El 'culebr?n De Jong' no puede alargarse demasiado. Cada d?a que pasa sin resolverse a?ade tensi?n a la situaci?n. Y eso no es saludable ni para el jugador ni para el Barça. El club blaugrana le ha planteado dos alternativas al futbolista: rebaja de ficha muy importante (alrededor del 50 por ciento) o traspaso. Cualquiera de las dos opciones es buena para la entidad, que necesita liberar masa salarial de forma inmediata. El Barça, a pesar de haber activado las cuatro palancas financieras, sigue superando el l?mite del ‘fair-play’, lo que le impide inscribir a los cinco fichajes (Christensen, Koundé, Kessie, Raphinha y Lewandowski) y a los dos ‘renovados’ (Sergi Roberto y Dembélé). En total, siete futbolistas pendientes de regularizaci?n a solo 24 horas del inicio de la Liga. El problema es que De Jong, de momento, sigue enrocado y no acepta ninguna de las dos soluciones que le ha ofrecido el Barça. Es decir, ni quiere irse (tiene ofertas del Chelsea y del Manchester United) ni quiere bajarse la n?mina.*

Su postura intransigente (aunque leg?tima) est? generando desasosiego en el club y malestar entre los socios y aficionados. Y la filtraci?n de que la renovaci?n que le hizo Bartomeu (con nocturnidad y alevos?a) presuntamente podr?a incurrir en alguna ilegalidad no ha hecho m?s que incrementar la tensi?n. Ya recibi? pitos en la presentaci?n del Gamper (que luego, eso s?, se transformaron en aplausos tras su gran segunda parte) y algunos energ?menos, incluso, le insultaron hace dos d?as cuando se dirig?a al entrenamiento en la Ciutat Esportiva. Esta crisis es insostenible hasta el cierre del mercado, el 31 de agosto. Debe resolverse, para bien o para mal, en las pr?ximas 24 horas. Porque la presencia de De Jong en el debut de la Liga ante el Rayo en el Camp Nou se antoja, como m?nimo, compleja.

En toda esta polémica, Xavi es un espectador preocupado. Si se queda De Jong, perfecto, porque valora much?simo su talento. Si se va, también, porque el dinero de su venta har? m?s f?cil el fichaje de Bernardo Silva, que es el interior que realmente desea para formar un centro del campo muy técnico junto a Busquets y Pedri. Lo que no quiere Xavi es que la incertidumbre se mantenga. El jugador est? profundamente molesto y el entrenador teme que eso acabe traslad?ndose, de alguna manera, a un vestuario en el que se sigue respirando una ilusi?n tremenda. La soluci?n es urgente.



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