El verano azul lo tendr?Ximo Puig. La expectativa para la direcci?n socialista antes de las elecciones generales del pasado domingo era un verano trepidante, de preparaci?n de un periodo de congresos en un clima prebélico, pero el resultado obtenido contra todo pron?stico altera el marco. La situaci?n interna del socialismo de Valencia, movida en las aguas subterr?neas, entra en una etapa de letargo y da un margen a Puig para pensar el futuro con paz org?nica. Lo contrario ser?a una sorpresa.

En el contexto actual, de formaci?n complicada de Gobierno o incluso de repetici?n electoral, cualquier movimiento desestabilizador en uno de los graneros de voto socialista como es la C. Valenciana, no va a contar con la protecci?n, ni la comprensi?n, de Ferraz. Y as? es dif?cil de imaginar que se produzcan movimientos desestabilizadores.

Tras el resultado del domingo, el congreso federal de los socialistas no ser?, como pronto, hasta bien entrado 2024. Y eso en el caso de que todo fuera mal y el PP pudiera gobernar de alguna manera, con o sin repetici?n electoral. Eso supone que un congreso extraordinario del PSPV no ser? previsiblemente antes del segundo semestre de 2024. Si S?nchez forma Ejecutivo (lo mismo, con o sin repetici?n de elecciones), el margen puede ser mayor y se podr?a esperar hasta el ordinario, que tocar?a en 2025.

De alguna manera, el resultado del 23J (también en la Comunitat Valenciana, con un crecimiento del 4,5 % y 150.000 votos con respecto a 2019) es una inyecci?n an?mica y abrillanta también los datos obtenidos por el partido en las auton?micas de mayo, cuando perdi? el Consell a pesar de avanzar en votos y esca?os y de una buena valoraci?n social en las encuestas de Puig y su gesti?n.

Las decisiones de ayer de Puig en la ejecutiva socialista (con las designaciones de dos personas de su total confianza, Pilar Bernabé y Roc?o Briones) est?n pensadas en esa clave de estabilidad, bajo la premisa de que el partido ir? a un congreso ordinario y lejos de un contexto de guerra interna. La inercia en estos momentos es de continuidad.

Y si S?nchez forma finalmente Gobierno, a Puig se le abre la puerta también de intentar favorecer algunas designaciones en puestos del Estado en aras de la ‘deuda moral’ del l?der del PSOE con los territorios donde el partido ha quedado fuera del poder por la ola de rechazo al Ejecutivo de Espa?a que ven?a desde Madrid.



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