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ãäÊÏíÇÊ ÝæÑ íæ ÇáÞÓã ÇáÑÆíÓí food and agriculture news Pascal Quignard: "Hay algo salvaje en la escritura que requiere un aislamiento”
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En 1994 Pascal Quignard decidi? dejarlo todo y retirarse de la vida p?blica para dedicarse a la literatura. “Llevaba 25 a?os como editor en Gallimard, hab?a trabajado con tres generaciones, Claude, Antoine y Gaston. Ten?a dos opciones: dedicarle otros 25 a?os m?s o dejarlo todo. Escog? lo segundo, aunque tuve miedo”, reconoce el autor del superventas ‘Todas las ma?anas del mundo’.

La novela, llevada al cine por Alain Corneau y protagonizada por Gérard Depardieu, se convirti? en un fen?meno a principios de los 90 (diez millones de espectadores solo en Francia) y sell? su amistad para siempre con Jordi Savall, autor de la banda sonora y culpable, junto a Quignard, de la recuperaci?n popular de la m?sica del barroco, protagonista en la novela y la pel?cula.

Quignard confiesa hoy, tres décadas después, que aquella decisi?n le cost? dinero y todas sus amistades. “A los amigos les gusta compartir valores y detestan que les pongas en entredicho”, desliza. Pero asegura que cortar lazos con la escena literaria y los c?rculos intelectuales parisinos le ha hecho “cada vez m?s feliz” y le ha permitido entregarse a la escritura como quien se ordena sacerdote.

Lo dice sosegado y sonriente en el hotel Canfranc Estaci?n, en Huesca, a pocos kil?metros de la frontera francesa, la estaci?n de tren que fue testigo en el pasado de un traj?n bélico formado por nazis, esp?as y fugitivos jud?os, hoy convertida en hotelque este fin de semana acoge las Conversaciones Literarias de Formentor, en las que el escritor francés es homenajeado.

Vuelve Sainte-Colombe

Galaxia Gutenberg acaba de reeditar ‘Todas las ma?anas del mundo’ y publica su ?ltima novela, ‘El amor el mar’, ambas unidas por el hilo de un personaje real, Monsieur de Sainte-Colombe, el compositor y violagambista francés del siglo XVII del que apenas se conocen datos biogr?ficos y que reaparece como personaje. “No sabemos muchas cosas de él, pero tenemos su m?sica. Y eso nos permite comprender sus emociones. Yo toco su partituras cada noche al piano para mimetizarme con su universo. Y cada a?o, desde hace 30, me re?no con mi amigo Jordi Savall para un concierto en el que le recordamos. Podr?a decirse que tengo una amistad especial con él”, afirma el escritor y m?sico, un feliz ermita?o que se mantiene orgullosamente al margen del ecosistema literario, aunque nunca ha parado de ganar premios.

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Pascal Quignard, Premio Formentor.
Bego?a Rivas
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"La literatura es algo vertical"

“La profesi?n de editor ha cambiado. Cuando yo estaba en el comité de lectura de Gallimard no pod?amos ver a los autores. Fue André Gide quien tuvo esa idea, no quer?a que hubiese contacto para que no existiera una influencia entre el autor, el lector y el editor”, recuerda. “Luego eso cambi? y empezamos a acompa?ar a los autores porque lo necesitaban. Para mi la literatura es algo vertical, algo que existe entre uno mismo. La cr?tica, la publicaci?n, lo que aparece en los diarios… todo eso no pertenece al que escribe. Hay algo salvaje en la escritura que requiere un aislamiento. En el fondo, el que escribe siempre es un poco prisionero”, apunta el autor de ‘Villa Amalia’ y ‘Las sombras errantes’, con la que gan? el Goncourt en 2002.

?D?nde queda entonces el lector en esa ecuaci?n? “Estamos aqu?, en Canfranc, rodeados de imponentes monta?as y bosques, en un sitio precioso donde los ciervos tienen, seguro, sus disputas. Pienso que, de la misma manera que la naturaleza no tiene p?blico, lo mismo sucede con la literatura. En realidad, no hay un p?blico objetivo”.

Contra el puritanismo

Para Quignard, el hombre que decide apartarsede la sociedad ha existido siempre. “Es algo que est? en el tao?smo, el budismo y el cristianismo, no es tan raro. No sé por qué a nuestra sociedad le gusta tanto la integraci?n. Siempre ha habido individuos que deciden separarse del grupo, igual que sucede en las sociedades animales”, reflexiona un autor que se confiesa barroco, m?s preocupado por la intensidad que por la perfecci?n, del que el jurado ha alabado su “deslumbrante erudici?n” y “la destreza con que se sustrae a la banalidad textual” y al que le gustar?a que le recordaran en una categor?a similar a la de Colette.

“La literatura que m?s he disfrutado es la de los sentidos. Me gusta escribir de las experiencias sensuales con admiraci?n. He escrito tres ensayos sobre el sexo y me entristece ver el puritanismo y la censura, sobre todo en las pel?culas americanas", opina Quignard. "La transformaci?n del deseo femenino ha perdido en el camino la idea tan rica y revolucionarioa de Freud respecto al sexo y el amor. Han vuelto los roles a la disputa sexual”.



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