No hubo que esperar a la pared donde se film? ‘El ma?ana nunca muere’ de James Bond. No hubo que esperar a esa tortura de 500 metros al 12%. No hubo que poner en marcha el cron?metro, ni siquiera esperar a la dura etapa final de este s?bado. No hubo que esperar m?s. Es m?s, los buenos cr?ticos, los gur?s del Tour, los que llevan décadas metidos en la serpiente multicolor lo anunciaron acabada la contrareloj de ayer donde el danés Jonas Vingegaard maltrat?, muchos creen que sacando fuerzas de donde las ten?a, vatios que hab?a ocultado a todos, al esloveno Tadej Pogacar, que hoy, antes de llegar al ‘muro’ de los Alpes, del Tour, del ciclismo, mostr? su tremenda debilidad, también disfrazada a lo largo de dos semanas, para dejarse 5.45 minutos en meta con respeto al l?der y ya bicampe?n del Tour, Jonas Vingegaard. El empate a dos entre estos dos monstruos est? servido. 2024 ser? el escenario del desempate.

El grito del jefe

Los equipos del Tour est?n formados por ocho ciclistas. Siete trabajan, d?a y noche, en el plano y en la monta?a, en el hotel y en la carretera, en los entrenamientos y en la competici?n, para su jefe de filas. En todo. No viven por y para ellos, viven por y para el jefe. De ah? que hoy, cuando el m?s grande jefe de filas de todos, Tadej Pogacar, se vio metido en la miseria, con algo m?s que una p?jara (igual ma?ana sabemos qué le ha ocurrido para que su rendimiento en la ‘etapa reina’ sea tan desastroso) y le grit? por radio, por el pinganillo, a su gregario preferido, Adam Yates, “?Adam, Adam, voy muerto, lucha por el podio!”, qued? demostrado que ellos, los jefes, los l?deres, los n? 1 de cada formaci?n también piensan en sus chicos.

Y es que, perdido el Tour, coronada la ronda por Vingegaard de forma admirable, bestial, autoritaria, como el m?s hambriento de los can?bales ruteros, el equipo Emirates intenta que los otros dos escalones del podio de los Campos El?seos estén ocupados por dos de los suyos, Pogacar y Adam Yates. Es un triste consuelo, sin duda, pues el esloveno est? ya a 7.35 minutos del futuro bicampe?n y a?n le queda, posiblemente, el martirio del etap?n de monta?a del s?bado donde, quien sabe, igual el l?der danés se apiada de él y deja que todos los dem?s se repartan las migajas de un Tour apoteos?co donde, pese al dolor en las piernas que llevan todos, dos espa?oles, Carlitos Rodr?guez y un tremendo Pello Bilbao a?n aspiran a ser plata o bronce. Dif?cil, pero no imposible.

Nuevo bicampe?n

La etapa fue épica, maravillosa, ?nica, s?, la ‘reinna’ de este Tour y todos, todos, brillaron como merecer?a el escenario pero, por encima de todos, por encima de esos 155 supervivientes que tomaron la salida, estaba Vingegaard y todo el Jumbo Visma, que ha demostrado ser, por mucho, por demasiado, el mejor equipo del mundo, pues su estrategia, la manera que empez? a colocar sus peones escalonadamente en las escapadas y a lo laro de la ruta para que, llegado el momento, le sirvieran de escal?n, de escalera hacia el firmamento, a un poderos?simo Jonas Vingegaard, demostr? que también el ciclismo es un deporte de equipo aunque, al final, son los vatios, el coraje, la determinaci?n, la fuerza y la ilusi? del l?der quien marca la diferencia.

Rozando el cielo, en la cima del tremendo, del demoledor, Courchevel, Vingegaard grit? “?victoria! ?es m?o!”, mientras, en las faldas de la monta?a, a?n resonaban el aullido, el lamento, el llanto de un Pogacar que confirm?, que lament?, que protest? “?Adam, Adam, voy muerto! ?Lucha por el podio!”



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