El camino a las elecciones auton?micas y municipales de mayo comienza su andadura con tensiones entre el Gobierno y uno de sus barones de m?s peso, Ximo Puig, por el agua, un asunto casi identitario en la Comunidad Valenciana. La confluencia en el tiempo de dos temas -la finalizaci?n de lasayudas al agua desalada para la agricultura y los cambios en el trasvase del Tajo Segura por la revisi?n de los planes hidrol?gicos- ha enfrentado al presidente valenciano con el Ejecutivo.

Pero en el Gobierno no acaban de entender este choque porque desde hace semanas se est? trabajando en el dise?o de nuevas subvenciones para abaratar el precio de las desalaci?n. Un real decreto con subvenciones a la producci?n de agua en plantas desaladoras, de car?cter "transitorio", hasta que el despegue de las energ?as renovables, en el horizonte probablemente de 2026 o 2027, consiga reducir su coste. Seg?n fuentes del Ejecutivo tanto la Generalitat como los regantes "est?n informados" de que éste es el plan del Ministerio de Transici?n Ecol?gica y en la ?ltima semana del mes de diciembre se mantuvieron reuniones. En ellas, a?aden, se avanz? incluso en un acuerdo sobre la cuant?a de la subvenci?n.

A la largo de este a?o han estado vigentes ayudas para el abastecimiento de agua de regad?o destinadas a paliar los efectos de la sequ?a pero la mejora de las condiciones clim?ticas ha hecho que expiren este 31 de diciembre. Es cierto, como denuncian las asociaciones de agricultores, que sin ellas el precio del agua se triplica pero también lo es que conocen, seg?n el Ministerio que dirige la vicepresidenta, Teresa Ribera, la inminente aprobaci?n de nuevas subvenciones.

La previsi?n es que el Consejo de Ministros las apruebe a lo largo de este mes, después de "debatirla y consensuarlas con los actores implicados en las ?ltimas semanas de diciembre".



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