Un ultim?tum y ahora una cuesti?n de confianza. Juntsaprieta las tuercas a Pere Aragonès hasta el punto de provocar el hast?o del 'president' que ha suspendido su agenda para encarar una crisis que pone en al Govern al l?mite. Pero a fecha de hoy, no entra en los planes del 'president' provocar una ruptura expulsando a los 'consellers' de JxCat. M?s bien considera que eso ser?a la soluci?n que buscan los socios con el objetivo de construir el escenario de que ERC es la "culpable" del divorcio, aunque todo es susceptible de evoluci?n porque Aragonès ha convocado esta tarde a las 17 horas una reuni?n extraordinaria del Consell Executiu.

Esquerra no ceder? en las tres exigencias que blande la posconvergencia para afear a los republicanos falta de compromiso con el pacto de gobierno -la unidad en Madrid, la mesa de di?logo acotada a la amnist?a y la autodeterminaci?n, y la direcci?n estratégica-, mientras que JxCat eleva la apuesta amenazando con una prerrogativa que s?lo puede activar Aragonès y que, evidentemente, no entra en sus planes. Est? por ver si, finalmente, asumen que solo una moci?n de censura podr?a echar al jefe del Govern y disolver, a la vez, su equipo de 'consellers', para lo que se requerir?a una alternativa como presidenciable en el pleno.

El 'president' est? convencido de que su hoja de ruta pragm?tica -el di?logo y la negociaci?n- es la ?nica que hoy por hoy est? sobre la mesa y que debe complementarse con la v?a canadiense para recabar apoyos en la comunidad internacional. Algo que, para Junts, provoc? el r?pido rechazo de Moncloa y la "soledad" del jefe del Govern, que tan s?lo convenci? -y parcialmente- a los 'comuns'.

41 de 74 diputados

El argumento posconvergente es que el 'president' desoye, que ha perdido el apoyo de 41 de los 74 diputados que le avalaron -los que suman Junts y CUP- y que est? siendo forzado a tomar decisiones. Precisamente, todo lo contrario de lo que opina Esquerra, convencida de que Junts se est? rompiendo por dentro con ofensivas que no pueden cumplir porque no saldr?n del Consell Executiu. El partido puede resquebrajarse si no logra ganar este pulso y arrancar un gesto de Aragonès que les permita explicar que deben permanecer en el Govern.

De lo contrario, su presi?n se convertir?, de nuevo, en un bumer?n contra las propias filas. De ah? que, pese a la amenaza desde el atril del hemiciclo, las primeras espadas empiecen a rebajar el tono. Lo que est? en juego es la estabilidad de un Executiu en convulsi?n constante, pero también el poder y la influencia para encarar el multiciclo electoral que se avecina.

En este momento, con las agendas suspendidas -también la del vicepresidente Jordi Puigner?- Aragonès analiza todos los escenarios posibles, desde la ruptura a una remodelaci?n del Govern, mientras que Junts espera ser convocado a una cita que puede tomar forma de c?nclave al m?s alto nivel (para que participen Laura Borràs y Jordi Turull) o, como m?nimo, un encuentro discreto entre el 'president' y el 'vicepresident'.

La externalizaci?n del conflicto

Desde Palau mantienen que plantear una cuesti?n de confianza supone, precisamente, retirar la confianza en el l?der del Consell Executiu y en su l?der, as? que reclaman a Junts que se aclare, que tome las decisiones oportunas y que no externalice un "conflicto interno" a la primera instituci?n catalana. Y es que, seg?n varias fuentes, algunos de los 'consellers' posconvergentes no estaban informados de que la apuesta del partido se elevar?a hasta el punto de pedir una cuesti?n de confianza, aunque fuentes oficial de la formaci?n lo niegan.

En pleno debate de pol?tica general, que se retomar? el viernes, ERC y Junts s?lo han registrado 22 propuestas de resoluci?n sectoriales conjuntas, en la carpeta 'procesista' va cada uno por su lado y Junts, con textos en los que reivindican el papel de sus 'consellers' en el 'procés'.

Los republicanos aseveran que lo que ahora se exterioriza lleva larvado un a?o, desde que, contraviniendo el pla de Govern, alegan, Junts quiso poner en su delegaci?n en la mesa de di?logo a personas que no eran miembros del Executiu. Con las sillas de los posconvergentes vac?as en lo que es el gran objetivo estratégico del Executiu, el foro de negociaci?n, lo "l?gico", se?ala, es que "se hubieran ido". "Pero aqu? tan importante es si rompemos o no como quién rompe, quién es el malo de la pel?cula para el electorado, a ocho meses de las elecciones municipales", zanja un republicano.



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