El adi?s de Mirotic ha dejado la inquietud de las historias que se cierran m?s por pragmatismo que por convicci?n. Ni él quer?a irse ni el Barça le habr?a invitado a marcharse en otras circunstancias econ?micas. La imagen de la alegr?a del campeonato contrasta con el peso del final de una era. La que estaba llamada a liderar Mirotic, que puso patas arriba el mercado con su fichaje.

Lo suyo fue una revoluci?n, pero no porque prefiriera antes el Barça que a la NBA, sino por las condiciones en las que lo hac?a. Era un jugador importante en la mejor liga del mundo y ten?a una propuesta econ?mica superior: Utah Jazz le ofrec?a 45 millones por tres a?os. Aquello era lo ins?lito.

Que tuviera un pasado en el Madrid mejoraba a?n m?s la narrativa de un fichaje hist?rico que ten?a que cambiar la tendencia entre los dos grandes.El Madrid segu?a alargando un ciclo dominante y el Barça buscaba recuperar su estatus. El club quer?a ser el mejor de la ACB, pero sobre todo el fichaje de Mirotic era para reinar en Europa. El diagn?stico era rotundo: ten?a que ser un jugador dominante, el mejor de la Euroliga.

El balance final de Mirotic depende del punto de partida de las expectativas. Es indiscutible que las dos ligas ACB y las dos copas que se han ganado en los ?ltimos cuatro a?os no se entienden sin su influencia. Pero también que dijo en su presentaci?n que ven?a para marcar una época y todo el mundo entendi? que esa época incluir?a alguna Euroliga.

No ha sido as?, pero el Barça ha logrado con Mirotic recuperar su estatus en la ACB y ser habitual en la Final Four. Quiz?s no ha sido el l?der indiscutible que se esperaba, pero ha conseguido un v?nculo feroz con el Palau, que lo despidi? con la liturgia de los tipos que trascienden lo deportivo.



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