Frenkie de Jong pis? el césped dispuesto a no desaprovechar la oportunidad que le hab?a dado Xavi. No era una m?s porque, tras una semana muy movida, el holandés sab?a perfectamente que su partido pod?a suponer un punto de inflexi?n en el futuro de la posici?n de pivote. Tras los ?ltimos resultados se hab?a instalado en el entorno la necesidad de dar descanso a Busquets y as? lo acab? decidiendo el técnico.

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No se equivoc? porque De Jong, que el pasado verano fue capaz de soportar una presi?n enorme para evitar su salida del Camp Nou, jug? uno de sus mejores partidos con la camiseta del Barça. Desde el primer minuto, Frenkie se hizo un gigante en la medular, desde donde construy? todo el juego ofensivo del equipo, leyendo cada jugada con precisi?n. Tanto que complet? 75 pases con acierto y solo err? cuatro balones. Adem?s, le hicieron dos faltas y, lo m?s importante, no cometi? ninguna, fruto de estar siempre en el lugar correcto. Tanto para apoyar a sus compa?eros como para frenar las contras del Villarreal. Sus movimientos ayudaron a que el Barça no sufriera y suya es también la responsabilidad de que el ataque fuera ordenado en todo momento.

De Jong pidi? el cambio a los 70 minutos y cedi? su espacio a Busquets en lo que, en cierta manera, fue algo as? como un relevo generacional, un cambio de rol de uno y otro futbolista. Casi un punto de inflexi?n. El Camp Nou as? lo entendi? y recompens? al holandés ovacion?ndole con gratitud.*



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