La autopsia que se ha practicado al cuerpo de Anna G.LL., la joven asesinada presuntamente por su novio Alberto P., ha revelado que fue v?ctima de un crimen machista atroz. En el examen forense han podido contabilizarse m?s de sesenta heridas abiertas, hematomas y cortes por todo el cuerpo y fracturas en lugares como el tabique nasal o la dentadura. El cad?ver de la mujer de tan solo 21 a?os también presenta heridas de arma blanca en los genitales. Este s?bado el juez ha decretado la prisi?n preventiva para su pareja sentimental, con el que resid?a en el domicilio de Campdevànol (Girona). Los investigadores creen que el ensa?amiento del autor debe considerarse una tortura, que dur? horas, o d?as. Alberto P., adem?s, llam? al teléfono de emergencias después de asegurarse de que Anna ya hab?a muerto.

Antes de pedir la ayuda de los equipos de emergencia, limpi? el escenario del crimen y también la duch? y sec? a ella. El uso del secador sembr? la duda de si algunas heridas, que estaban secas, pod?an haber sido ocasionadas d?as antes. El propio autor, 16 a?os mayor que ella, declar? que Anna se hab?a ca?do yendo en bicicleta en una escapada que hicieron juntos el fin de semana anterior.

Seg?n fuentes consultadas por este diario, el detenido ha tratado de manipular a los investigadores de forma constante. Ha declarado que, después de aquel supuesto accidente en bicicleta, la mujer se hab?a encontrado mal y que la noche anterior hab?a empeorado y que él la hab?a cuidado. Pero todos los indicios apuntan a que la golpe?, presumiblemente porque tuvo un ataque de celos, y se ensa?? durante un periodo de tiempo desconocido. Y cuando ya no respiraba, avis? a la ambulancia, para que Anna no pudiera revelar el infierno al que la hab?a sometido.

Anna fue torturada y sufri? una muerte que fue lenta y dolorosa, seg?n ha acreditado el examen forense que durante dos d?as se ha practicado al cuerpo de la mujer. Un ensa?amiento que encaja dentro de lo que la ley prevé para poder solicitar la pena de prisi?n permanente revisable, seg?n recoge el art?culo 140.3 del C?digo Penal.

Un controlador obsesivo

Alberto P., al que hoy esperaban un centenar de amigos de la v?ctima en el juzgado para increparlo, ten?a antecedentes por maltrato machista a parejas anteriores. Llevaba poco m?s de un a?o saliendo con Anna, a la que controlaba constantemente. La familia de la mujer ha declarado que Alberto le cog?a el teléfono y, a veces, también se quedaba con las llaves del domicilio de sus padres. La fue aislando poco a poco. En varias ocasiones, tras discusiones muy duras, hab?a regresado a casa, pero Alberto la iba a buscar y la convenc?a de que volviera a vivir con él.

Seg?n el relato de sus exparejas, Alberto era un hombre muy celoso y atormentado ante la idea de que le fueran infiel, una obsesi?n que aumentaba la toxicidad de las relaciones sentimentales, basadas en el control, las amenazas, y también los insultos. Arrastra por lo menos dos condenas por quebrantar ?rdenes de alejamiento que hab?an impuestos jueces después de que maltratara a alguna de las novias con las que hab?a salido antes de hacerlo con Anna.

La causa que se instruye contra Alberto por el asesinato de Anna le atribuye los delitos de asesinato, agresi?n sexual y maltrato habitual.

El de Anna es un nuevo crimen machista, la sexta mujer asesinada a manos de su pareja o expareja en Catalu?a este 2022. La séptima si se incluye en este recuento a la hija que muri? en el doble asesinato de Lloret de Mar, cometido por el empresario ruso que después se suicid?.



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