Entre lo que nos gustar?a que fuese y lo que es, muchas veces hay un trecho enorme. El caso Negreira est? poniendo en evidencia -una vez m?s- la era pantanosa de la posverdad que vivimos. Un caso que mancha por completo la imagen de ciertos personajes como el mismo Enrique y como el FC Barcelona acabar? manchando aun m?s la reputaci?n de algunos periodistas y peri?dicos que tratan de vender lo que les gustar?a que fuese, pero no es. Todo por el morbo. Todo por la polémica. Todo por el click.

Lo que desde el principio evidenciaba el chanchullo de unos gangsters con sed de billetes, se ha convertido en la persecuci?n de todo el arbitraje espa?ol y, de paso, llevarse por delante el prestigio de unos jugadores que han llevado el futbol espa?ol a niveles de excelencia jam?s alcanzados. Y ah? est? el origen de todo. A ciertos madridistas les molesta que el mejor futbol de la historia se haya jugado en Barcelona y no en Madrid. Les duele. Y como esos ni?os enrabietados que buscan explicaci?n a sus carencias, se cogen a cualquier clavo que les permita explicar sus fracasos, aun siendo ese clavo una gran mentira.

Ver a gente adulta -y presuntamente inteligente- propagando la idea de que las debacles monumentales de su equipo se deben no a lo deportivo, si no a una conspiraci?n judeomas?nica de ?rbitros comprados, ser?a gracioso si no ofendiese a lo m?s sagrado, que es la verdad. Y la verdad en este caso es, no solo evidente, si no que ha sido presenciada por millones de personas en todo el mundo. La ?ltima ofensiva -c?mica- ha sido tratar de manchar el 5-0, intentando hacer entender que el famoso ba?o futbol?stico fue obra de un acuerdo de despachos y maletines entre el Barça e Iturralde y no lo que todo el mundo vio: un equipo -vestido de blaugrana- toreando a otro equipo -vestido de blanco- que parec?an, en comparaci?n con el rival, once chavales alevines siendo vacilados por sus hermanos mayores.

Cierto es que los que gritan a los cuatro vientos estas falacias, son la minor?a, los adultos e inteligentes de verdad, sean del equipo que sean, saben muy bien que el caso Negreira es un caso demasiado grave como para transf?rmalo en una batallita de hooligans en redes sociales y peri?dicos. Si se demuestra lo que presuntamente parece ser, que unos cuantos se han forrado il?citamente a costa de uno de los clubs m?s importantes del mundo, la imagen del FC Barcelona quedar? manchada para siempre. Y que se llega hasta el fondo, y que paguen todas las consecuencias estos piratas de pacotilla, pero que la posverdad no sea el camino que coja la prensa de este pa?s, porque tratar de manchar la imagen de los mejores jugadores de la historia de este deporte con mentiras, es la cosa m?s ruin que se puede hacer. Aunque duela, a veces, lo que nos gustar?a que fuese, no es lo que es.**



أكثر...