fallo sistémico, al borde de la desaparici?n. Y tampoco es eso.

Como con acierto se?ala Marcet, una explicaci?n de este sentimiento depresivo es que en el deporte profesional se ha impuesto sin complejos el discurso resultadista. La victoria todo lo justifica, y la derrota equivale a una hecatombe la que arden los proyectos, los deportistas y los mitos de las entidades. En una cultura en la que solo vale ganar, reina el Real Madrid y su alucinante romance con la Champions League. Los blancos han vivido una década prodigiosa (seis finales en diez a?os) construida en parte sobre los ?ltimos coletazos del mejor Barça de la historia. Mientras en Barcelona se discute continuamente sobre el ADN del club, en Madrid se afirma con pragmatismo que el ?nico ADN blanco es ganar. Lo cual llevar?a a afirmar que los Real Madrid del periodo 1981-1998 (uno de ellos, el de la Quinta del Buitre) o 2002-2014 (cinco a?os después del fichaje de Cristiano Ronaldo) no fueron dignos del ADN del club porque no llegaron a la final de la Champions. O, sin ir m?s lejos, el Madrid del a?o pasado, que acab? la temporada en blanco, tampoco parece que tuviera el gen ganador que autodefine al madridismo. Los relatos, como los define la RAE, son narraciones, cuentos.

El objetivo en el deporte es ganar, pero vencer no lo es todo, teniendo en cuenta que por definici?n solo puede imponerse uno. Por tanto, la victoria no puede ser la ?nica vara de medir la salud de una entidad deportiva ni el estado de ?nimo de sus seguidores. El problema para el Barça es que, m?s all? de los marcadores, sus constantes vitales aparecen deterioradas.

La mala situaci?n econ?mica, de sobras conocida, dificulta la gesti?n de los equipos de las diferentes secciones. La planificaci?n ‘low cost’ de las plantillas se cobra su precio en el rendimiento deportivo, con el f?tbol masculino y el baloncesto como principales exponentes. Una parte importante de la masa social ha dado la espalda al equipo de f?tbol en Montjuïc y la gesti?n de las diferentes directivas en esta década prodigiosa madridista deja mucho que desear.*

Es justamente la gesti?n el s?ntoma m?s preocupante que emite el Barça. El sainete alrededor de la continuidad de Xavi (la dimisi?n en diferido, la decisi?n de continuar, el vodevil de madrugada en casa del presidente, las declaraciones a pie de acera, la rueda de prensa de ratificaci?n...) ha sido el ?ltimo cap?tulo de un serial que hace mucho que dura, y que tiene ‘cliffhangers’ como el Barçagate, Negreira, el Burofax, el asado, la marcha de Messi entre l?grimas y la huida de los ejecutivos, por citar solo algunos. La gesti?n se plasma en el césped y en la cancha, y contribuye de forma decisiva a este estado de ?nimo depresivo entre los aficionados. No se trata tan solo de que el Barça no gane, y de que el m?ximo rival, s?, sino de que en la forma de gestionar el club de unos y otros se antoja una diferencia sideral: mientras unos se preparan para otra final de la Champions y esperan a Mbappé, los otros leen fichajes ‘low cost’ cada d?a en la prensa.

Por este motivo, sin caer en la depresi?n colectiva, sin dejar nunca de estar orgullosos de ser del Barça, la cantidad y la magnitud los frentes abiertos que tiene la instituci?n son preocupantes y obligan a una reflexi?n sobre qué tipo de gesti?n necesita un club tan grande, m?s all? de cu?ntos goles marque Joselu o de qué jugador sin contrato fichar? la pr?xima temporada. Para ganar, de entrada el Barça debe dejar de marcarse goles en propia puerta.*



أكثر...