Al ritmo de m?sica folcl?rica, interpretada por una orquesta juvenil, Nicol?s Maduro le abri? las puertas del Palacio de Miraflores a su colega colombiano, Gustavo Petro. La visita, que provoc? malestar en parte de la oposici?n venezolana, es consecuencia del proceso de mejora de unas relaciones que llegaron a su punto m?s bajo en 2019, cuando Iv?n Duque reconoci? a Juan Guaid? como "presidente encargado", en sinton?a con la Administraci?n de Donald Trump. Tras la asunci?n de Petro comenz? muy lentamente a normalizarse el intercambio en la frontera com?n de 2.200 kil?metros. A la vez, Venezuela acept? jugar el papel de pa?s garante y ser una de las sedes de las pr?ximas negociaciones del Gobierno colombiano y el ELN, la guerrilla guevarista que opera desde mediados de los sesenta.

Esos precedentes no alcanzaban para justificar el viaje del primer presidente de izquierdas de Colombia a Caracas. La reuni?n entre ambos jefes de Estado excedi? los asuntos bilaterales. Venezuela ha aceptado reintegrarse a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), duramente cuestionada por el madurismo. Petro, de esta manera, se ha blindado de las cr?ticas que ha recibido también en su pa?s sobre una supuesta indulgencia en relaci?n a los problemas internos venezolanos.

El mandatario colombiano fue recibido en el Aeropuerto Internacional de Maiquet?a Sim?n Bol?var por la vicepresidenta, Delcy Rodr?guez. No lleg? solo. Lo acompa?aba Luis Ernesto Vargas, el embajador colombiano ante la Organizaci?n de Estados Americanos (OEA), el organismo continental que Caracas abandon? cuando le extendi? un manto de legitimidad al representante de Guaid?.

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Di?logo en México

Colombia, donde viven 1,8 millones de inmigrantes venezolanos, que hab?an abandonado su pa?s en medio del derrumbe econ?mico y el conflicto interno, est? particularmente interesada en la reapertura de las conversaciones entre el Gobierno de Maduro y la oposici?n en México para encontrar una salida consensuada a la crisis y celebrar los comicios presidenciales de 2024 con garant?as renovadas de transparencia. Ese es un interés que Bogot? comparte con Washington.

La situaci?n fronteriza también reclama a los dos pa?ses medidas m?s enérgicas. Petro se ha mostrado decepcionado por el escaso flujo comercial desde que se levantaron las trabas. Los a?os de enfriamiento diplom?tico no hicieron m?s que dinamizar el contrabando y los circuitos ilegales del comercio. Colombia espera sumar a Venezuela a su agenda en defensa de la Amazon?a y en el marco de las reuniones preliminares a la COP 27.



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