الريــم
10-31-2022, 08:33 PM
En apenas unas horas, abrir?n de nuevo los colegios electorales en Israel. Seis millones de ciudadanos han sido convocados para votar otra vez lo mismo. Las quintas elecciones en tres a?os y medio no van a sacar al pa?s de la par?lisis pol?tica en la que lleva un lustro inmerso. De nuevo, el voto est? movido por el amor o el odio hacia Benjam?n Netanyahu, el pol?tico m?s popular de Israel. Y, por quinta vez, las encuestas no indican una mayor?a clara que pueda devolver la estabilidad al Estado hebreo.
Mientras la polarizaci?n se extiende por el pa?s, la ciudadan?a israel? acude a las urnas preocupada por los elevados precios y el aumento del coste de la vida. Al otro lado de la L?nea Verde, ante la indiferencia de los votantes israel?s, los palestinos languidecen en el a?o m?s letal desde 2015: los muertos a manos del Ejército israel? superan los 130. La clase pol?tica, por su parte, trata de convencer a un electorado exhausto, sobre todo entre la comunidad palestina de Israel, para que ejerzan su derecho a voto y den mayor legitimidad a los enésimos comicios del pa?s mediterr?neo.
Bucle electoral
Después del colapso del "gobierno del cambio" con formaciones multicolor unidas por la oposici?n a Netanyahu, su primer ministro interino, Yair Lapid, trata de transformar esta antipat?a en votos. Por ahora, las encuestas del viernes mostraban que Bibi, como se conoce popularmente al primer ministro m?s longevo de la historia de Israel, estar?a a un solo esca?o de conseguir la mayor?a absoluta. El polémico l?der no tiene reparos en aunar esfuerzos con pol?ticos ultrarreligiosos y de extrema derecha para volver al poder tras 16 meses como l?der de la oposici?n. Desde all?, pretende perpetuarse en el Ejecutivo y usar el sistema legislativo para esquivar sus juicios por corrupci?n.
Fueron precisamente estos cargos que él mismo niega los que provocaron este bucle electoral condenado a eternizarse. El motivo es la presencia implacable de Netanyahu en la pol?tica israel?. Ahora, los israel?s se enfrentan a una Kneset dominada por los partidos de derechas. El auge del movimiento de extrema derecha del Sionismo Religioso podr?a aumentar sus apoyos de seis a casi 14 esca?os. La tercera fuerza del Parlamento, por lo tanto, puede ser un partido abiertamente racista, anti?rabe y hom?fobo, un ejemplo del viraje a la derecha que ha protagonizado Israel en los ?ltimos dos a?os.
Dependiendo del voto palestino
Las encuestas prevén que Yesh Atid, el partido del primer ministro interino Lapid, obtenga 27 diputados, 10 m?s que en los ?ltimos comicios de la primavera del a?o pasado. Con sus aliados confirmados, sumar?an 56 esca?os, a cinco de diferencia para la mayor?a en una c?mara con 120 asientos. Pero la posibilidad de decantar la balanza parece estar, ir?nicamente, en manos de la poblaci?n palestina de Israel.
Aunque se espera que la participaci?n sea m?s baja que nunca, un mayor n?mero de votos para los partidos que representan a este 20% de la poblaci?n podr?a frenar a la derecha. Pero el hecho de que las formaciones se presenten fragmentadas, y no en una coalici?n como sol?an hacer, dificulta que pasen el umbral electoral. Adem?s, la creciente violencia en los territorios ocupados les ha impedido a los l?deres palestinos confirmar que dar?an apoyo a un gobierno de unidad con Lapid.
Huyendo de los personalismos, la ciudadan?a israel? quiere gobernanza. Tel Aviv ha sido clasificada como la ciudad m?s cara del mundo, seg?n la revista The Economist. La indignaci?n ante los elevados costos y la desigualdad de ingresos es cada vez m?s patente el mismo mes que la inflaci?n alcanz? un m?ximo del 4,6% interanual, la cifra m?s alta en una década. En los ?ltimos cuatro a?os, los representantes pol?ticos se han mantenido ocupados intentando asegurarse un asiento en la mesa para la toma de decisiones, pero no han avanzado apenas en medidas reales para atajar la crisis por el coste de la vida.
Mientras la polarizaci?n se extiende por el pa?s, la mayor o menor participaci?n del electorado palestino de Israel puede hacer decantar la balanza para evitar la Kneset m?s derechista de la historia de Israel
Preocupaci?n estadounidense
Desde el extranjero, se vigila de cerca los resultados y las semanas de negociaciones que les seguir?n. El presidente estadounidense, Joe Biden, no se ha pronunciado abiertamente, pero prefiere un gobierno liderado por Lapid o el ministro de Defensa, Benny Gantz, antes que por Bibi. "No estoy de acuerdo con nada de lo que dices", le dijo hace unos a?os. Su visita a Israel en julio, s?lo tres semanas después de la convocatoria de nuevas elecciones, perfil? a Lapid como un l?der fuerte ante los ojos del p?blico israel?. En EEUU pero también en el Golfo, han mostrado su preocupaci?n porque Netanyahu se al?e con la extrema derecha.
"No agacharé la cabeza y diré no cuando sea necesario", respondi? Netanyahu cuando se le pidi? que no diera m?s ganancias pol?ticas al l?der radical Itamar Ben Gvir tras el voto. Con una izquierda casi extinta y un discurso conservador m?s que legitimado, los israel?s pueden amanecer el miércoles con la Kneset m?s derechista de su historia. El nuevo parlamento contar? con la presencia de representantes racistas y hom?fobos. Sus discursos incendiarios ya han alcanzado las instituciones. Los expertos alertan de que son una amenaza para la democracia. El futuro de Israel ahora est? en manos de su ciudadan?a.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/israel-vuelve-urnas-visos-salir-77971654)
Mientras la polarizaci?n se extiende por el pa?s, la ciudadan?a israel? acude a las urnas preocupada por los elevados precios y el aumento del coste de la vida. Al otro lado de la L?nea Verde, ante la indiferencia de los votantes israel?s, los palestinos languidecen en el a?o m?s letal desde 2015: los muertos a manos del Ejército israel? superan los 130. La clase pol?tica, por su parte, trata de convencer a un electorado exhausto, sobre todo entre la comunidad palestina de Israel, para que ejerzan su derecho a voto y den mayor legitimidad a los enésimos comicios del pa?s mediterr?neo.
Bucle electoral
Después del colapso del "gobierno del cambio" con formaciones multicolor unidas por la oposici?n a Netanyahu, su primer ministro interino, Yair Lapid, trata de transformar esta antipat?a en votos. Por ahora, las encuestas del viernes mostraban que Bibi, como se conoce popularmente al primer ministro m?s longevo de la historia de Israel, estar?a a un solo esca?o de conseguir la mayor?a absoluta. El polémico l?der no tiene reparos en aunar esfuerzos con pol?ticos ultrarreligiosos y de extrema derecha para volver al poder tras 16 meses como l?der de la oposici?n. Desde all?, pretende perpetuarse en el Ejecutivo y usar el sistema legislativo para esquivar sus juicios por corrupci?n.
Fueron precisamente estos cargos que él mismo niega los que provocaron este bucle electoral condenado a eternizarse. El motivo es la presencia implacable de Netanyahu en la pol?tica israel?. Ahora, los israel?s se enfrentan a una Kneset dominada por los partidos de derechas. El auge del movimiento de extrema derecha del Sionismo Religioso podr?a aumentar sus apoyos de seis a casi 14 esca?os. La tercera fuerza del Parlamento, por lo tanto, puede ser un partido abiertamente racista, anti?rabe y hom?fobo, un ejemplo del viraje a la derecha que ha protagonizado Israel en los ?ltimos dos a?os.
Dependiendo del voto palestino
Las encuestas prevén que Yesh Atid, el partido del primer ministro interino Lapid, obtenga 27 diputados, 10 m?s que en los ?ltimos comicios de la primavera del a?o pasado. Con sus aliados confirmados, sumar?an 56 esca?os, a cinco de diferencia para la mayor?a en una c?mara con 120 asientos. Pero la posibilidad de decantar la balanza parece estar, ir?nicamente, en manos de la poblaci?n palestina de Israel.
Aunque se espera que la participaci?n sea m?s baja que nunca, un mayor n?mero de votos para los partidos que representan a este 20% de la poblaci?n podr?a frenar a la derecha. Pero el hecho de que las formaciones se presenten fragmentadas, y no en una coalici?n como sol?an hacer, dificulta que pasen el umbral electoral. Adem?s, la creciente violencia en los territorios ocupados les ha impedido a los l?deres palestinos confirmar que dar?an apoyo a un gobierno de unidad con Lapid.
Huyendo de los personalismos, la ciudadan?a israel? quiere gobernanza. Tel Aviv ha sido clasificada como la ciudad m?s cara del mundo, seg?n la revista The Economist. La indignaci?n ante los elevados costos y la desigualdad de ingresos es cada vez m?s patente el mismo mes que la inflaci?n alcanz? un m?ximo del 4,6% interanual, la cifra m?s alta en una década. En los ?ltimos cuatro a?os, los representantes pol?ticos se han mantenido ocupados intentando asegurarse un asiento en la mesa para la toma de decisiones, pero no han avanzado apenas en medidas reales para atajar la crisis por el coste de la vida.
Mientras la polarizaci?n se extiende por el pa?s, la mayor o menor participaci?n del electorado palestino de Israel puede hacer decantar la balanza para evitar la Kneset m?s derechista de la historia de Israel
Preocupaci?n estadounidense
Desde el extranjero, se vigila de cerca los resultados y las semanas de negociaciones que les seguir?n. El presidente estadounidense, Joe Biden, no se ha pronunciado abiertamente, pero prefiere un gobierno liderado por Lapid o el ministro de Defensa, Benny Gantz, antes que por Bibi. "No estoy de acuerdo con nada de lo que dices", le dijo hace unos a?os. Su visita a Israel en julio, s?lo tres semanas después de la convocatoria de nuevas elecciones, perfil? a Lapid como un l?der fuerte ante los ojos del p?blico israel?. En EEUU pero también en el Golfo, han mostrado su preocupaci?n porque Netanyahu se al?e con la extrema derecha.
"No agacharé la cabeza y diré no cuando sea necesario", respondi? Netanyahu cuando se le pidi? que no diera m?s ganancias pol?ticas al l?der radical Itamar Ben Gvir tras el voto. Con una izquierda casi extinta y un discurso conservador m?s que legitimado, los israel?s pueden amanecer el miércoles con la Kneset m?s derechista de su historia. El nuevo parlamento contar? con la presencia de representantes racistas y hom?fobos. Sus discursos incendiarios ya han alcanzado las instituciones. Los expertos alertan de que son una amenaza para la democracia. El futuro de Israel ahora est? en manos de su ciudadan?a.
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