La realidad sabotea a menudo las expectativas con bastante mala leche. Hay un trecho significativo porque la imaginaci?n tiende a ponerse en lo mejor o lo peor. No hay término medio. En el f?tbol (territorio de emociones y grandes adjetivos) el fen?meno se repite cada pretemporada. Se compran cromos nuevos, se fantasea con un equipo memorable y se sacan conclusiones rotundas en amistosos.*

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As? ha sido siempre y as? seguir? siendo porque esto va de ilusionarse. As? se explica el lleno del Camp Nou (m?s de 80.000 personas), que asisti? en masa al debut del equipo ante el Rayo. A ver un Barça que ya no habla de reconstrucci?n, porque la inversi?n exige t?tulos. La realidad, a veces pu?etera, baj? el soufflé a las primeras de cambio.

Ni rastro del Barça vibrante de la pretemporada. Fue un equipo pesado como el bochorno que se ha instalado estos d?as en la ciudad. En la primera media hora el Barça estuvo visiblemente inc?modo. Un dato: Dembélé y Raphinha hab?an tocado m?s balones que Gavi y Pedri. Sorprende pero no es tan novedoso: el Barça de Xavi es un equipo mucho m?s vertical de lo que todo el mundo auguraba.*

Enfrente tuvo un Rayo que hab?a estudiado al Barça y jug? sus cartas de maravilla: orden defensivo, vértigo a la contra y continuas interrupciones. Las mismas, por cierto, que la temporada pasada cuando le arrebat? seis puntos a los azulgrana en LaLiga. El culé acudi? al campo a disfrutar de jugadores como Lewandowski (el gran reclamo), Raphinha (la irrupci?n de la pretemporada), Dembélé (el goleador de los amistosos) o Pedri (el gran talento joven), pero vio una versi?n mustia de todos ellos.*

Al Barça le fue cambiando el ?nimo, ansioso por resolver el partido, precipitado ante un desenlace inc?modo. El Rayo, al que el Barça de Xavi no ha logrado marcarle un gol, agu? la fiesta. Nadie imagin? un estreno as?. Dice el técnico que quieren enganchar a la afici?n y respondi? el culé, que fantase? con una noche redonda. De las que invitan a so?ar con goles insospechados, jugadas memorables y t?tulos. No fue el caso: ni siquiera hubo goles en una noche anticlim?tica.***



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