الريــم
10-27-2022, 09:15 AM
"El golpe sobre Roma tiene suspendida de un hilo toda Italia. Los peri?dicos liberales y socialistas dan en cada d?a en grandes letras el precio de la lira relativamente a la esterlina. La depreciaci?n de la divisa produce una angustia enorme". Con estas palabras, el escritor catal?n Josep Pla describ?a, en una cr?nica titulada En Plena Contrarrevoluci?n y fechada 27 de octubre de 1922, los primeros momentos del llamamiento golpista de Benito Mussolini, quien hab?a llamado a sus seguidores, muchos violentos y armados, a lanzarse sobre la capital italiana para inducir al rey V?ctor Emanuel III a entregarle el poder. Un joven Pla iniciaba as? sus entregas period?sticas sobre la llamada Marcha sobre Roma y la toma de poder de la primera dictadura fascista de la historia.
Pla se lo hab?a anunciado a su hermano el septiembre anterior. Su intenci?n, hab?a explicado, era viajar al norte de Italia para escribir "una breve historia" sobre el fascismo, después de haber pasado ya seis meses (de marzo a agosto de 1922) en el pa?s transalpino. Con este pre?mbulo, el escritor catal?n se hab?a comprometido con el diario madrile?o El Sol y el barcelonés La Publicitat (en el cual publicar? bajo el r?tulo Notes d’Itàlia).
Sin embargo, seg?n cuenta Narc?s Garolera en el pr?logo del volumen Cartas Europeas, los acontecimientos se precipitaron, y desde octubre y los tres meses siguientes, Pla (entonces de apenas 25 a?os) escribir? para los dos diarios alrededor de 50 cr?nicas en las que ir? relatando, con esp?ritu cr?tico, la capitulaci?n del Gobierno liberal de Luigi Facta, la sublevaci?n fascista y la consolidaci?n del régimen dictatorial de Mussolini.
La inmoralidad de la democracia
De entrada, le impresiona mucho a Pla la galopante inflaci?n, la pobreza y todo el caldo de cultivo social que acompa?an al golpe fascista. A veces, también compara esta degradaci?n social con la situaci?n en Espa?a, siendo él uno de los pocos periodistas espa?oles (el ?nico, seg?n algunas fuentes) que cubre el levantamiento golpista en el terreno. Tanto es as? que incluso se enzarza en una polémica con Ramiro de Maeztu, autor de un art?culo titulado (https://hemerotecadigital.bne.es/hd/viewer?oid=0000263297)El fascismo ideal, (https://hemerotecadigital.bne.es/hd/viewer?oid=0000263297) al que Pla acusa de estar haciendo "una campa?a admirable" sobre "la ingenuidad del pacifismo y la inmoralidad de la democracia". "El fascismo ha llegado casi en absoluto a suprimir la cr?tica. ?ste ha sido siempre el ideal del militarismo espa?ol", dice Pla.
El sector contestatario con el fascismo al que pertenece Pla le permite asimismo hacer un radiograf?a desencantada de los estratos de las tropas fascistas, entre las que destaca las que marchan sobre Roma que, en su mayor?a, proceden de zonas rurales. En cambio, dice Pla, los escuadristas "estudiantes y se?oritos se han quedado en Florencia", a la vez de que también "han quedado en la retaguardia los j?venes nacionalistas".
Al hilo de sus reflexiones, Pla define el fascismo como una "plutocracia proteccionista" y nacionalista que, pese a su poco peso parlamentario, se ha ido adue?ando de las masas que apoyaban el socialismo. "Cuando estalla la guerra europea, Mussolini (…) se convierte en intervencionista, militarista y patriota, y funda, expulsado del socialismo, Il Popolo D’Italia", recuerda Pla. Pero es con "los descontentos de la paz", después de la Gran Guerra, que se crea el fascismo, a?ade.
La Italia de la tranca
Esta deriva, contin?a Pla, se ve particularmente en las ciudades umbras y toscanas, como Perugia y Florencia, as? como en las de Emilia Roma?a, entre ellas Ferrara y Bolonia. Una urbe, esta, que el catal?n considera uno de los epicentros del fascismo cuando este movimiento empieza, después del asesinato de 10 fascistas en diciembre de 1920, a crecer r?pidamente en Emilia Roma?a y expandirse desde ah? en el resto del pa?s.
La raz?n es que, "habiéndose apoderado el fascismo de los sindicatos agr?colas (…) quien no es fascista no come", le explica a Pla un fascista, cuyo testimonio el catal?n transcribe en De Florencia Bolonia en un tren fascista. De ah? también que, después de consumarse la Marcha sobre Roma, como suele ocurrir en las dictaduras, el régimen fascista muestra su cara m?s cruel. Entonces, "muchas personalidades del partido socialista y popular" tienen que pasar por "la repugnante humillaci?n de tener que engullir un buen vaso de ricino ante las chirigota de una escuadra fascista armada hasta los dientes". En Italia "ya no gobierna m?s que la tranca".
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/explico-josep-pla-marcha-tropas-77777798)
Pla se lo hab?a anunciado a su hermano el septiembre anterior. Su intenci?n, hab?a explicado, era viajar al norte de Italia para escribir "una breve historia" sobre el fascismo, después de haber pasado ya seis meses (de marzo a agosto de 1922) en el pa?s transalpino. Con este pre?mbulo, el escritor catal?n se hab?a comprometido con el diario madrile?o El Sol y el barcelonés La Publicitat (en el cual publicar? bajo el r?tulo Notes d’Itàlia).
Sin embargo, seg?n cuenta Narc?s Garolera en el pr?logo del volumen Cartas Europeas, los acontecimientos se precipitaron, y desde octubre y los tres meses siguientes, Pla (entonces de apenas 25 a?os) escribir? para los dos diarios alrededor de 50 cr?nicas en las que ir? relatando, con esp?ritu cr?tico, la capitulaci?n del Gobierno liberal de Luigi Facta, la sublevaci?n fascista y la consolidaci?n del régimen dictatorial de Mussolini.
La inmoralidad de la democracia
De entrada, le impresiona mucho a Pla la galopante inflaci?n, la pobreza y todo el caldo de cultivo social que acompa?an al golpe fascista. A veces, también compara esta degradaci?n social con la situaci?n en Espa?a, siendo él uno de los pocos periodistas espa?oles (el ?nico, seg?n algunas fuentes) que cubre el levantamiento golpista en el terreno. Tanto es as? que incluso se enzarza en una polémica con Ramiro de Maeztu, autor de un art?culo titulado (https://hemerotecadigital.bne.es/hd/viewer?oid=0000263297)El fascismo ideal, (https://hemerotecadigital.bne.es/hd/viewer?oid=0000263297) al que Pla acusa de estar haciendo "una campa?a admirable" sobre "la ingenuidad del pacifismo y la inmoralidad de la democracia". "El fascismo ha llegado casi en absoluto a suprimir la cr?tica. ?ste ha sido siempre el ideal del militarismo espa?ol", dice Pla.
El sector contestatario con el fascismo al que pertenece Pla le permite asimismo hacer un radiograf?a desencantada de los estratos de las tropas fascistas, entre las que destaca las que marchan sobre Roma que, en su mayor?a, proceden de zonas rurales. En cambio, dice Pla, los escuadristas "estudiantes y se?oritos se han quedado en Florencia", a la vez de que también "han quedado en la retaguardia los j?venes nacionalistas".
Al hilo de sus reflexiones, Pla define el fascismo como una "plutocracia proteccionista" y nacionalista que, pese a su poco peso parlamentario, se ha ido adue?ando de las masas que apoyaban el socialismo. "Cuando estalla la guerra europea, Mussolini (…) se convierte en intervencionista, militarista y patriota, y funda, expulsado del socialismo, Il Popolo D’Italia", recuerda Pla. Pero es con "los descontentos de la paz", después de la Gran Guerra, que se crea el fascismo, a?ade.
La Italia de la tranca
Esta deriva, contin?a Pla, se ve particularmente en las ciudades umbras y toscanas, como Perugia y Florencia, as? como en las de Emilia Roma?a, entre ellas Ferrara y Bolonia. Una urbe, esta, que el catal?n considera uno de los epicentros del fascismo cuando este movimiento empieza, después del asesinato de 10 fascistas en diciembre de 1920, a crecer r?pidamente en Emilia Roma?a y expandirse desde ah? en el resto del pa?s.
La raz?n es que, "habiéndose apoderado el fascismo de los sindicatos agr?colas (…) quien no es fascista no come", le explica a Pla un fascista, cuyo testimonio el catal?n transcribe en De Florencia Bolonia en un tren fascista. De ah? también que, después de consumarse la Marcha sobre Roma, como suele ocurrir en las dictaduras, el régimen fascista muestra su cara m?s cruel. Entonces, "muchas personalidades del partido socialista y popular" tienen que pasar por "la repugnante humillaci?n de tener que engullir un buen vaso de ricino ante las chirigota de una escuadra fascista armada hasta los dientes". En Italia "ya no gobierna m?s que la tranca".
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