La Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a 17 a?os de prisi?n por un delito de asesinato al sintecho de origen polaco que mat? a otro en una casa abandonada de El Puig (Valencia) en enero de 2019 tras golpearle con un objeto contundente, tipo martillo, y quemarle el rostro en un fog?n de cocina, simplemente porque le hab?a quitado a su perra.

La sentencia impone la pena solicitada por el Ministerio Fiscal al apreciar la circunstancia de ensa?amiento ya que el condenado actu? "con total desprecio por el enorme dolor que tuvo que sentir" su v?ctima, Daniel Iulian Butanu, de 50 a?os y nacionalidad rumana, cuyo cad?ver fue localizado dos meses después del crimen en el interior de un edificio en ruinas de El Puig.

El perfil genético del acusado hallado en el escenario del crimen, en un bote de cerveza y en una cremallera encontrada junto al cad?ver, unido a la confesi?n que realiz? el acusado a una amiga, han resultado claves a la hora de demostrar la autor?a del asesinato.

Adem?s, la sentencia detalla una a una todas las contradicciones e incongruencias del acusado, quien neg? en el juicio haber matado a su v?ctima, asegurando que eran buenos amigos, pero no supo aclarar el incidente del perro y dio vagas explicaciones de c?mo lo recuper?.

Lo que s? aprecia la Sala es la circunstancia atenuante de anomal?a o alteraci?n ps?quica, que esgrimi? su defensa, ejercida por el letrado José Manuel Prado, y que también recog?a la fiscal en su informe, ya que el acusado presenta pautas de conducta desadaptativa compatibles con un trastorno l?mite de la personalidad.

Los hechos ocurrieron entre el 13 y el 15 de enero de 2019 cuando Damian K. J., de 42 a?os, fue al edificio abandonado donde pernoctaba su v?ctima, para recuperar a su perra. Seg?n los hechos declarados probados por un jurado popular, en el transcurso de una discusi?n el acusado, "con clara intenci?n de acabar con la vida de Daniel y privando a éste de la posibilidad de defenderse, comenz? a propinarle reiteradamente golpes por todo el cuerpo, por la cabeza y por la cara, presumiblemente con alg?n martillo u objeto contundente semejante que no ha podido ser hallado, situ?ndose tanto delante como detr?s de él; llegando incluso a seccionarle un fragmento del tercio inferior del pabell?n auricular derecho".

En un momento dado, el acusado cogi? por la cabeza a su v?ctima y le apoy? la zona derecha encima del fog?n encendido que usaba para cocinar. Estando a temperaturas de entre 300 y 400 grados cent?grados, el condenado le sujet? la cabeza durante un tiempo sustancialmente importante, "con total desprecio por el enorme dolor que tuvo que sentir por la acci?n del fuego".



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