El GP de los Hermanos Rodr?guez ha sido tradicionalmente uno de los m?s animados de los ?ltimos tiempos. Su organizaci?n fue distinguida en varias ocasiones como la mejor de todo el campeonato. La herencia de la F1 en ese pa?s y la pasi?n con la que los aficionados locales viven esta carrera -especialmente en la zona llamada Foro Sol- es espectacular, y es de suponer que este a?o no ser? una excepci?n pese a que el héroe local, Checo Pérez, no est? viviendo sus mejores horas.

Este deporte es especialmente cruel. F?jense que estamos poniendo en cuesti?n a alguien que va segundo del campeonato, y que parece tener las mejores bazas para obtener el distintivo de plata al término del certamen, del que con la de este domingo ya solo le quedan cuatro entregas para llegar al final.

Segundo en el campeonato mundial de F1. Y puede parecer poca cosa… sobre todo cuando uno lleva el mejor coche de los ?ltimos tiempos: un Red Bull.

La temporada del de Guadalajara ha sido muy cuestionada. Tanto, que incluso se habl? de que el equipo no contaba con él para el futuro, y corrieron rumores de una posible retirada. Alguien como Helmut Marko, que no tiene pelos en la lengua, ha sido especialmente ?cido con Sergio en algunos comentarios. Tanto que incluso ha tenido que recoger carrete en alguna ocasi?n y retractarse para no dejar el box del equipo m?s quemado que las bater?as de un Mahindra.

Este a?o Checo ha ganado dos de las seis carreras que lucen en su palmarés en la F1, en Jeddah y en Bak?; pero probablemente su mejor carrera haya sido la de Hungr?a, donde fue proclamado Piloto del D?a por los aficionados que supieron valorar que llegara hasta el tercer puesto, pese a salir noveno, en un festival de adelantamientos que recordaron aquella creatividad al volante que acredit? en su agresivo paso por las categor?as preliminares.

Pero se espera m?s de él, y muchos se indignan al ver lo flojas que son sus actuaciones en las sesiones de clasificaci?n. Creen que deber?a estar mucho m?s cerca del l?der del equipo, el intocable Max Verstappen, y sobretodo mucho m?s combativo cuando se enfrenta a él en el cuerpo a cuerpo.

En Austin volvimos a ver ciertos destellos que nos recordaron al mejor Checo Pérez del *pasado. Pero la carrera ser? recordada sobre todo por las descalificaciones de Hamilton y Leclerc, y por el inmerecido abucheo que recibi? Verstappen al subir al p?dium por parte de los numerosos aficionados mexicanos que se desplazan habitualmente hasta el Circuito de las Américas, por su proximidad geogr?fica.

En las ruedas de prensa preliminares a la carrera de este domingo, el mejicano residente en Madrid ha estado brillante cuando ha dicho “demostremos ser los aficionados m?s educados del mundo”, en un gesto conciliador hacia el neerlandés que le honra extraordinariamente.

No soporto los abucheos a ning?n piloto. He sentido la vergüenza de escuchar los que en el pasado se dirigieron a Lewis Hamilton en Montmel? por parte de cuatro catetos mal influenciado y peor informados en contra del brit?nico, y el asco me ha hecho enrojecer. Me hace mucha gracia -bueno, m?s bien pena- escuchar como algunos sacan conclusiones sobre sus “m?ltiples conversaciones” con el de Mercedes... pese a que jam?s lograron aprender palabra inglesa alguna.

Oigan: si no quieren no aplaudan, pero no abucheen a nadie. Este deporte no es as?. Para “escraches” y otras memeces ya hay determinados cutrer?os.

Y luego est? lo de la descalificaci?n de Lewis en Austin. S?, de acuerdo: el reglamento est? para cumplirlo, cierto. Pero el rigor con que se verific? la altura del “plank” en la bacheada pista americana me pareci? fuera de lugar. Ni el circuito estaba en las mejores condiciones para garantizar que el desgaste de este elemento no resultara contrario al esp?ritu de la norma, ni -por encima de todo- el programa del GP era el m?s adecuado para ello sin la imprescindible segunda sesi?n de entrenamientos libres que tal vez hubiera ayudado a los equipos a evitar ese problema.

No, ni el subcampeonato de Checo necesitaba ese arre?n con la descalificaci?n de su rival, ni la carrera de México una promoci?n tan artificial.



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