Messi es argentino. ?De d?nde va a ser si lo pone en su DNI? Naci? y creci? all? hasta los trece a?os. La misma edad a la que lleg? al Barça, donde, durante veinte a?os, sus ra?ces fueron, de forma lenta pero inexorable, enterradas por un club enorme que se convirti? en el monstruo que viene a verme gigante y fue as?, en gran parte, por su culpa. Su carrera fue tan bestia, tan maravillosamente bestia, que cada t?tulo de blaugrana parec?a un manotazo al escudo de la AFA porque todos los trofeos se esfumaban cuando se vest?a con la albiceleste.

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Derrota tras derrota, decepci?n a decepci?n, Leo se alej? tanto de su selecci?n que lleg? a anunciar su retirada tras perder la Copa América 2016: “Creo que ya est? para m? la selecci?n, ya se termin?. La peleé mucho, lo intenté muchas veces, ser campe?n con Argentina. Son cuatro finales y no pude ganarlas. Hice todo lo posible. Me duele m?s que a ninguno, pero es evidente que no es para m?. Deseaba m?s que ninguno un t?tulo con la selecci?n y lamentablemente no se me dio”, dijo en caliente. Un a?o antes hab?a ganado su segundo triplete con el Barça. Desde entonces, no ha vuelto a levantar una Champions y, sin embargo, gan? la Copa América y el Mundial.

Nada es casual. Messi se vio obligado a vivir un proceso de 'desbarcelonizaci?n' dur?simo. Veinte a?os en el Barça le convirtieron en el padre de familia de unos hijos que han crecido en Barcelona, que hablan catal?n. Su zona de confort era una burbuja que acab? acomod?ndole. Desde el punto de vista vital, no deportivo. Porque nunca dej? de ser el mejor, pero, parad?jicamente, no le daba para serlo con Argentina, el sue?o de toda una vida. Intent? poner distancia con el Camp Nou a través de un burofax y, cuando quiso quedarse, lo echaron. Lo que en su momento fue un r?o de l?grimas, la mayor de las tragedias para todos los implicados, ha sido, con el tiempo, la llave para que Leo Messi sea hoy campe?n del mundo.

Pinchando la burbuja empez? a acercarse, de nuevo, a Rosario. Solo pod?a hacerlo lejos de la Ciudad Condal, lejos del que es su hogar. Solo pod?a llegar al coraz?n de la albiceleste, que es la ?nica forma de ganar un Mundial, desde la frialdad antip?tica de un club como el PSG. En Par?s intim? con su pa?s m?s de lo que lo habr?a podido hacer nunca desde el Camp Nou porque aqu?, en el fondo, todo el amor que recib?a le hac?a olvidar el amor que realmente hab?a buscado durante toda su vida, el de los suyos. En Francia vuelve a ser el ni?o que fue en Rosario. En Par?s vuelve a ser argentino.



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