El empe?o de Pedro S?nchez de lograr una nueva investidura, aunque sea a costa de amnistiar los delitos vinculados a los hechos del 'procés' con Junts, ha llevado a los socialistas a afrontar las negociaciones con absoluta discreci?n. Pensaban que s?lo as? pod?a llegarse a un acuerdo. La f?rmula fue efectiva para conseguir el apoyo a Francina Armengol como presidenta del Congreso. Pero ha empezado a fallar cuando, en el debate p?blico sobre una ley de amnist?a, s?lo se conocen las exigencias de Carles Puigdemont, que adem?s, no renuncia a un nuevo desaf?o al Estado, y no se sabe nada de las condiciones que pone el PSOE.

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Del alivio inicial de la Moncloa porque, en su comparecencia en Bruselas para sentar las bases de las conversaciones, no pon?a por delante el referéndum, se ha pasado a la convicci?n de que no puede calar la idea de que est?n dispuestos a un acuerdo a cualquier precio. Desde el Gobierno se ha empezado estos d?as a matizar que Puigdemont segu?a en posiciones "inasumibles" y "de m?ximos". Pero el equipo del presidente ha esperado hasta este fin de semana para trasladar de manera p?blica la dificultad de poder acordar nada con el expresident fugado, sin una renuncia a la unilateralidad.

Se ha expresado a través de distintos art?culos period?sticos este domingo y de unas declaraciones del primer secretario de los socialistas catalanes, Salvador Illa, el s?bado, que se aderezaron con una entrevista ayer en La Vanguardia de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda D?az, que mandaba un mensaje muy expl?cito. D?az apuntaba a un "acuerdo pol?tico y social" que culminar?a con una "ley org?nica", en el que "no cabe la unilateralidad".

De manera muy clara D?az pon?a voz a lo que opinan Ferraz y en la Moncloa, aunque los socialistas han tratado de ser m?s discretos, y también al pensamiento de una parte del soberanismo que no quiere echar a perder esta oportunidad. El Gobierno cambia as? de t?ctica y opta por transmitir que no traga con todo, después de dejar que su propio silencio, sobre todo del bloque socialista, haya dado p?bulo a todo tipo de consideraciones, jur?dicas y pol?ticas, sobre la amnist?a.

S?lo 24 horas antes, el primer secretario de los socialistas catalanes, Salvador Illa, algo m?s cr?ptico, hizo unas declaraciones en las que subray? que el mandato de las urnas en las elecciones del 23J fue "convivencia y concordia" y dijo que es "tiempo de trabajo paciente y discreto" y de "respetar siempre y en todo momento el marco de la Constituci?n". Hace falta una "valent?a coherente", se?al?, en referencia a que Puigdemont debe abandonar parte de sus postulados para facilitar un pacto.

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Puigdemont, también atrapado

La sensaci?n que transmite la Moncloa es que tienen perfectamente delimitado qué hacer y hasta d?nde llegar con la amnist?a, pero necesitan que Junts avance hasta el punto de acuerdo que S?nchez no puede traspasar. Nadie est? pensado en una repetici?n electoral, porque esperan que Puigdemont se mueva, aunque obviamente no pueden descartar que ocurra. La maquinaria del equipo del presidente est? volcada en conseguir un pacto con Junts. Y aunque se puso mucha distancia al encuentro p?blico que Yolanda D?az mantuvo con el expresidente, la vicepresidenta segunda no parece ajena a todos estos movimientos. En la misma entrevista en el diario catal?n asegura que S?nchez y ella mantienen "casi a diario conversaciones fluidas" y que las ha habido "antes y después" de su visita a Bruselas.

En el n?cleo duro del Ejecutivo se ha impuesto la idea de que la posibilidad de una amnist?a se est? dando tan por segura en Catalu?a que el expresident no podr? oponerse ni poner condiciones imposibles. Porque el futuro judicial de muchos cargos, a quienes se librar?a de la consecuencia penal de los delitos cometidos durante el 'procés', puede depender exclusivamente de él. Y porque el resurgir pol?tico de Junts est? ligado también a la influencia que en estos momentos tiene en la pol?tica nacional. No s?lo la investidura pende de sus siete diputados, también el resto de votaciones que se produzcan en el Congreso. En definitiva, que no consideran factible que Puigdemont deje pasar esta coyuntura y dé opciones a que con unas nuevas elecciones s? se produzca la suma de PP y Vox.

Durante este mes, aseguran fuentes del Gobierno, "se est?n manteniendo contactos" y la idea es que una vez que fracase la investidura de Alberto N??ez Feij?o, se pueda celebrar la de Pedro S?nchez lo antes posible y que el presidente en funciones tenga en ese momento mucho camino avanzado. Pero la negociaci?n ha entrado en el punto pantanoso de la falta de gestos de Puigdemont y su insistencia en mantener que Junts no renuncia a la v?a unilateral, que est? dificultando los avances.

La prueba de que el camino no es f?cil la suministr? el propio expresident huido que, este domingo a través de las redes sociales, record? que no son los independentistas los que necesitan "apoyos para ir a la investidura". "Pienso que alguien se confunde", destac? a ra?z de las manifestaciones de D?az. "A ver si nos entendemos: las condiciones no las pone quien te pide ayuda".



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