"En el delta del Ebro ha sucedido de todo. ?Pero quedarnos sin agua? ?Esto es lo nunca visto!". Albert Pons, arrocero de toda la vida, lleva desde las seis de la madrugada reparando desagües para aprovechar cada gota de agua. Son d?as de dudas y tensi?n: "Estamos inundando los campos de arroz sin la seguridad de que podamos cosechar".
A?n es primera hora de la ma?ana y el silbido del viento se mezcla con un ruido de metr?nomo aflautado. Es el canto del autillo, que a esta hora destaca por encima de los dem?s p?jaros. Algunos campos, pocos, ya est?n llenos de agua. Otros a?n no, ya que muchos agricultores optan por la "siembra en seco" para evitar que el caracol manzana destroce los cultivos. Lo que hacen es esperar a que el arroz crezca un poco para inundar entonces las parcelas.
Pons acompa?a la escena deltaica con sus explicaciones: "Tanto para un tipo de siembra como para el otro, llega un momento en el que est?s obligado a liberar el agua". Esto supone m?s inversi?n en maquinaria, para poder adaptarse a los dos estilos de siembra.
El arroz sembrado "en seco" empieza a crecer. | Zowy Voeten
"Estoy tirando arroz en el campo pensando que tiro el dinero por primera vez en la vida"
En las ?ltimas horas han recibido un mensaje de la
comunidad de regantes. Les exigen que mantengan todos los desguaces cerrados y que, cuando hayan llenado el campo, cierren la
toma de agua. Es decir, que
el agua que entra en el campo
no sale hacia las lagunas, como ocurr?a normalmente. Si permanece en los campos se rompe el ciclo.
Albert Pons, frente uno de los canales de riego. | ZOWY VOETEN
Esta es una de las
medidas aplicadas para afrontar una
temporada de riego condicionada por la limitaci?n que les impone la
Confederaci?n Hidrogr?fica del Ebro (CHE). Los arroceros solo tendr?n disponible el 50% del
agua (250 hm3 de los 500 hm3 habituales).
?Dejar?n campos sin regar? "No. Aqu? nadie nos ha avisado con antelaci?n, como s? ha pasado con los
arroceros del Empordà. La CHE ha actuado con alevos?a", critica Pons. Ya
tienen la siembre hecha y el adobe en el campo: "Nosotros empezamos ahora y
veremos c?mo acaba".
Kilian Franch y Albert Pons en uno de los arrozales. | ZOWY VOETEN
A la charla se suma otro agricultor,
Kilian Franch, que baja de su tractor para dar su opini?n: "Estoy sembrando arroz pensando que
tiro el dinero. Nunca en la vida ha ocurrido nada parecido". Si no llueve, les cortar?n el agua antes del mes de agosto. "Esto significar?a perder las cosechas", advierte
Franch. ?l ha decidido sembrar lo antes posible: "Por si hay suerte y puedo llegar a recoger algo".
Circuito truncado
Los nervios y la preocupaci?n de los arroceros monopolizan la conversaci?n en los bares de
Sant Jaume d'Enveja y
Poblenou del Delta. ?La falta de agua provocar? que el
arroz pierda calidad? Seg?n
Pons, es posible que s?: "La clave es que el agua
nunca se estanque en los campos, que vaya
circulando lentamente.
Kilian Franch ya ha sembrado sus arrozales. | EPC
Va entrando por la toma y va saliendo por el desagüe, para llenar lagunas ic?nicas como la
Encanyissada o la
Tancada".
"Nos obligan a cerrar los desagües y el agua no llegar? a las lagunas salobres"
Pero este a?o
no ser? como siempre. La
orden de la comunidad es "
no desaguar bajo ning?n concepto", lo que puede provocar que el agua se quede
demasiado tiempo en un mismo campo. "Esto
perjudica al arroz. Con el calor, el agua se evapora, y no estar? lo
suficientemente oxigenada", se queja Pons. "Y el arroz pide agua fresca cada d?a", zanja.
En el
canal de la izquierda, para poder reaprovechar el agua, los arroceros han trabajado para preparar las bombas de agua. As?, como m?nimo, se podr?
enviar el arroz de un campo a otro constantemente y no se estancar? tanto.
Pons cuenta las consecuencias negativas: "Con este sistema, le regalamos
autopistas acu?ticas al
caracol manzana, con el que llevamos
10 a?os librando una dura batalla. Pero parece que no hay otra salida".
"Si no logramos que el arroz florezca, no podremos cobrar ayudas econ?micas"
Los regantes del
canal de la derecha lo tienen todav?a m?s dif?cil. Deber?n sacar adelante sus cosechas sin este mecanismo de recirculaci?n. "
Mala pinta tiene todo esto", suelta
Toni Almudeve, otro agricultor. "Pero seguimos trabajando", se resigna.
Preparaci?n de las banderas negras que ahuyentan a los flamencos. | ZOWY VOETEN
En una de las barracas de agricultores del
canal de la derecha, arroceros preparan las "banderas piratas", hechas con
bolsas de basura, que ahuyentan a los flamencos para que no se coman el arroz. Otros preparan la tierra para la siembra incierta. En algunos campos ya lo tienen
todo inundado para evitar que la sal emerja y da?e el arroz. El agua dulce mantiene a raya el agua salada.
70 millones en juego
La
carrera de fondo de los arroceros ha empezado. Todos ellos se conjuran para
lograr la floraci?n del arroz a
mediados de julio: "Si logramos llegar vivos a este punto, al menos podemos
recibir las ayudas. Si no, no aspiramos ni a las
compensaciones econ?micas".
Daniel Forcadell en su tractor. | ZOWY VOETEN
Pons teme que todos los agricultores de Catalu?a pidan ayudas econ?micas: "No ser? f?cil que nos las den, pero si la planta no florece ser? imposible cobrarlas". Después, para
conseguir cosechar decentemente, se necesitar?a agua
durante todo el mes de agosto, algo que la CHE no asegura si el
embalse de Mequinenza sigue perdiendo fuelle. Los arroceros intentan no perder la esperanza. Saben que la Generalitat ha pedido a la CHE que asegure el
caudal ecol?gico durante todo el verano, lo que salvar?a los arrozales.
"Nosotros regamos. Si se termina el agua, no habr? nada que hacer"
?Cu?nto dinero hay en juego? En el delta se cultivan
140 millones de kilos de arroz, a
0,5€ al kilo. Es decir, que si no se cosechase nada, se dejar?an de ganar
70 millones. "Es un desastre, nunca hemos sembrado ante un escenario como este", sentencia
Daniel Forcadell, otro arrocero del canal de la derecha que preside la junta del parque natural.
Ya no est?n a tiempo de cambiar de cultivo. El agua dulce ya irriga toda la red de riego. Y esto significa que el
agua dulce, el coraz?n del ecosistema del delta, ya late en los arrozales. "Lo que est? por ver es si llegar? hasta el final. Nosotros regamos. Si se termina el agua, no habr? nada que hacer".
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