الريــم
10-31-2022, 04:32 PM
Samyar, de cuatro a?os, y Mahyar, de apenas uno, corren despreocupados por el paseo del r?o de laJonquera, ?ltimo pueblo de Girona antes de la frontera francesa. El mayor no deja de buscar la mano de su abuelo,que le sonr?e. "Ellos son toda la ilusi?n de nuestra vida", explica Nasser Ali Rahmani, exrector de la Universidad privada Gharjistan de Kabul (Afganist?n). El a?o pasado, él y su familia tuvieron que huir de su pa?s con la llegada al poder de los talibanes. Durante los ?ltimos diez a?os, Rahmani hab?a sido un activista a favor del derecho a la educaci?n en Afganist?n y hab?a abierto su universidad a las mujeres. Por este motivo, los talibanes lo amenazaron de muerte, acus?ndolo de "crear un ambiente libre de religi?n y dar la oportunidad de cometer pecado" en su centro de estudios. La familia, que hasta entonces disfrutaba de una buena situaci?n econ?mica, se fue de Afganist?n solo con lo que llevaba puesto, y consiguieron que el Gobierno espa?ol les ofreciera asilo pol?tico. Pero, una vez aqu?, las cosas no est?n siendo nada f?ciles. Llevan ocho meses viviendo en un hotel de la Jonquera, localidad con pocas oportunidades de encontrar trabajo cualificado y desde donde los desplazamiento con transporte p?blico son dif?ciles. Adem?s, Rahmani se muestra decepcionado porque no han recibido el apoyo que esperaban por parte del Gobierno: durante los cuatro primeros meses no tuvieron nadie que los ense?ara el idioma, las costumbres ni la cultura, y tampoco han recibido ning?n apoyo psicol?gico. Ahora, adem?s, se les suma un nuevo problema: encontrar vivienda.
Rahmani es doctor en Relaciones Internacionales y lleva m?s de treinta a?os dedic?ndose al mundo de la educaci?n. Su mujer, Mastoure, tiene 44 a?os y es licenciada en Econom?a. Su hija mayor, Zhore -la madre de los dos peque?os- tiene 25 a?os y estaba a punto de acabar la carrera de Odontolog?a: solo le faltaban las pr?cticas. Su marido, Asad, de 32, también es licenciado en Econ?micas, tiene un MBA y en Afganist?n se dedicaba a sus negocios y a dar clases en la Universidad Americana. El hijo mediano, Eshan, de 23 a?os, estaba en tercer curso de Ingenier?a Inform?tica, y también hac?a de reportero para la televisi?n. Y la hija peque?a, Zahra, de diecinueve a?os, estaba acabando bachillerato con la ilusi?n de estudiar Medicina. Todos ellos ten?an vidas acomodadas en Kabul y estaban volcados en sus carreras.
http://uc-4u.com/clip/4d66c5a5-6ca5-4126-82a8-7cf1a9ee6e50_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg De rector en una universidad de Kabul a vivir como asilado pol?tico en la Jonquera. | D. G.
Rahmani, pero, ya hac?a tiempo que recib?a cartas amenazantes de los talibanes a causa de su activismo en el ?mbito educativo: seg?n cuenta, a menudo ofrec?a conferencias, escrib?a art?culos y hac?a difusi?n de la importancia de la educaci?n en todos los segmentos de la poblaci?n, muy especialmente las mujeres. Es por eso que, cuando los talibanes consiguieron el control de Kabul en 2021, le mandaron una carta advirtiendo que su universidad era "atea y fomentaba la prostituci?n", y que no solo se ten?a que atender a los principios b?sicos de la religi?n isl?mica, sino que ten?a que pagar una multa estratosférica por los métodos que hab?a usado hasta entonces: si no lo hac?a, lo matar?an. Ante esto, Rahmani y su familia tuvieron claro que ten?an que irse. "Y es que aunque no me hubieran amenazado, yo tampoco pod?a seguir all?: habr?a tenido que cambiar todo el funcionamiento de la Universidad, impedir que las mujeres entraran o hacerlas ir por otra puerta y con una ropa muy determinada... yo llevaba diez a?os ense?ando a mis alumnos que hombre y mujer son iguales y tienen que estudiar juntos, de manera que no habr?a podido seguir ni un solo d?a con el sistema que me impon?an", se?ala. Y, seg?n a?ade, "tampoco pod?a permitir que mis hijas se quedaran all? y no pudieran ir a la Universidad". Adem?s, otros miembros de la familia también estaban en peligro: Eshan por su faceta como periodista, y Asad por haber trabajado en la Universidad Americana. Es por eso que decidieron huir a toda prisa hacia Pakist?n.
Asilo pol?tico en Espa?a
Una vez en Pakist?n, solicitaron asilo pol?tico en varios pa?ses, entre los cuales Espa?a. Y, seg?n cuentan, gracias al apoyo que recibieron de la filial espa?ola de Reporteros sin Fronteras -con quienes contact? Eshan- y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), el Gobierno espa?ol acept? darlos asilo pol?tico. A finales de febrero, pues, toda la familia vol? hacia Madrid excepto la mujer de Eshan, que se tuvo que quedar en Pakist?n porque no ten?a pasaporte.
http://uc-4u.com/clip/437c76f9-15e0-4625-b1e9-a4c8e99e9665_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Jonquera3De rector en una universidad de Kabul a vivir como asilado pol?tico en la Jonquera. | D. G.
De entrada, el destino no les pareci? nada mal. Entre el apoyo que hab?an recibido de las dos organizaciones, y que pensaban que el clima y el car?cter de la gente ser?an agradables, llegaron a Madrid con la esperanza de empezar una nueva vida. Pero el mismo d?a que aterrizaron a Barajas fueron conducidos, en un minib?s, hasta la Jonquera. Después de un viaje de diez horas, llegaron a la localidad fronteriza a las tres de la madrugada. A pesar de la c?lida acogida que, seg?n explican, recibieron por parte del hotel Marfil, donde los alojaron, el d?a siguiente fue "un choque". "Te levantas en un lugar donde no sabes qué te dicen, no los puedes decir nada, no conoces nada... no sab?amos ni por d?nde empezar", explicaRahmani.
Dos d?as después pudieron ir a la oficina local de la Cruz Roja, con quien se muestran muy agradecidos porque los han ayudado en todo el proceso. Los ofrecieron un abogado para poder tramitar el m?ximo de r?pido posible los papeles del asilo, cosa que consiguieron, y también los ayudaron con cosas m?s cotidianas pero también importantes como la adaptaci?n con el tema de la comida. Adem?s, también est?n muy contentos con el trato recibido por toda la gente de la Jonquera: "La gente empatiza mucho con nosotros, son muy amables y estamos muy contentos con ellos", agradece Rahmani. El problema es que, m?s all? de esto, no han recibido ninguno otro apoyo del Gobierno espa?ol, hecho que les ha dificultado mucho la tarea de integrarse, aprender el idioma y poder estudiar, en el caso de los j?venes, o buscar un trabajo, en el caso de los adultos.
Durante los primeros cuatro meses, no tuvieron ning?n profesor de castellano ni de catal?n. No fue hasta m?s adelante que la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) les puso un profesor que los hac?a una o dos horas de clase del d?a, y con esto y YouTube, los j?venes se han espabilado bastante y empiezan a hablar espa?ol de forma bastante fluida. A los mayores, en cambio, todav?a los cuesta. De hecho, este reportaje se ha podido realizar gracias a la colaboraci?n de Homayun Abtahi, que ha ejercido de intérprete y traductor. Adem?s, el nieto mayor ha empezado a ir a la escuela, donde, adem?s de castellano, est? aprendiendo las primeras palabras en catal?n.
Carencia de apoyo psicol?gico
"El principal problema es que, a pesar de que el Gobierno espa?ol nos acept? como refugiados pol?ticos, no nos han dado las condiciones que tendr?amos que tener: desde el d?a que llegamos hemos tenido la necesidad de conocer la cultura, los valores, el idioma, las costumbres... y no hay nadie que nos lo haya ense?ado", lamenta Rahmani. También han echado de menos apoyo psicol?gico: "Hay que recordar que no hemos venido por voluntad propia sino porque nos hemos visto obligados, y si no estuviéramos juntos como familia habr?amos ca?do ya en una depresi?n", a?ade.
http://uc-4u.com/clip/c9b2e7cf-2678-4233-a663-ab9fc37694b8_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg De rector en una universidad de Kabul a vivir como asilado pol?tico en la Jonquera. | D. G.
Ahora, su prioridad es encontrar una vivienda. Después de ocho meses durmiendo en el hotel, donde también pueden comer a diario, necesitan encontrar dos viviendas que les permitan empezar a rehacer sus vidas. La prioridad, para el padre de familia, es ir a una ciudad donde haya escuelas y universidad, para que los hijos puedan estudiar. De momento han hablado con la Universitat de Girona (UdG), donde les han comentado que podr?an acogerse a becas de estudio, pero el problema es que desde la Jonquera hay muy poca oferta de transporte p?blico. Por otro lado, también quieren mudarse a una ciudad m?s grande para tener m?s oportunidades para encontrar trabajo cualificado, puesto que los j?venes dominan el inglés.
Cruz Roja les ha garantizado 640 euros al mes para poder pagar el alquiler, m?s 620 euros para gastos, pero esto no parece ser suficiente para las inmobiliarias, que no les quieren alquilar nada si no tienen un contrato de trabajo. A estas alturas han buscado en diferentes ciudades -Figueres, Girona, Barcelona y su ?rea metropolitana, Valencia, Alicante...-, pero de momento no han conseguido un lugar donde vivir, y ocho meses viviendo en dos habitaciones de hotel les empiezan a pasar factura. Por este motivo, hacen una llamada de ayuda para conseguir un piso de alquiler y piden a la administraci?n m?s recursos para aprender el idioma e integrarse, ya que no quieren vivir como mendigos: "Queremos ser recursos ?tiles a la sociedad que nos acoge, como hemos hecho hasta ahora", se?alan.
“S?lo queremos adaptarnos y ser ?tiles”
Después de haber llevado una vida acomodada en Kabul, una de las cosas m?s duras para Nasser Ali Rahmani es haber perdido la independencia econ?mica: no poder comprar un helado a sus nietos, o no poder hacer un peque?o regalo a su mujer el d?a de su cumplea?os . Y es que, a pesar de tener alojamiento y comidas cubiertas, no disponen de dinero para ninguna necesidad extra, y como la barrera idiom?tica todav?a les impide trabajar, la situaci?n se les hace muy dura. En este sentido, agradecen la amabilidad de los vecinos de la Jonquera, puesto que muchos de ellos les han querido dar dinero al conocer su situaci?n, pero ellos, al verse en estas circunstancias es “deprimente”.
Poder valerse por si mismos es el principal motivo para empezar a trabajar lo antes posible, pero también para sentirse ?tiles ante la sociedad que les ha acogido. “Nosotros ya hemos perdido la esperanza de volver a nuestro pa?s, pero necesitamos tener la esperanza que aqu? podremos rehacer nuestra vida”, pide Rahmani. “Queremos poder adaptarnos al pa?s y aportar nuestro granito de arena. El Gobierno espa?ol deber?a tener en cuenta que la mayor?a de afganos que estamos llegando como refugiados después de la subida al poder de los talibanes somos gente especializada, con estudios, y que podemos aportar muchas cosas”, indica.
Comparaci?n con otros pa?ses
Rahmani -que lleva su discurso anotado para no olvidarse de nada de lo que quiere decir- se dirige al Gobierno espa?ol para pedirle que entienda su situaci?n y les ayude a encontrar una salida digna. “Yo solo soy un padre preocupada por el futuro de sus hijos y nietos, que tienen que estudiar e ir a la escuela y la universidad. Solo quiere poder ser autosuficiente a nivel econ?mico y poder salir adelante”, pide. En este sentido, comenta que conoce otras familias de refugiados afganos que han sido acogido a pa?ses como Alemania, Estados Unidos o Canad? que se encuentran en una situaci?n mucho mejor que la suya, porque han recibido mucha m?s ayuda por parte de los gobiernos: “Se les ha ense?ado el idioma, se les ha dado apoyo psicol?gico, se les ha ayudado a buscar trabajo… todo aquellos que nosotros hemos echado de menos en Espa?a”, lamenta. Y es que aqu? se est?n encontrado con problemas para hacer cada peque?o paso, ni que sea el carnet de conducir: “Llevo 35 a?os conduciendo y tengo permiso afgano e internacional, y no le encuentro sentido a tener que hacer un examen como si no hubiera conducido nunca, y m?s teniendo en cuenta que el examen te?rico es muy complicado para alguien que no conoce el idioma”, cuenta, a modo de ejemplo.
Por todo ello, pide m?s ayuda al Gobierno y las organizaciones. “Lo que pedimos va mucho m?s all? de la amabilidad de la gente. Hemos notado la solidaridad y lo agradecemos mucho, pero necesitamos ayuda estatal, de alguna fundaci?n, de gente que tenga recursos para ayudarnos a adaptarnos y que podamos progresar en el ?mbito laboral”, solicita.
Y a pesar de agradecer el apoyo recibido por parte de la ciudadan?a, admite que han detectado diferencias en el trato respecto a otros colectivos: “Por ejemplo, vemos que con los ucranianos hay una mayor sensibilidad que con otras nacionalidades, pero la gente deber?a ser consciente que nadie se va de su pa?s por voluntad propia, de forma que tendr?an que mirar a todos los extranjeros como si fueran huéspedes”; pide. Y, en este sentido, reivindica que algo tan sencillo como dar ?nimos o ense?ar cuatro palabras o una receta “enseguida sirve para que nos sintamos mejor”.*
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/rector-universidad-kabul-vivir-asilado-77963404)
Rahmani es doctor en Relaciones Internacionales y lleva m?s de treinta a?os dedic?ndose al mundo de la educaci?n. Su mujer, Mastoure, tiene 44 a?os y es licenciada en Econom?a. Su hija mayor, Zhore -la madre de los dos peque?os- tiene 25 a?os y estaba a punto de acabar la carrera de Odontolog?a: solo le faltaban las pr?cticas. Su marido, Asad, de 32, también es licenciado en Econ?micas, tiene un MBA y en Afganist?n se dedicaba a sus negocios y a dar clases en la Universidad Americana. El hijo mediano, Eshan, de 23 a?os, estaba en tercer curso de Ingenier?a Inform?tica, y también hac?a de reportero para la televisi?n. Y la hija peque?a, Zahra, de diecinueve a?os, estaba acabando bachillerato con la ilusi?n de estudiar Medicina. Todos ellos ten?an vidas acomodadas en Kabul y estaban volcados en sus carreras.
http://uc-4u.com/clip/4d66c5a5-6ca5-4126-82a8-7cf1a9ee6e50_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg De rector en una universidad de Kabul a vivir como asilado pol?tico en la Jonquera. | D. G.
Rahmani, pero, ya hac?a tiempo que recib?a cartas amenazantes de los talibanes a causa de su activismo en el ?mbito educativo: seg?n cuenta, a menudo ofrec?a conferencias, escrib?a art?culos y hac?a difusi?n de la importancia de la educaci?n en todos los segmentos de la poblaci?n, muy especialmente las mujeres. Es por eso que, cuando los talibanes consiguieron el control de Kabul en 2021, le mandaron una carta advirtiendo que su universidad era "atea y fomentaba la prostituci?n", y que no solo se ten?a que atender a los principios b?sicos de la religi?n isl?mica, sino que ten?a que pagar una multa estratosférica por los métodos que hab?a usado hasta entonces: si no lo hac?a, lo matar?an. Ante esto, Rahmani y su familia tuvieron claro que ten?an que irse. "Y es que aunque no me hubieran amenazado, yo tampoco pod?a seguir all?: habr?a tenido que cambiar todo el funcionamiento de la Universidad, impedir que las mujeres entraran o hacerlas ir por otra puerta y con una ropa muy determinada... yo llevaba diez a?os ense?ando a mis alumnos que hombre y mujer son iguales y tienen que estudiar juntos, de manera que no habr?a podido seguir ni un solo d?a con el sistema que me impon?an", se?ala. Y, seg?n a?ade, "tampoco pod?a permitir que mis hijas se quedaran all? y no pudieran ir a la Universidad". Adem?s, otros miembros de la familia también estaban en peligro: Eshan por su faceta como periodista, y Asad por haber trabajado en la Universidad Americana. Es por eso que decidieron huir a toda prisa hacia Pakist?n.
Asilo pol?tico en Espa?a
Una vez en Pakist?n, solicitaron asilo pol?tico en varios pa?ses, entre los cuales Espa?a. Y, seg?n cuentan, gracias al apoyo que recibieron de la filial espa?ola de Reporteros sin Fronteras -con quienes contact? Eshan- y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), el Gobierno espa?ol acept? darlos asilo pol?tico. A finales de febrero, pues, toda la familia vol? hacia Madrid excepto la mujer de Eshan, que se tuvo que quedar en Pakist?n porque no ten?a pasaporte.
http://uc-4u.com/clip/437c76f9-15e0-4625-b1e9-a4c8e99e9665_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Jonquera3De rector en una universidad de Kabul a vivir como asilado pol?tico en la Jonquera. | D. G.
De entrada, el destino no les pareci? nada mal. Entre el apoyo que hab?an recibido de las dos organizaciones, y que pensaban que el clima y el car?cter de la gente ser?an agradables, llegaron a Madrid con la esperanza de empezar una nueva vida. Pero el mismo d?a que aterrizaron a Barajas fueron conducidos, en un minib?s, hasta la Jonquera. Después de un viaje de diez horas, llegaron a la localidad fronteriza a las tres de la madrugada. A pesar de la c?lida acogida que, seg?n explican, recibieron por parte del hotel Marfil, donde los alojaron, el d?a siguiente fue "un choque". "Te levantas en un lugar donde no sabes qué te dicen, no los puedes decir nada, no conoces nada... no sab?amos ni por d?nde empezar", explicaRahmani.
Dos d?as después pudieron ir a la oficina local de la Cruz Roja, con quien se muestran muy agradecidos porque los han ayudado en todo el proceso. Los ofrecieron un abogado para poder tramitar el m?ximo de r?pido posible los papeles del asilo, cosa que consiguieron, y también los ayudaron con cosas m?s cotidianas pero también importantes como la adaptaci?n con el tema de la comida. Adem?s, también est?n muy contentos con el trato recibido por toda la gente de la Jonquera: "La gente empatiza mucho con nosotros, son muy amables y estamos muy contentos con ellos", agradece Rahmani. El problema es que, m?s all? de esto, no han recibido ninguno otro apoyo del Gobierno espa?ol, hecho que les ha dificultado mucho la tarea de integrarse, aprender el idioma y poder estudiar, en el caso de los j?venes, o buscar un trabajo, en el caso de los adultos.
Durante los primeros cuatro meses, no tuvieron ning?n profesor de castellano ni de catal?n. No fue hasta m?s adelante que la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) les puso un profesor que los hac?a una o dos horas de clase del d?a, y con esto y YouTube, los j?venes se han espabilado bastante y empiezan a hablar espa?ol de forma bastante fluida. A los mayores, en cambio, todav?a los cuesta. De hecho, este reportaje se ha podido realizar gracias a la colaboraci?n de Homayun Abtahi, que ha ejercido de intérprete y traductor. Adem?s, el nieto mayor ha empezado a ir a la escuela, donde, adem?s de castellano, est? aprendiendo las primeras palabras en catal?n.
Carencia de apoyo psicol?gico
"El principal problema es que, a pesar de que el Gobierno espa?ol nos acept? como refugiados pol?ticos, no nos han dado las condiciones que tendr?amos que tener: desde el d?a que llegamos hemos tenido la necesidad de conocer la cultura, los valores, el idioma, las costumbres... y no hay nadie que nos lo haya ense?ado", lamenta Rahmani. También han echado de menos apoyo psicol?gico: "Hay que recordar que no hemos venido por voluntad propia sino porque nos hemos visto obligados, y si no estuviéramos juntos como familia habr?amos ca?do ya en una depresi?n", a?ade.
http://uc-4u.com/clip/c9b2e7cf-2678-4233-a663-ab9fc37694b8_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg De rector en una universidad de Kabul a vivir como asilado pol?tico en la Jonquera. | D. G.
Ahora, su prioridad es encontrar una vivienda. Después de ocho meses durmiendo en el hotel, donde también pueden comer a diario, necesitan encontrar dos viviendas que les permitan empezar a rehacer sus vidas. La prioridad, para el padre de familia, es ir a una ciudad donde haya escuelas y universidad, para que los hijos puedan estudiar. De momento han hablado con la Universitat de Girona (UdG), donde les han comentado que podr?an acogerse a becas de estudio, pero el problema es que desde la Jonquera hay muy poca oferta de transporte p?blico. Por otro lado, también quieren mudarse a una ciudad m?s grande para tener m?s oportunidades para encontrar trabajo cualificado, puesto que los j?venes dominan el inglés.
Cruz Roja les ha garantizado 640 euros al mes para poder pagar el alquiler, m?s 620 euros para gastos, pero esto no parece ser suficiente para las inmobiliarias, que no les quieren alquilar nada si no tienen un contrato de trabajo. A estas alturas han buscado en diferentes ciudades -Figueres, Girona, Barcelona y su ?rea metropolitana, Valencia, Alicante...-, pero de momento no han conseguido un lugar donde vivir, y ocho meses viviendo en dos habitaciones de hotel les empiezan a pasar factura. Por este motivo, hacen una llamada de ayuda para conseguir un piso de alquiler y piden a la administraci?n m?s recursos para aprender el idioma e integrarse, ya que no quieren vivir como mendigos: "Queremos ser recursos ?tiles a la sociedad que nos acoge, como hemos hecho hasta ahora", se?alan.
“S?lo queremos adaptarnos y ser ?tiles”
Después de haber llevado una vida acomodada en Kabul, una de las cosas m?s duras para Nasser Ali Rahmani es haber perdido la independencia econ?mica: no poder comprar un helado a sus nietos, o no poder hacer un peque?o regalo a su mujer el d?a de su cumplea?os . Y es que, a pesar de tener alojamiento y comidas cubiertas, no disponen de dinero para ninguna necesidad extra, y como la barrera idiom?tica todav?a les impide trabajar, la situaci?n se les hace muy dura. En este sentido, agradecen la amabilidad de los vecinos de la Jonquera, puesto que muchos de ellos les han querido dar dinero al conocer su situaci?n, pero ellos, al verse en estas circunstancias es “deprimente”.
Poder valerse por si mismos es el principal motivo para empezar a trabajar lo antes posible, pero también para sentirse ?tiles ante la sociedad que les ha acogido. “Nosotros ya hemos perdido la esperanza de volver a nuestro pa?s, pero necesitamos tener la esperanza que aqu? podremos rehacer nuestra vida”, pide Rahmani. “Queremos poder adaptarnos al pa?s y aportar nuestro granito de arena. El Gobierno espa?ol deber?a tener en cuenta que la mayor?a de afganos que estamos llegando como refugiados después de la subida al poder de los talibanes somos gente especializada, con estudios, y que podemos aportar muchas cosas”, indica.
Comparaci?n con otros pa?ses
Rahmani -que lleva su discurso anotado para no olvidarse de nada de lo que quiere decir- se dirige al Gobierno espa?ol para pedirle que entienda su situaci?n y les ayude a encontrar una salida digna. “Yo solo soy un padre preocupada por el futuro de sus hijos y nietos, que tienen que estudiar e ir a la escuela y la universidad. Solo quiere poder ser autosuficiente a nivel econ?mico y poder salir adelante”, pide. En este sentido, comenta que conoce otras familias de refugiados afganos que han sido acogido a pa?ses como Alemania, Estados Unidos o Canad? que se encuentran en una situaci?n mucho mejor que la suya, porque han recibido mucha m?s ayuda por parte de los gobiernos: “Se les ha ense?ado el idioma, se les ha dado apoyo psicol?gico, se les ha ayudado a buscar trabajo… todo aquellos que nosotros hemos echado de menos en Espa?a”, lamenta. Y es que aqu? se est?n encontrado con problemas para hacer cada peque?o paso, ni que sea el carnet de conducir: “Llevo 35 a?os conduciendo y tengo permiso afgano e internacional, y no le encuentro sentido a tener que hacer un examen como si no hubiera conducido nunca, y m?s teniendo en cuenta que el examen te?rico es muy complicado para alguien que no conoce el idioma”, cuenta, a modo de ejemplo.
Por todo ello, pide m?s ayuda al Gobierno y las organizaciones. “Lo que pedimos va mucho m?s all? de la amabilidad de la gente. Hemos notado la solidaridad y lo agradecemos mucho, pero necesitamos ayuda estatal, de alguna fundaci?n, de gente que tenga recursos para ayudarnos a adaptarnos y que podamos progresar en el ?mbito laboral”, solicita.
Y a pesar de agradecer el apoyo recibido por parte de la ciudadan?a, admite que han detectado diferencias en el trato respecto a otros colectivos: “Por ejemplo, vemos que con los ucranianos hay una mayor sensibilidad que con otras nacionalidades, pero la gente deber?a ser consciente que nadie se va de su pa?s por voluntad propia, de forma que tendr?an que mirar a todos los extranjeros como si fueran huéspedes”; pide. Y, en este sentido, reivindica que algo tan sencillo como dar ?nimos o ense?ar cuatro palabras o una receta “enseguida sirve para que nos sintamos mejor”.*
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