Pilar (nombre ficticio) es madre de una ni?a de 14 a?os que a los 12 cay? en la anorexia. La menor ha dado tumbos de un lado a otro para lograr ser atendida por especialistas en salud mental. En los centros de salud mental infantojuvenil (CSMIJ), colapsados todos ellos por el alarmante aumento de trastornos mentales(especialmente en ni?os y adolescentes) y porque la inversi?n p?blica sigue siendo insuficiente, no fue posible, ya que la atend?an una vez cada cinco semanas. Una atenci?n claramente insuficiente.Pilar no tuvo otro remedio que, al cabo de un a?o deambulando por la sanidad p?blica, acudir a una cl?nica privada, que paga con ayuda familiar y donde la visitan una vez a la semana.

Eltrastorno de su hija acab? enferm?ndola a ella: "Tuve que ir al psic?logo yo también. Y medicarme para sobrellevarlo. Hac?a de madre, de psic?loga y de polic?a", recuerda ahora. Esta es la historia de una vecina de Girona que, bajo un estricto anonimato, cuenta a El Peri?dico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica, su odisea personal para conseguir ayuda para su hija.

"Todo empez? hace dos a?os, cuando la ni?a ten?a 12. Empez? con una anorexia restrictiva. Hay muchos factores por los que se enferman de algo as?, en su caso fue el 'bullying'", explica la madre. Hasta entonces su hija era una "ni?a s?per normal", "estudiosa", "buena". "Pero empez? primero de ESO y empez? a sufrir por parte de varias ni?as acoso y machaque psicol?gico con el tema del cuerpo". Ah? empez? la ni?a a "caer en el pozo". "El instituto no era lo que ella se pensaba, las amigas se met?an con ella"

Poco a poco, empez? a "encerrarse en s? misma", a estar "muy callada", "muy triste", a pasar "muchas horas en la habitaci?n". Hasta que también empez? a dejar de comer. Era mayo de 2020. "Yo por suerte me di cuenta enseguida. Las maestras también alertaron r?pido. Me dijeron que a la ni?a le cambi? el car?cter", relata Pilar.

La madre se puso a indagar en Google. "Y todo me llevaba a un trastorno de la conducta alimentaria (TCA). Mi hija empieza ahora, dos a?os después, a ser consciente de lo que ocurri?. Hasta hace poco, seg?n ella hab?a pasado una mala época, no era consciente de la gravedad de esta enfermedad", cuenta la mujer.

Sin ayuda a la que recurrir

La anorexia que sufri? su hija no fue de las "m?s dr?sticas". Era una anorexia restrictiva, en la que se limita mucho los alimentos. "No vomitaba, no se autolesionaba. Pero escond?a comidas. Se quit? postres y meriendas. Pas? a comer lo m?nimo posible". En pocos meses la ni?a perdi? 18 kilos. De pesar 58 (mide 1,60), se qued? en 49. Ahora est? en 46 kilos. "Cuesta mucho recuperar el peso, pese a que ahora come muy bien. Como era tan peque?a, se le par? el desarrollo. Y ah? vamos". El primer verano con la enfermedad, el de 2020, la ni?a no quer?a ir a la playa o, si iba, lo hac?a con una sudadera puesta.

Para Pilar este proceso fue especialmente duro por la terapia. Asegura que no las ayudaron "en ning?n sitio" y que lo pasaron "muy mal". "Primero busqué una psic?loga privada, pero me dijo que era una depresi?n y no quiso medicarla, sino solo hacer terapia. Fue cinco meses y cada d?a la ni?a estaba m?s hundida", cuenta Pilar. As? que se fue al médico de familia.

En el centro de salud la visitaron, la pesaron y la miraron, y confirmaron que "todo apuntaba a una anorexia". Pero como la ni?a no se autolesionaba y nunca dej? de comer del todo, no la ingresaron en un hospital de d?a. "La derivaron a un CSMIJ. All? ten?a una psic?loga especializada en TCA, pero no una nutricionista. Para estas cosas se necesita un equipo multidisciplinar", asegura la madre.

Visitas de 40 minutos cada 5 semanas

El problema es que el CSMIJ visitaban a la ni?a cada cinco semanas. "40 minutos cada cinco semanas... La ni?a iba a peor, segu?a perdiendo peso, estaba muy encerrada, no hablaba con nadie y no quer?a ir al instituto. Hablé muchas veces con la pediatra para que le aumentaran las visitas, y nada", cuenta Pilar.

Esa misma pediatra del CAP acab? recomend?ndole que se fueran a la privada. Y Pilar acab? con su hija en una cl?nica que ten?a una unidad especializada en trastornos alimentarios. Fue en abril de 2021, ya hab?a pasado un a?o desde que la ni?a empez? con la anorexia. "Mi hija nunca lleg? a estar ingresada. Pero en esta cl?nica le hacen cada semana terapia y tiene una nutricionista. Porque tenemos que seguir unas pautas alimentarias". Entre estas pautas figuran, por ejemplo, tapar los espejos de la casa o no comer en ning?n restaurante. Pilar tiene que cocinar alimentos muy espec?ficos.

La ni?a est? medicada por una psiquiatra, que le diagnostic? adem?s fobia social y depresi?n. "En el colegio va bien. Est? muy recuperada, pero por ejemplo a?n tiene mucha obsesi?n con la talla de la ropa. Y fobia a los dulces. Es un trabajo muy lento", dice la madre.

Para poder pagar la cl?nica privada Pilar necesit? de ayuda familiar. Y también ir recortando de sus propios gastos. "Fui quit?ndome seguros de mutuas". A la ni?a, asegura, el car?cter le ha cambiado: "Ahora es muy exigente, muy perfeccionista... Tiene miedo de que la juzguen. Ella cay? en esto por la presi?n social; otros ni?os, por las redes sociales", concluye esta madre.



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