الريــم
10-23-2022, 04:32 PM
Las guerras intestinas en los partidos eran hasta ahora un mal predominante en la izquierda. Las pugnas, escisiones y guerras abiertas han trufado las organizaciones progresistas desde el inicio de la democracia. Pero los tent?culos de la divisi?n han terminado por llegar también a la derecha. M?s concretamente, al partido que est? en el extremo derecho del arco parlamentario (https://www.epe.es/es/politica/20221023/guerras-izquierda-ultraderecha-vox-olona-77542203). Y es que Vox, que dio la campanada en 2018 en Andaluc?a, ha visto en los ?ltimos meses c?mo lo que parec?a un bloque monol?tico ha comenzado a desgajarse. Y ha sido Macarena Olona, dirigente destacada del partido, quien ha abierto la caja de pandora y amenaza ahora con una escisi?n.
La derecha ha permanecido indemne a las rupturas durante décadas gracias al cariz "mucho m?s pragm?tico de su electorado", analiza el director de Public Affairs de Ipsos, Juan Pablo Ferr?ndiz. "Esta desintegraci?n empieza en la derecha cuando Mariano Rajoy abandona inesperadamente el Gobierno en 2018, porque hasta entonces la derecha segu?a unida para mantener el Gobierno".
En la aparici?n de Vox también influy?, seg?n Ferr?ndiz, la debilidad del liderazgo de Pablo Casado, que no logr? ser percibido como una opci?n ganadora frente a Pedro S?nchez. En la Comunidad de Madrid con Isabel D?az Ayuso o en Andaluc?a, con Juanma Moreno Bonilla, las alternativas estaban claras y Vox cay? en la irrelevancia. La llegada de Alberto N??ez Feij?o, pese a lo que podr?a pensarse por la mayor contenci?n de su discurso, ya ha dejado sus consecuencias. Y es que seg?n el ?ltimo CIS, "el 25% de los votantes de Vox hayan vuelto al PP, su casa matriz, porque ven a Feij?o m?s capacitado para gobernar que a Abascal", se?ala el soci?logo.
El 's?ndrome de nuevo partido'
Uno de los motivos de la erosi?n de Vox también es inherente a su condici?n de nuevo partido, seg?n detalla el polit?logo y profesor en la Universidad Carlos III de Madrid Pablo Sim?n, que describe parte de este proceso en un “s?ndrome de nuevos partidos”, que tienen dos dificultades: la fidelizaci?n del votante hacia la marca m?s all? del liderazgo, y la construcci?n de una organizaci?n fuerte con unas reglas claras, quiz? el elemento m?s importante y donde las nuevas formaciones m?s han fallado.
“Ante las discrepancias hay tres opciones: lealtad, cr?tica y escisi?n. Cuanto m?s valor tienen las siglas para ti, m?s antiguo eres en el partido y m?s claros son los procedimientos, m?s probable es que haya lealtad o cr?tica y menos escisi?n”, explica el profesor, que apunta a que los nuevos partidos tienen el poder muy centralizado y “la salida es m?s f?cil porque las siglas significan menos”. Una circunstancia que hace de PP y PSOE formaciones m?s resistentes. “Susana D?az perdi? pero no se escindi?, pero las tensiones internas si no est?n bien resueltas pueden acabar en escisi?n, como en Podemos”, a?ade Sim?n, en referencia al partido que fund? I?igo Errej?n. Esta falta de unas normas claras ha llevado al goteo de salidas de Vox desde su fundaci?n, con guerras abiertas en numerosos territorios. Unas pugnas territoriales que pasaron desapercibidas a nivel nacional pero que han salido a la luz a ra?z de la salida de Olona.
Sim?n apunta a que el de Vox ha sido un problema de expectativas: “El partido hab?a construido unas expectativas que no se ajustaban a la realidad, gan? diputados pero la sensaci?n fue de fracaso. Si Olona hubiera sido vicepresidenta de Andaluc?a, nada de esto hubiera pasado”, avanza.
Para la consultora y presidenta de la Asociaci?n de Comunicaci?n Pol?tica (ACOP), Ver?nica Fumanal, una de las razones en las que radica la erosi?n de Vox es su propio car?cter derechista: “La radicalidad al final suele ser mal negocio, porque la polarizaci?n es un fen?meno que cada vez pide m?s y para captar la atenci?n cada vez hay que ir m?s lejos”, resume. Y precisamente ser?a Olona la que representar?a estos postulados m?s a la derecha de Vox, que consideran que el partido de Santiago Abascal se queda corto en sus tesis.
Los que apoyan a Olona son los que consideran que Vox se ha echado a perder, que ha dejado a escapar a uno de sus mejores activos
“Los que ahora mismo est?n apoyando a Olona son personas que consideran que de alguna manera Vox se ha echado perder y creen que su salida deja al partido sin uno de sus mayores activos, uno de los perfiles m?s duros y m?s implacables”. “La radicalizaci?n de las formaciones es un proceso que lleva a extremarse a ciertos electorados, que premian a quien sea m?s polémico y m?s implacable”. Y los contenidos viralizados en redes, en opini?n de Fumanal, dan prueba de ello: “Hay multitud de estudios que muestran que las noticias m?s radicales y las m?s negativas son las m?s compartidas en redes”.
'Below the line'
Las v?as de difusi?n de estas fuerzas también tienen su papel. Desde su nacimiento, Vox hizo gala de estar fuera del circuito de las grandes cadenas e hizo valer su m?sculo en las redes sociales. Ahora, los partidarios de Olona utilizan este elemento también como estandarte y van m?s all?: adem?s de acusar a los de Abascal de haber cambiado su discurso respecto a la televisi?n p?blica -de pedir el cierre de los canales auton?micos a replantearse algunas subvenciones-, estos activistas se mueven a través de canales de difusi?n que no cuentan con ning?n tipo de filtro.
Algunos de estos activistas, después de que plataformas les clausurase las cuentas por incumplir las reglas o difundir informaci?n falsa, emplean las aplicaciones de mensajer?a como Telegram para llegar a grandes p?blicos. Con casi 200.000 seguidores, hay quien publica a través de estos canales todo tipo de contenido, im?genes de cuestionable proveniencia y dif?cilmente atribuibles o mensajes, en ocasiones dudosos, a los que se le concede veracidad.
Pero Ferr?ndiz se muestra escéptico respecto a que los apoyos recibidos por estos sectores se traduzcan finalmente en rédito electoral. "Durante el gobierno de Alberto Ruiz-Gallard?n, estaba [Federico] Jiménez Losantos todas las ma?anas diciendo que era mejor tirar el voto al r?o Manzanares que votarle. Gallard?n encargaba estudios y no s?lo no perd?a sino que mejoraba", rememora Ferr?ndiz, que extrae la conclusi?n de que "a veces el entretenimiento se confunde con la capacidad de convencer" y que no siempre resulta influyente a la hora de votar. "Si no lo consigui? Jiménez Losantos en su esplendor, parece complicado que consigan influir activistas", sostiene el directivo de Ipsos. Uno de los argumentos es precisamente el momento de incertidumbre econ?mica, un contexto en el que el votante suele ser m?s conservador y apostar por lo ya conocido.
“Donde mejor se mueve la ultraderecha es en estos canales, que permiten difundir chapapote medi?tico sin que nadie se dé cuenta”, contin?a Fumanal. “Estas técnicas se llaman below the line porque pasan por debajo del radar”, explica. Es lo que est? haciendo Meloni en Italia. “No ha dado una rueda de prensa desde que fue elegida porque no le ha hecho falta. No necesita a los medios de comunicaci?n”; prosigue. Y sin embargo, ?qué probabilidades hay de que estos movimientos tect?nicos que apoyan a Olona acaben cristalizando en una candidatura? Para Fumanal no es una tarea sencilla y se requieren dos elementos: estrategia y financiaci?n. Y quiz? este ?ltimo es el m?s importante de todos.
Olona: dudas sobre su viabilidad
“Para hacer pol?tica hace falta dinero y Olona tendr? su espacio si consigue financiaci?n”. Un elemento que podr?a convertirse en un corsé para las opciones de la dirigente. Adem?s, necesitar?a una estrategia clara poder obtener representaci?n en las urnas. “Un éxito para ella ser?a simplemente entrar en las instituciones, obtener alg?n esca?o, porque ya tendr?a visibilidad”. Y para eso habr?a de estudiar muy bien sus posibilidades electorales en cada circunscripci?n, que son muy desiguales en cuanto al peso del voto. En ?vila un partido puede lograr esca?o con 17.000 papeletas. Muy lejos est? Madrid, donde en las ?ltimas elecciones generales M?s Pa?s consigui? tan solo dos diputados con 200.000 votos.
El efecto Olona amenaza adem?s con ser pasajero. Al igual que otros dirigentes notables que salieron de sus respectivas formaciones, como pudiera ser el caso de Carolina Bescansa o I?igo Errej?n, tuvieron mucha atracci?n medi?tica, “pero luego solo perviven los que mantienen su visibilidad o tienen cuota institucional. Y para eso necesitas tener un partido y un espacio”.
Sim?n también se muestra cauto sobre el futuro proyecto que la dirigente est? exhibiendo en Latinoamérica, y atribuye el ruido a una serie de factores, como “la conjunci?n de intereses para magnificar su figura por parte de descontentos de Vox, del PP para agravar la crisis del partido, y en la izquierda para sembrar ciza?a. Todos tienen intereses en amplificar la idea de que puede ser competitiva”.
Sin embargo, hay a d?a de hoy m?s dudas que certezas: “No sabemos cu?ntos apoyos tiene ni en qué se va a traducir, si en una organizaci?n, una asociaci?n o un podcast”. Advierte Sim?n de que “el timing no es bueno”, ante la imposibilidad de lanzar un proyecto antes de las municipales y auton?micas de mayo. Del resultado que obtenga Vox entonces depender? el papel que pueda ocupar Olona.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/guerras-izquierda-contagian-ultraderecha-llevan-77606376)
La derecha ha permanecido indemne a las rupturas durante décadas gracias al cariz "mucho m?s pragm?tico de su electorado", analiza el director de Public Affairs de Ipsos, Juan Pablo Ferr?ndiz. "Esta desintegraci?n empieza en la derecha cuando Mariano Rajoy abandona inesperadamente el Gobierno en 2018, porque hasta entonces la derecha segu?a unida para mantener el Gobierno".
En la aparici?n de Vox también influy?, seg?n Ferr?ndiz, la debilidad del liderazgo de Pablo Casado, que no logr? ser percibido como una opci?n ganadora frente a Pedro S?nchez. En la Comunidad de Madrid con Isabel D?az Ayuso o en Andaluc?a, con Juanma Moreno Bonilla, las alternativas estaban claras y Vox cay? en la irrelevancia. La llegada de Alberto N??ez Feij?o, pese a lo que podr?a pensarse por la mayor contenci?n de su discurso, ya ha dejado sus consecuencias. Y es que seg?n el ?ltimo CIS, "el 25% de los votantes de Vox hayan vuelto al PP, su casa matriz, porque ven a Feij?o m?s capacitado para gobernar que a Abascal", se?ala el soci?logo.
El 's?ndrome de nuevo partido'
Uno de los motivos de la erosi?n de Vox también es inherente a su condici?n de nuevo partido, seg?n detalla el polit?logo y profesor en la Universidad Carlos III de Madrid Pablo Sim?n, que describe parte de este proceso en un “s?ndrome de nuevos partidos”, que tienen dos dificultades: la fidelizaci?n del votante hacia la marca m?s all? del liderazgo, y la construcci?n de una organizaci?n fuerte con unas reglas claras, quiz? el elemento m?s importante y donde las nuevas formaciones m?s han fallado.
“Ante las discrepancias hay tres opciones: lealtad, cr?tica y escisi?n. Cuanto m?s valor tienen las siglas para ti, m?s antiguo eres en el partido y m?s claros son los procedimientos, m?s probable es que haya lealtad o cr?tica y menos escisi?n”, explica el profesor, que apunta a que los nuevos partidos tienen el poder muy centralizado y “la salida es m?s f?cil porque las siglas significan menos”. Una circunstancia que hace de PP y PSOE formaciones m?s resistentes. “Susana D?az perdi? pero no se escindi?, pero las tensiones internas si no est?n bien resueltas pueden acabar en escisi?n, como en Podemos”, a?ade Sim?n, en referencia al partido que fund? I?igo Errej?n. Esta falta de unas normas claras ha llevado al goteo de salidas de Vox desde su fundaci?n, con guerras abiertas en numerosos territorios. Unas pugnas territoriales que pasaron desapercibidas a nivel nacional pero que han salido a la luz a ra?z de la salida de Olona.
Sim?n apunta a que el de Vox ha sido un problema de expectativas: “El partido hab?a construido unas expectativas que no se ajustaban a la realidad, gan? diputados pero la sensaci?n fue de fracaso. Si Olona hubiera sido vicepresidenta de Andaluc?a, nada de esto hubiera pasado”, avanza.
Para la consultora y presidenta de la Asociaci?n de Comunicaci?n Pol?tica (ACOP), Ver?nica Fumanal, una de las razones en las que radica la erosi?n de Vox es su propio car?cter derechista: “La radicalidad al final suele ser mal negocio, porque la polarizaci?n es un fen?meno que cada vez pide m?s y para captar la atenci?n cada vez hay que ir m?s lejos”, resume. Y precisamente ser?a Olona la que representar?a estos postulados m?s a la derecha de Vox, que consideran que el partido de Santiago Abascal se queda corto en sus tesis.
Los que apoyan a Olona son los que consideran que Vox se ha echado a perder, que ha dejado a escapar a uno de sus mejores activos
“Los que ahora mismo est?n apoyando a Olona son personas que consideran que de alguna manera Vox se ha echado perder y creen que su salida deja al partido sin uno de sus mayores activos, uno de los perfiles m?s duros y m?s implacables”. “La radicalizaci?n de las formaciones es un proceso que lleva a extremarse a ciertos electorados, que premian a quien sea m?s polémico y m?s implacable”. Y los contenidos viralizados en redes, en opini?n de Fumanal, dan prueba de ello: “Hay multitud de estudios que muestran que las noticias m?s radicales y las m?s negativas son las m?s compartidas en redes”.
'Below the line'
Las v?as de difusi?n de estas fuerzas también tienen su papel. Desde su nacimiento, Vox hizo gala de estar fuera del circuito de las grandes cadenas e hizo valer su m?sculo en las redes sociales. Ahora, los partidarios de Olona utilizan este elemento también como estandarte y van m?s all?: adem?s de acusar a los de Abascal de haber cambiado su discurso respecto a la televisi?n p?blica -de pedir el cierre de los canales auton?micos a replantearse algunas subvenciones-, estos activistas se mueven a través de canales de difusi?n que no cuentan con ning?n tipo de filtro.
Algunos de estos activistas, después de que plataformas les clausurase las cuentas por incumplir las reglas o difundir informaci?n falsa, emplean las aplicaciones de mensajer?a como Telegram para llegar a grandes p?blicos. Con casi 200.000 seguidores, hay quien publica a través de estos canales todo tipo de contenido, im?genes de cuestionable proveniencia y dif?cilmente atribuibles o mensajes, en ocasiones dudosos, a los que se le concede veracidad.
Pero Ferr?ndiz se muestra escéptico respecto a que los apoyos recibidos por estos sectores se traduzcan finalmente en rédito electoral. "Durante el gobierno de Alberto Ruiz-Gallard?n, estaba [Federico] Jiménez Losantos todas las ma?anas diciendo que era mejor tirar el voto al r?o Manzanares que votarle. Gallard?n encargaba estudios y no s?lo no perd?a sino que mejoraba", rememora Ferr?ndiz, que extrae la conclusi?n de que "a veces el entretenimiento se confunde con la capacidad de convencer" y que no siempre resulta influyente a la hora de votar. "Si no lo consigui? Jiménez Losantos en su esplendor, parece complicado que consigan influir activistas", sostiene el directivo de Ipsos. Uno de los argumentos es precisamente el momento de incertidumbre econ?mica, un contexto en el que el votante suele ser m?s conservador y apostar por lo ya conocido.
“Donde mejor se mueve la ultraderecha es en estos canales, que permiten difundir chapapote medi?tico sin que nadie se dé cuenta”, contin?a Fumanal. “Estas técnicas se llaman below the line porque pasan por debajo del radar”, explica. Es lo que est? haciendo Meloni en Italia. “No ha dado una rueda de prensa desde que fue elegida porque no le ha hecho falta. No necesita a los medios de comunicaci?n”; prosigue. Y sin embargo, ?qué probabilidades hay de que estos movimientos tect?nicos que apoyan a Olona acaben cristalizando en una candidatura? Para Fumanal no es una tarea sencilla y se requieren dos elementos: estrategia y financiaci?n. Y quiz? este ?ltimo es el m?s importante de todos.
Olona: dudas sobre su viabilidad
“Para hacer pol?tica hace falta dinero y Olona tendr? su espacio si consigue financiaci?n”. Un elemento que podr?a convertirse en un corsé para las opciones de la dirigente. Adem?s, necesitar?a una estrategia clara poder obtener representaci?n en las urnas. “Un éxito para ella ser?a simplemente entrar en las instituciones, obtener alg?n esca?o, porque ya tendr?a visibilidad”. Y para eso habr?a de estudiar muy bien sus posibilidades electorales en cada circunscripci?n, que son muy desiguales en cuanto al peso del voto. En ?vila un partido puede lograr esca?o con 17.000 papeletas. Muy lejos est? Madrid, donde en las ?ltimas elecciones generales M?s Pa?s consigui? tan solo dos diputados con 200.000 votos.
El efecto Olona amenaza adem?s con ser pasajero. Al igual que otros dirigentes notables que salieron de sus respectivas formaciones, como pudiera ser el caso de Carolina Bescansa o I?igo Errej?n, tuvieron mucha atracci?n medi?tica, “pero luego solo perviven los que mantienen su visibilidad o tienen cuota institucional. Y para eso necesitas tener un partido y un espacio”.
Sim?n también se muestra cauto sobre el futuro proyecto que la dirigente est? exhibiendo en Latinoamérica, y atribuye el ruido a una serie de factores, como “la conjunci?n de intereses para magnificar su figura por parte de descontentos de Vox, del PP para agravar la crisis del partido, y en la izquierda para sembrar ciza?a. Todos tienen intereses en amplificar la idea de que puede ser competitiva”.
Sin embargo, hay a d?a de hoy m?s dudas que certezas: “No sabemos cu?ntos apoyos tiene ni en qué se va a traducir, si en una organizaci?n, una asociaci?n o un podcast”. Advierte Sim?n de que “el timing no es bueno”, ante la imposibilidad de lanzar un proyecto antes de las municipales y auton?micas de mayo. Del resultado que obtenga Vox entonces depender? el papel que pueda ocupar Olona.
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