A sus 35 a?os, Leo Messi sigue desempolvando trucos. En ese interminable cuento de hadas que arranc? hace dos décadas, el crack anda decidido a desafiar a quienes, acuciados por el terrible dolor que les causaron sus estragos, llevan lustros enteros so?ando con su retirada, d?ndole casi por acabado y situ?ndole*por detr?s de la estrella de turno. Hubo un largo etcétera... Robinho, Robben, Cristiano o Benzemà fueron utilizados de manera recurrente para bajarle a la tierra. Ni con el portugués, el ?nico que logr? competirle su reinado en los n?meros, lograron descabalgarle.

Ahora, la ?ltima esperanza lleva el nombre de Kilian Mbappé. Claro, tarde o temprano, por una pura cuesti?n de edad, acabar?n en Cibeles festejando el fin. Pero Leo lo va a poner caro. A la espera de los cuartos, su contribuci?n al avance de la albiceleste est? siendo casi epopéyica. Poes?a en plena odisea. Messi capitanea un grupo que salta al piso para salvar a un pa?s, no para jugar al f?tbol. En el ?mbito del deporte de élite, tal vez no exista mayor presi?n. Y lo est? bordando.

Decisivo en los tres ?ltimos partidos, ante Australia, en octavos, protagoniz? la mejor media hora de un futbolista en el campeonato. Gener?, pas?, desbord?, marc? y asisti?. Lo de casi siempre, pero m?s viejo, con acompa?amientos menos fiables y un pueblo incontenible detr?s que conf?a en proclamarle heredero de Maradona. Mbappé es muy bueno, sus cifras mundialistas no parecen humanas, pero con 23 a?os Messi ten?a tres balones de oro y era tricampe?n de Europa. Cuidadito. Mbappé se enfrenta a un animal de 41 t?tulos colectivos y 78 individuales. Es, gane o pierda en Qatar, el mejor de la historia. Pero si se “equivoca” y se lleva el “Troncho”, no habr?a excavadoras para ampliar la cueva. Veo ya caritas de pavor. Rezando est?n.***



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