El terrible incendio forestal que se desat? este jueves por la tarde en Monte Xiabre se extendi? con rapidez y virulencia, empujado por el viento y la gran cantidad de maleza existente en el monte arbolado que las llamas acabaron arrasando. Minutos antes de la 1:00 de la madrugada la Conseller?a de Medio Rural estimaba que ya se hab?an quemado 250 hect?reas.

Sucedi? en los términos municipales de Vilagarc?a y Caldas, precipit?ndose los acontecimientos en cuanto cay? la noche y convirtiéndose todo en algo as? como un infierno a medida que avanzaba la madrugada. Se ha activado la situaci?n de alerta 2 por la cercan?a de las llamas al n?cleo de poblaci?n de A Porteli?a y también se ha solicitado la presencia de la Uni?n Militar de Emergencias (UME).

Fue preciso desalojar viviendas en diferentes lugares. Algunos tan alejados del foco original como Rubi?ns, donde el fuego apareci? tras cruzar sin dificultad las carreteras.

Carreteras cortadas

V?as de circulaci?n que tuvieron que ser cortadas mientras los vecinos de lugares como Castroagud?n, Servicio Municipal de Emergencias, Protecci?n Civil, Polic?a Local, Polic?a Nacional, Medio Rural y Guardia Civil hac?an lo que buenamente pod?an para combatir el fuego. La Direcci?n General de Tr?fico (DGT) informa de que se ha cortado la circulaci?n en la VG-4.7 y en la PO-305.

Pero las llamas avanzaban descontroladas y se apreciaban desde el centro de la ciudad, donde numerosos ciudadanos pasaron buena parte de la noche asomados a ventanas y balcones.Las explosiones

Todos, tanto los residentes cerca de las llamas como los m?s alejados, estaban asustados. Y m?s que lo estuvieron en cuanto empezaron a escuchar explosiones.

No sab?an a qué se deb?an, de ah? que muchos pensaran en las naves del pol?gono industrial de O Pousadoiro. Pero lo que estaba sucediendo es que estaban explotando las bombonas de butano que se encontraban en una chatarrer?a que estaba siendo afectada por las llamas.

Tensi?n en aumento y animales evacuados

La tensi?n iba en aumento por momentos. Especialmente entre los ciudadanos que vieron el fuego m?s cerca de sus fincas y casas.

Algunos tuvieron que trasladar sus caballos y otros animales a un lugar seguro. Otros se ayudaban como pod?an y, con mangueras, motocultores, cubos, ramas o lo que tuvieran a mano intentaban colaborar con los servicios de extinci?n.

Con diferentes focos activos, el fuego segu?a extendiéndose a las tres de la madrugada.

Y algo parecido estaba sucediendo en la sierra de Barbanza, de ah? que, a pesar de la oscuridad de la noche, pudiera apreciarse que la r?a de Arousa estaba cubierta de un preocupante manto rojo, como era el formado por espesa humareda iluminada por las llamas.



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