الريــم
10-29-2022, 09:25 AM
"?Mama, es que no hay nada en la nevera!", se queja a menudo una de las hijas de Isabel Castillo. "Y a m? cada vez que lo dice se me saltan las l?grimas", cuenta la madre. Esta mujer cobra cada mes 980 euros como beneficiaria de la Renta Garantizada de Ciudadan?a (RGC), una ayuda social que no se ha actualizado a pesar de la inflaci?n. "No me llega, es imposible pagarlo todo", se desespera, admitiendo que se ve incapaz de garantizar una alimentaci?n saludable a sus hijos. Una situaci?n que también afecta a Olga Fern?ndez. Vive sola y cobra 664 euros al mes: "Con lo que ha subido todo... he dejado de comer a mediod?a, solo desayuno y ceno", explica. Las ayudas que deber?an sacarles de la pobreza, les perpet?an a?n m?s en ella.
Isabel tiene dos hijas. La peque?a est? a punto de cumplir siete a?os. La mayor tiene 14. Ella no puede trabajar, dice, por los dolores de espalda que tiene. "Me quedo clavada", cuenta. Adem?s, tiene que cuidar a su madre, enferma de un ictus. "La ducho, la visto... se lo tengo que hacer todo", dice. Es por ello que hace a?os que es beneficiaria de las ayudas sociales: primero el PIRMI y ahora la Renta Garantizada de Ciudadan?a de la Generalitat. Su pensi?n no llega a los mil euros, y ahora pone en jaque toda la econom?a familiar. Paga 554 euros de alquiler en un piso en el barrio de la Salut Alta (Badalona), después tiene que asumir los gastos de los suministros. Le quedan menos de 400 euros para pasar el mes. "?Que c?mo lo hago? Pidiendo dinero a mis hermanos y pinch?ndome a la corriente", dice tajante.
Comer sopa todo el verano
Los problemas econ?micos de esta madre le hacen muy dif?cil poder dar a sus hijos todo lo que necesitan. "En verano se nos estrope? la nevera, pues tuve que comprar otra, me cost? m?s de 200 euros. Como el dinero de la renta no me llegaba... no pod?a darles nada de comer, s?lo sopa", explica. A?n recuerda los sollozos de las ni?as pidiendo algo distinto. Ahora la situaci?n no ha cambiado mucho.
"La peque?a puede ir al comedor escolar. La mayor no... desayuna si hay algo, pero a los d?as se acaba y no puedo reponerlo hasta que cobro otra vez. El viernes no ten?a pan, la ni?a se llev? dos salchichas de fr?nkfurt para desayunar en el patio. Hoy, hemos comido arroz hervido: nada m?s", describe la madre. La fruta la prueban cuando van al centro abierto de la fundaci?n Salut Alta, que garantiza una merienda saludable a todos los menores. La carne es excepcional. "Para ellos comer alb?ndigas es una fiesta".
Luego est? el drama del material escolar. La hija mayor trabaja de canguro: gracias a ello se pudo comprar todos los libros que necesita. La menor, ha estado yendo a clase sin libros. "No he podido, a ver si este mes puedo pagar 30 euros...". A la madre también le duele no poder comprar la ropa que quieren las ni?as. "Tengo suerte que una vecina me dej? la que ya no usaban sus ni?os".
Venderlo todo y no poder pagar la luz
Ante esta situaci?n desesperada, esta mujer ha tomado una dr?stica decisi?n: pincharse a la corriente eléctrica. "Claro que me da miedo un incendio, pero es la ?nica forma que tengo de llegar a final de mes", suplica. Lo hizo después de vender todo lo que ha podido. Desde las consolas de las ni?as hasta las joyas de su madre. Tiembla solo de pensar los 4.000 euros que cuesta el tratamiento del dentista que tiene que pagar a una de sus hijas. "Lo llevo fatal.... a veces me encierro en la habitaci?n y me pongo a llorar. Es que no puedo hacer nada... y tomo pastillas para que me suban el ?nimo".
Pero el de Isabel no es ni un caso extremo ni excepcional. Hay centenares de familias en la misma situaci?n. Olga Fern?ndez, una mujer sola que vive en el piso que compr? con su difunta pareja en el Bon Pastor (Barcelona) también est? en apuros. Antes de saber que ten?a derecho a cobrar una ayuda social, viv?a en las tinieblas. "Me cortaron la luz porqué no pod?a pagarla. Me alumbraba con velas e iba a comer a casa de mi hermana... ?t? sabes lo que es no tener electricidad durante un a?o?". En 2017 accedi? a la prestaci?n social de la RGC: 664 euros cada mes.
"He dejado de comer"
Desde el pasado junio, lo que parec?a su soluci?n solo ha hecho que ponerlo todo m?s dif?cil. "Con lo que han subido los precios, no puedo pagar nada: estamos a d?a 13 del mes y s?lo me quedan 80 euros", se sincera. Antes del verano, la compra del supermercado le costaba unos 50 euros a la semana. A partir del mes de junio ya se dio cuenta de que con ese dinero no pod?a comprar la misma cantidad de antes. "Pues que hago... dejo de comer... no hay otra", dice resignada.
Ahora ya tiene corriente en casa, pero apenas lo usa. "Me compré una l?mpara a pilas para no gastar", dice. Y tiembla al recordar que tiene que reparar su estufa de gas. "No sé que haré este invierno... es que las otras estufas que he estado mirando cuestan 74 euros.... yo no me lo puedo permitir ahora", se sincera. Antes, pod?a ir a un comedor social, donde le daban lotes de alimentos. "Desde que cobro la RGC me lo quitaron, dicen que hay otra gente que lo necesita m?s que yo, que yo ya supero los l?mites de ingresos".
"Estos pol?ticos que dicen que con esta renta podemos vivir dignamente: que vengan aqu? y que lo vean. Que pasen el mes con lo que pasamos nosotras... es imposible, es un sinvivir. Por favor, s?banlo, con estos precios no podemos hacer nada", implora Isabel, harta de arrastrar a sus hijas en la miseria. Olga, se encierra en casa. "La puerta no funciona, tengo que repararla, cuando pueda", dice. Antes de cerrarla, hace una pregunta. "Espero que haber contado mis problemas sirva de algo, ?tu crees que nos lo van a subir? Es que ya no puedo m?s", suspira.
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Isabel tiene dos hijas. La peque?a est? a punto de cumplir siete a?os. La mayor tiene 14. Ella no puede trabajar, dice, por los dolores de espalda que tiene. "Me quedo clavada", cuenta. Adem?s, tiene que cuidar a su madre, enferma de un ictus. "La ducho, la visto... se lo tengo que hacer todo", dice. Es por ello que hace a?os que es beneficiaria de las ayudas sociales: primero el PIRMI y ahora la Renta Garantizada de Ciudadan?a de la Generalitat. Su pensi?n no llega a los mil euros, y ahora pone en jaque toda la econom?a familiar. Paga 554 euros de alquiler en un piso en el barrio de la Salut Alta (Badalona), después tiene que asumir los gastos de los suministros. Le quedan menos de 400 euros para pasar el mes. "?Que c?mo lo hago? Pidiendo dinero a mis hermanos y pinch?ndome a la corriente", dice tajante.
Comer sopa todo el verano
Los problemas econ?micos de esta madre le hacen muy dif?cil poder dar a sus hijos todo lo que necesitan. "En verano se nos estrope? la nevera, pues tuve que comprar otra, me cost? m?s de 200 euros. Como el dinero de la renta no me llegaba... no pod?a darles nada de comer, s?lo sopa", explica. A?n recuerda los sollozos de las ni?as pidiendo algo distinto. Ahora la situaci?n no ha cambiado mucho.
"La peque?a puede ir al comedor escolar. La mayor no... desayuna si hay algo, pero a los d?as se acaba y no puedo reponerlo hasta que cobro otra vez. El viernes no ten?a pan, la ni?a se llev? dos salchichas de fr?nkfurt para desayunar en el patio. Hoy, hemos comido arroz hervido: nada m?s", describe la madre. La fruta la prueban cuando van al centro abierto de la fundaci?n Salut Alta, que garantiza una merienda saludable a todos los menores. La carne es excepcional. "Para ellos comer alb?ndigas es una fiesta".
Luego est? el drama del material escolar. La hija mayor trabaja de canguro: gracias a ello se pudo comprar todos los libros que necesita. La menor, ha estado yendo a clase sin libros. "No he podido, a ver si este mes puedo pagar 30 euros...". A la madre también le duele no poder comprar la ropa que quieren las ni?as. "Tengo suerte que una vecina me dej? la que ya no usaban sus ni?os".
Venderlo todo y no poder pagar la luz
Ante esta situaci?n desesperada, esta mujer ha tomado una dr?stica decisi?n: pincharse a la corriente eléctrica. "Claro que me da miedo un incendio, pero es la ?nica forma que tengo de llegar a final de mes", suplica. Lo hizo después de vender todo lo que ha podido. Desde las consolas de las ni?as hasta las joyas de su madre. Tiembla solo de pensar los 4.000 euros que cuesta el tratamiento del dentista que tiene que pagar a una de sus hijas. "Lo llevo fatal.... a veces me encierro en la habitaci?n y me pongo a llorar. Es que no puedo hacer nada... y tomo pastillas para que me suban el ?nimo".
Pero el de Isabel no es ni un caso extremo ni excepcional. Hay centenares de familias en la misma situaci?n. Olga Fern?ndez, una mujer sola que vive en el piso que compr? con su difunta pareja en el Bon Pastor (Barcelona) también est? en apuros. Antes de saber que ten?a derecho a cobrar una ayuda social, viv?a en las tinieblas. "Me cortaron la luz porqué no pod?a pagarla. Me alumbraba con velas e iba a comer a casa de mi hermana... ?t? sabes lo que es no tener electricidad durante un a?o?". En 2017 accedi? a la prestaci?n social de la RGC: 664 euros cada mes.
"He dejado de comer"
Desde el pasado junio, lo que parec?a su soluci?n solo ha hecho que ponerlo todo m?s dif?cil. "Con lo que han subido los precios, no puedo pagar nada: estamos a d?a 13 del mes y s?lo me quedan 80 euros", se sincera. Antes del verano, la compra del supermercado le costaba unos 50 euros a la semana. A partir del mes de junio ya se dio cuenta de que con ese dinero no pod?a comprar la misma cantidad de antes. "Pues que hago... dejo de comer... no hay otra", dice resignada.
Ahora ya tiene corriente en casa, pero apenas lo usa. "Me compré una l?mpara a pilas para no gastar", dice. Y tiembla al recordar que tiene que reparar su estufa de gas. "No sé que haré este invierno... es que las otras estufas que he estado mirando cuestan 74 euros.... yo no me lo puedo permitir ahora", se sincera. Antes, pod?a ir a un comedor social, donde le daban lotes de alimentos. "Desde que cobro la RGC me lo quitaron, dicen que hay otra gente que lo necesita m?s que yo, que yo ya supero los l?mites de ingresos".
"Estos pol?ticos que dicen que con esta renta podemos vivir dignamente: que vengan aqu? y que lo vean. Que pasen el mes con lo que pasamos nosotras... es imposible, es un sinvivir. Por favor, s?banlo, con estos precios no podemos hacer nada", implora Isabel, harta de arrastrar a sus hijas en la miseria. Olga, se encierra en casa. "La puerta no funciona, tengo que repararla, cuando pueda", dice. Antes de cerrarla, hace una pregunta. "Espero que haber contado mis problemas sirva de algo, ?tu crees que nos lo van a subir? Es que ya no puedo m?s", suspira.
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