La victoria contra el N?poles y el acceso a los cuartos de final de la Liga de Campeones es un alivio econ?mico y deportivo para el FC Barcelona, sin duda. Era un triunfo vital. “El partido m?s importante de la temporada”, dijeron Xavi i Ter Stegen.

Sin embargo, este triunfo no mejorar? de golpe ni la salud general del club, ni elevar? el estado an?mico de un barcelonismo que es consciente del momento por el que atraviesa. Tampoco la derrota hubiera agravado mucho m?s los males que padece. Porque una vez evaporada la espuma de la euforia (o la depresi?n), quedar?a la realidad del club. Es significativo que se considere de éxito acceder a los cuartos de final.

Sobretodo porque es cierto. Pero entonces, ?por qué el club persiste en presupuestar el acceso a los cuartos de final como m?nimo? O es un objetivo de m?nimos, o es un éxito. Las dos cosas a la vez, no pueden ser. El club debe abandonar el auto-enga?o en el que insiste en vivir. También buena parte del barcelonismo, tanto el sociol?gico como el profesional. El triunfo solo ser? vital si el club sabe administrarlo con inteligencia y humildad. En lo deportivo, hay que agarrarse a lo que se considera ahora mismo un impossible.

Pero la plantilla tiene calidad y jugadores con experiencia suficiente como para poder vencer a cualquier rival, aunque a lo largo de la temporada se haya mostrado fr?gil y su desempe?o nos lleve a esperar lo peor. La victoria contra el N?poles, m?s que para recuperar el prestigio, debe ayudarles a recuperar autoestima. Y en lo econ?mico y lo institucional, deber?a dar serenidad y aportar lucidez.



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