La guerra civil en el Sevilla se recrudece, y en todos los ?rdenes. La Junta de Accionistas celebrada ayer fue especialmente tormentosa, ya que no aprob? las cuentas ni la gesti?n del Consejo, pero el expresidente José Mar?a del Nido no pudo recuperar el poder, como era su intenci?n.

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"En la pr?xima Junta General de Accionistas lo cesaré porque usted es el c?ncer de la actual sociedad", asegur? Del Nido en un clima de enorme tensi?n.

Al llegar la reuni?n al punto décimo del orden del d?a, el cese de los miembros del Consejo de Administraci?n, y al decimotercero, Ejercicio de la acci?n social de responsabilidad contra los administradores, se arm? la marimorena. José Castro anunci? el criterio de la votaci?n afirmando que Del Nido no pod?a hacerlo.

"Este criterio no s?lo es el m?s ajustado a derecho, sino que responde al auto de la Audiencia Provincial de Sevilla del pasado 12 de diciembre", anunci? el actual presidente, que record? a Del Nido que sus acciones aprobadas no pod?an votar para destituir ni nombrar nuevos consejeros.

Las casi 32.000 acciones agrupadas por Del Nido fueron descontadas del qu?rum para la votaci?n de la destituci?n del actual consejo, y el expresidente explot?: "Usted no sabe lo que es trilero, un juego que venden como el monopoly. Est? haciendo un juego de trileros. Un juego de fichas. No tiene usted el apoyo del accionariado, con lo cual, cualquier acto que realice, si supero el test de resistencia, es ilegal", a la vez que anunciaba acciones jur?dicas contra el actual consejo rector del club.

"Cre?amos que usted iba a respetar el derecho de la mayor?a, y usted no tiene a favor la mayor?a. El a?o que viene presentar? usted unas pérdidas de 30 millones de euros y le rezo a la Virgen Mar?a para que no tengamos un accidente deportivo. La sociedad es un caos, porque no tiene capit?n", coment? un airado Del Nido.

La votaci?n rechaz? el cese del Consejo, as? como la acci?n social de responsabilidad, con el consiguiente revuelo y gritos contra el consejo. La Junta tuvo que ser interrumpida en un clima muy caldeado y con Del Nido gritando desaforadamente, por lo que tuvo que ser tranquilizado por la seguridad del acto.



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