Taiw?n concluy? esta ma?ana su segunda y ?ltima jornada de maniobras militares con la indisimulada voluntad de que la tormenta amainara. El lanzamiento de obuses a las aguas del septentrional condado de Pingtung apenas se alarg? durante una hora y las autoridades se esforzaron después en empeque?ecer su relevancia. No buscaban responder a China sino confirmar que la artiller?a segu?a en buen estado, aclar? Lou Woei-jye, portavoz castrense.

Conven?a dejar las aguas tranquilas después de que China hubiera cancelado el d?a anterior sus elefanti?sicas maniobras militares. El Ejército de Liberaci?n Popular aleg? que ya hab?a completado con éxito las misiones previstas y probado la eficacia de sus tropas as? que a partir de ahora se limitar? a fiscalizar el estrecho con patrullas regulares. No hay precedentes de aquellas maniobras en una zona, el estrecho de Formosa, donde no han escaseado. Incluyeron el lanzamiento de misiles, la demarcaci?n de seis zonas de ejercicios que provocaron un bloqueo de facto sobre la isla y se proyectaron m?s all? de los cuatro d?as previstos. Las aguas han recuperado el sosiego, los vuelos salen y llegan de nuevo y no hay m?s salvas que las dialécticas.

Libro blanco sobre Taiw?n

Taipéi ha reiterado su rechazo a la f?rmula de “un pa?s, dos sistemas” que hab?a incluido la v?spera China en su nuevo libro blanco sobre la isla y repiti? que Taiw?n ser? lo que los taiwaneses quieran. Ni la oferta china ni el rechazo taiwanés permiten la sorpresa. Deng Xiaoping, el brillante arquitecto de las reformas, ide? aquella f?rmula para la isla pero acab? implantada en Hong Kong, donde protegi? las libertades durante dos décadas hasta que las protestas masivas reventaron sus costuras. La f?rmula est? tan quemada que ni siquiera el Kuomintang, el partido m?s af?n al continente, quiere saber de ella en Taiw?n.

El nuevo libro blanco sobre Taiw?n sustituye al de veinte a?os atr?s y contiene p?rrafos amistosos como el que alude a la creaci?n de “un amplio espacio para la reunificaci?n pac?fica”. Plantea dos escenarios opuestos. En uno, Taiw?n disfrutar? de seguridad y dignidad bajo el paraguas chino; en el otro, padecer? la tolerancia cero hacia las actividades separatistas. “China no renunciar? al uso de la fuerza y se reserva la opci?n de tomar todas las medidas necesarias”, amenaza. “S?lo nos veremos forzados a esas dr?sticas medidas para responder a la provocaci?n de elementos separatistas o de fuerzas externas que cruzan nuestras l?neas rojas”, a?ade.



"Un pa?s dos sistemas"

El documento insiste en mantener la quimérica f?rmula de “un pa?s, dos sistemas” y, como s?ntomas de la tensi?n reciente, ha podado viejas garant?as. No hay rastro del compromiso del gobierno central a no desplegar personal administrativo ni militar en la isla ni a debatir cualquier asunto siempre que se respete el principio de una sola China. Tampoco promete m?s autonom?a de la otorgada a Hong Kong y s?lo contempla para la isla v?nculos comerciales y culturales con otros pa?ses.

El libro blanco contempla un horizonte de reunificaci?n que parece hoy tan lejano como antes del viaje de la congresista Nancy Pelosi. Ni la absorci?n pac?fica, que pretende Pek?n, ni la invasi?n militar, que teme Occidente, son probables.



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