Antes del verano, en Junts se respiraba una cierta tranquilidad sobre la continuidad en el Govern con ERC. Pero el enquistamiento de las diferencias sobre el procés con los republicanos hace que esta salida del Ejecutivo se vea hoy como una opci?n real, si bien no querida por los 'consellers' de Junts. Algunos lo explicitan, como el titular de Econom?a, Jaume Gir?. Otros evitan el debate y tratan de centrarse en la gesti?n. Otros en el partido, en especial los partidarios de la presidenta Laura Borràs, est?n en el escenario que deseaban: un choque frontal con Esquerra previo al que quieren emprender contra el Estado. Pero ?qué coste tendr?a para el partido salir del Govern?

Poder e influencia

Junts controla la vicepresidencia del Govern, la Conselleria d'Economia y ?reas de peso como sanidad, infraestructuras, pol?ticas sociales, pol?tica universitaria e investigaci?n. Dominar estos ?mbitos sirve para defender el trabajo del d?a a d?a, aunque haya sectores posconvergentes que prioricen el venderse como movimiento para la independencia por encima de la gesti?n auton?mica.

Perder el Govern es también perder altos cargos, es decir, dinero e influencia. Dinero con el que los partidos se financian -con aportaciones m?s o menos voluntarias de estos cargos- y que en el caso de una formaci?n nueva como Junts es especialmente necesario para el proceso de despliegue territorial en el que est? implicada. E influencia, porque estos cargos son los que pilotan el d?a a d?a de las 'conselleries' y pueden conseguir simpat?as hacia el partido gracias a la acci?n del Govern en ?reas sensibles.

Partidarios y detractores

Los 'lauristas' llevan meses reclamando salir del Govern. De hecho, Borràs nunca fue partidaria de entrar en el mismo. As? que ante una tensi?n como la actual, en la que a ojos de Junts, ERC no est? cumpliendo con la hoja de ruta independentista, Borràs y sus partidarios tienen m?s incentivos que nunca para remar a favor de la ruptura. El 'expresident' Carles Puigdemont, l?der indiscutible del proyecto aunque haya abandonado los cargos, también rema en contra del pacto y lo demuestra con sus declaraciones peri?dicas en las que pone el dedo en el ojo de Esquerra, su gran rival.

Pero frente a ellos est?n la mayor?a de 'consellers'. El de Econom?a, Jaume Gir?, lo ha dicho p?blicamente en Catalunya Ràdio: salir del Govern es un error, por la pérdida de poder e influencia. Pero otros titulares de 'consellerias' piensan igual: a penas un a?o y medio después de entrar en el Ejecutivo y tratar de gestionar mejoras econ?micas y sociales, abandonar el Consell Executiu es un error por la pérdida de esta palanca pol?tica y porque Junts ha de ser, aducen, un partido a favor de la independencia, s?, pero también una formaci?n seria que resuelva mientras tanto los problemas de la ciudadan?a. Es decir, el esp?ritu neoconvergente de Junts rechaza de plano perder una fuerza con la que tratar de conseguir m?s apoyos, m?s votos y m?s poder.

Las elecciones municipales, claves

Para salir o no del Govern, Junts tiene otro elemento clave sobre la mesa: las elecciones municipales de la pr?xima primavera. Para el partido son clave, esenciales, determinantes, para observar si el partido aguanta el tir?n de ERC, o si va a la baja. Todo en Junts estaba preparado para centrar el curso pol?tico en las municipales: anunciar fichajes de exconvergentes del PDECat, buscar candidaturas transversales y tratar de plantar cara a Esquerra, pero el choque interno y la inestabilidad del Consell Executiu juegan en contra de esta estrategia. Desdibujan las prioridades. Y tienen a muchos dirigentes en estado de alta preocupaci?n, porque temen que esta crisis permanente les pase factura.

No es lo mismo que un alcalde o candidato de Junts vaya a las elecciones con un Govern a su lado, con 'consellers' que puedan 'vender' en el municipio los avances que se est?n logrando, que hacerlo con una carta de presentaci?n basada en la ruptura del Govern con ERC y la tensi?n externa e interna que ello generar?. Los candidatos del PDECat que quieran pasarse a Junts tendr?n menos incentivos para hacerlo si ven que est?n ante una formaci?n pol?tica conflictiva en lugar de un partido centrista y de gobierno, que son las marcas de la casa de la posconvergencia.



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