الريــم
10-30-2022, 07:05 PM
Xavier, alumno de primero de Bachillerato, se despierta cada d?a sobre las siete de la ma?ana. Tras apurar un vaso de leche con cereales, se va a grandes zancadas al instituto, que empieza a las ocho y media. Seis horas y media de clase m?s tarde -"una pesadez", dice- vuelve a casa con un agujero en el est?mago. Ha devorado un bocadillo, s?, a media ma?ana. "Pero comer casi a las cuatro es demasiado tarde", se queja. Dos tardes a la semana encadena la digesti?n con las clases de inglés y los deberes, y otras tres acaba el entreno de f?tbol pasadas las nueve de la noche. Si en una cosa hay consenso sobre la adolescencia, m?s all? de sus hogueras emocionales, es que sus horarios son "una locura", "antinaturales", "intempestivos" y "perjudiciales".
Xavier lo resume a su manera: "Vamos petados". Pero lo cierto es que la comunidad cient?fica, las federaciones de familias de alumnos y los consultores especializados en horarios saludables le dan la raz?n. En ese proyecto de reforma horaria que ahora, tras el covid, parece echar a andar de nuevo con iniciativas como la red catalana por el derecho al tiempo, el 'expediente adolescente' es uno de los puntos calientes.
?El diagn?stico general? Se despiertan demasiado pronto, comen demasiado tarde (un grueso de institutos hace jornada continua durante toda la etapa de secundaria) y, entre horarios intempestivos de extraescolares y uso tard?o de pantallas, no descansan las horas suficientes, factores que penalizan desde el rendimiento académico hasta la salud f?sica y mental.
Biorritmos
Empecemos por el flanco cient?fico. Resulta que, m?s all? del endiablado y dilatado horario, también est? la fisiolog?a. Explica el bi?logo y neuroeducador David Bueno, autor del libro 'El cerebro del adolescente', que entre los 12 y los 20 a?os los biorritmos se retrasan entre 1,5 y 2 horas respecto a ni?os y adultos. O sea, que si una ni?a se despierta autom?ticamente sobre las siete de la ma?ana, cuando llegue a la adolescencia lo har? a las nueve. Y por supuesto también se dormir? un rato m?s tarde, lo que entra en colisi?n frontal con la planificaci?n escolar.
El caso es que, en primaria, los centros abren a las nueve y en secundaria, por lo general, lo hacen una hora antes. "Existe un gran desajuste, cuando los adolescentes empiezan las clases sus cerebros no est?n al 100% y el aprendizaje es menos eficiente", afirma Bueno. Como 'prueba de cargo' de esta especie de "desequilibio" biorr?tmico, el cient?fico pone de ejemplo un ensayo realizado en Inglaterra. Un grupo de colegios de secundaria hizo el experimento de retrasar el inicio de las clases de las 8.30 a las 10 de la ma?ana. Los resultados fueron sorprendentes. "El n?mero de ausencias disminuy? el 50% y el rendimiento escolar aument? el 20%, algo crucial para los alumnos que basculan entre el suspenso y el aprobado", explica Bueno.
No se puede comer a las tres
Pero hay m?s. Adem?s de empezar la jornada m?s tarde, los chavales también deber?an comer en una franja que oscilara entre las 12 a 14 horas. "M?s all? de las tres es una barbaridad y en zonas m?s rurales muchos alumnos llegan a comer a las cinco de la tarde", afirma Llu?s Vila Prat, que desde la asociaci?n de familias de secundaria Fapaes ha sido uno de los grandes impulsores de la reforma horaria.
También deber?an acabar las extraescolares antes de las ocho y llegar a casa a una hora prudencial para "aprender algo tan importante como convivir en familia", afirma Bueno, quien advierte de algo nada extra?o de intuir: que el cansancio y el desarreglo fisiol?gico también pueden repercutir en dificultades en la atenci?n mental y en la aparici?n del estrés y, con él, de enfermedades vinculadas a la salud mental. Adem?s, los estudios de cronobiolog?a afirman con tozuder?a "que comer m?s all? de las tres de la tarde aumenta el riesgo de sufrir obesidad y diabetes", afirma el consultor Xavier Peralta, asesor de la Barcelona Time Use Initiative, plataforma que durante esta semana pasada ha reflexionado sobre los usos y pol?ticas del tiempo.
Estudios
"La jornada continua no es adecuada para los chavales, pero sobre todo perjudica al alumnado que es menos académico", coincide Oscar Altide, director de Instituto Quatre Cantons, centro que dise?? una ambiciosa reforma que la pandemia puso en 'stand by' pero que ha dejado algunos cambios que han contribuido "a rebajar la conflictividad en el aula".
Por supuesto, ecualizar la organizaci?n social y log?stica a las vidas adolescentes implica una auténtica odisea. Sin embargo, la necesidad de abrir este may?sculo mel?n est? m?s que acreditado en innumerables y recientes estudios. Ah? est?, si no, el informe 'L'educaci? a l'hora', que presentaron la Fundaci? Bofill y la Federaci? de Moviments de Renovaci? Pedag?gica (2019). O el 'Pacte del temps, per uns hàbits saludables', del Consell Educatiu Municipal de Barcelona (2020).
Medidas
Aqu? van algunas conclusiones de consenso: 1/en los institutos se deber?a poder hacer una comida saludable, m?s r?pida y ligera que en las escuelas y que estuviera incluida en el horario lectivo (tras la paulatina implantaci?n de la jornada continua, los comedores han ido desapareciendo en secundaria) y 2/ las actividades extraescolares deber?an avanzar sus horarios.
Sin embargo, algunos 'peros' llegan, implacables, en este punto. "En cuanto al comedor, en los centros a menudo faltan recursos y los espacios inicialmente destinados a esta funci?n han sido reconvertidos para otros usos -admite Llu?s Vila-. Y respecto a las extraescolares, existe una sobredemanda de espacios deportivos que dificultan unos horarios m?s racionales".
Sobre la mesa
De momento, desde el Departament de Educaci? no se est? estudiando ninguna propuesta en firme ni se prevé modificar horarios, afirman fuentes de la 'conselleria'. Sin embargo, tras el par?n de la pandemia, parece que esta inquietud est? volviendo a palpitar en espacios como el Grup Motor del Pacte del Temps a Barcelona.
"Los cambios seguramente no van a ser inminentes, porque implican retos importantes como rebajar y flexibilizar la carga lectiva o la negociaci?n con el profesorado y los sindicatos, pero es evidente que este desajuste horario empieza a ponerse sobre la mesa", afirma Lidon Gasull, directora de les Associacions Federades de Fam?lies d'Alumnes de Catalunya, que est?n preparando un informe sobre esta cuesti?n y que ya han propuesto que los centros de secundaria dispongan de comedor o espacios habilitados para este fin en el nuevo decreto de comedor que se est? gestando en la 'conselleria'. "Demasiadas chicas y chicos est?n cansados y agotados, y no puede ser que la organizaci?n escolar y extraescolar no tenga en cuenta sus necesidades", a?ade Gasull.
Otra cuesti?n -no menos importante en cuanto a descanso- es la exposici?n nocturna a las pantallas. Toda madre o padre de adolescente sabe de qué va: ese tiempo en bucle que, de forma m?s o menos clandestina, pasan haciendo 'scroll' con el m?vil, a menudo desde la propia cama. "Es importante que las familias limiten esa exposici?n", afirma Xavier Peralta, en alusi?n a los efectos perjudiciales de la luz azul que emiten los dispositivos y que -al inhibir la producci?n de melatonina, la hormona que ayuda a coger el sue?o- act?a como una implacable puntilla del descanso juvenil.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/urge-cambiar-horarios-adolescentes-77924947)
Xavier lo resume a su manera: "Vamos petados". Pero lo cierto es que la comunidad cient?fica, las federaciones de familias de alumnos y los consultores especializados en horarios saludables le dan la raz?n. En ese proyecto de reforma horaria que ahora, tras el covid, parece echar a andar de nuevo con iniciativas como la red catalana por el derecho al tiempo, el 'expediente adolescente' es uno de los puntos calientes.
?El diagn?stico general? Se despiertan demasiado pronto, comen demasiado tarde (un grueso de institutos hace jornada continua durante toda la etapa de secundaria) y, entre horarios intempestivos de extraescolares y uso tard?o de pantallas, no descansan las horas suficientes, factores que penalizan desde el rendimiento académico hasta la salud f?sica y mental.
Biorritmos
Empecemos por el flanco cient?fico. Resulta que, m?s all? del endiablado y dilatado horario, también est? la fisiolog?a. Explica el bi?logo y neuroeducador David Bueno, autor del libro 'El cerebro del adolescente', que entre los 12 y los 20 a?os los biorritmos se retrasan entre 1,5 y 2 horas respecto a ni?os y adultos. O sea, que si una ni?a se despierta autom?ticamente sobre las siete de la ma?ana, cuando llegue a la adolescencia lo har? a las nueve. Y por supuesto también se dormir? un rato m?s tarde, lo que entra en colisi?n frontal con la planificaci?n escolar.
El caso es que, en primaria, los centros abren a las nueve y en secundaria, por lo general, lo hacen una hora antes. "Existe un gran desajuste, cuando los adolescentes empiezan las clases sus cerebros no est?n al 100% y el aprendizaje es menos eficiente", afirma Bueno. Como 'prueba de cargo' de esta especie de "desequilibio" biorr?tmico, el cient?fico pone de ejemplo un ensayo realizado en Inglaterra. Un grupo de colegios de secundaria hizo el experimento de retrasar el inicio de las clases de las 8.30 a las 10 de la ma?ana. Los resultados fueron sorprendentes. "El n?mero de ausencias disminuy? el 50% y el rendimiento escolar aument? el 20%, algo crucial para los alumnos que basculan entre el suspenso y el aprobado", explica Bueno.
No se puede comer a las tres
Pero hay m?s. Adem?s de empezar la jornada m?s tarde, los chavales también deber?an comer en una franja que oscilara entre las 12 a 14 horas. "M?s all? de las tres es una barbaridad y en zonas m?s rurales muchos alumnos llegan a comer a las cinco de la tarde", afirma Llu?s Vila Prat, que desde la asociaci?n de familias de secundaria Fapaes ha sido uno de los grandes impulsores de la reforma horaria.
También deber?an acabar las extraescolares antes de las ocho y llegar a casa a una hora prudencial para "aprender algo tan importante como convivir en familia", afirma Bueno, quien advierte de algo nada extra?o de intuir: que el cansancio y el desarreglo fisiol?gico también pueden repercutir en dificultades en la atenci?n mental y en la aparici?n del estrés y, con él, de enfermedades vinculadas a la salud mental. Adem?s, los estudios de cronobiolog?a afirman con tozuder?a "que comer m?s all? de las tres de la tarde aumenta el riesgo de sufrir obesidad y diabetes", afirma el consultor Xavier Peralta, asesor de la Barcelona Time Use Initiative, plataforma que durante esta semana pasada ha reflexionado sobre los usos y pol?ticas del tiempo.
Estudios
"La jornada continua no es adecuada para los chavales, pero sobre todo perjudica al alumnado que es menos académico", coincide Oscar Altide, director de Instituto Quatre Cantons, centro que dise?? una ambiciosa reforma que la pandemia puso en 'stand by' pero que ha dejado algunos cambios que han contribuido "a rebajar la conflictividad en el aula".
Por supuesto, ecualizar la organizaci?n social y log?stica a las vidas adolescentes implica una auténtica odisea. Sin embargo, la necesidad de abrir este may?sculo mel?n est? m?s que acreditado en innumerables y recientes estudios. Ah? est?, si no, el informe 'L'educaci? a l'hora', que presentaron la Fundaci? Bofill y la Federaci? de Moviments de Renovaci? Pedag?gica (2019). O el 'Pacte del temps, per uns hàbits saludables', del Consell Educatiu Municipal de Barcelona (2020).
Medidas
Aqu? van algunas conclusiones de consenso: 1/en los institutos se deber?a poder hacer una comida saludable, m?s r?pida y ligera que en las escuelas y que estuviera incluida en el horario lectivo (tras la paulatina implantaci?n de la jornada continua, los comedores han ido desapareciendo en secundaria) y 2/ las actividades extraescolares deber?an avanzar sus horarios.
Sin embargo, algunos 'peros' llegan, implacables, en este punto. "En cuanto al comedor, en los centros a menudo faltan recursos y los espacios inicialmente destinados a esta funci?n han sido reconvertidos para otros usos -admite Llu?s Vila-. Y respecto a las extraescolares, existe una sobredemanda de espacios deportivos que dificultan unos horarios m?s racionales".
Sobre la mesa
De momento, desde el Departament de Educaci? no se est? estudiando ninguna propuesta en firme ni se prevé modificar horarios, afirman fuentes de la 'conselleria'. Sin embargo, tras el par?n de la pandemia, parece que esta inquietud est? volviendo a palpitar en espacios como el Grup Motor del Pacte del Temps a Barcelona.
"Los cambios seguramente no van a ser inminentes, porque implican retos importantes como rebajar y flexibilizar la carga lectiva o la negociaci?n con el profesorado y los sindicatos, pero es evidente que este desajuste horario empieza a ponerse sobre la mesa", afirma Lidon Gasull, directora de les Associacions Federades de Fam?lies d'Alumnes de Catalunya, que est?n preparando un informe sobre esta cuesti?n y que ya han propuesto que los centros de secundaria dispongan de comedor o espacios habilitados para este fin en el nuevo decreto de comedor que se est? gestando en la 'conselleria'. "Demasiadas chicas y chicos est?n cansados y agotados, y no puede ser que la organizaci?n escolar y extraescolar no tenga en cuenta sus necesidades", a?ade Gasull.
Otra cuesti?n -no menos importante en cuanto a descanso- es la exposici?n nocturna a las pantallas. Toda madre o padre de adolescente sabe de qué va: ese tiempo en bucle que, de forma m?s o menos clandestina, pasan haciendo 'scroll' con el m?vil, a menudo desde la propia cama. "Es importante que las familias limiten esa exposici?n", afirma Xavier Peralta, en alusi?n a los efectos perjudiciales de la luz azul que emiten los dispositivos y que -al inhibir la producci?n de melatonina, la hormona que ayuda a coger el sue?o- act?a como una implacable puntilla del descanso juvenil.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/urge-cambiar-horarios-adolescentes-77924947)