الريــم
10-21-2022, 08:08 PM
Cuando el 25 de febrero pasado las tropas rusas invadieron Ucrania, el Govern de Pere Aragonès se aprest? a alinearse con la posici?n occidental, en concreto de la Uni?n Europea y, por extensi?n, del Estado. En las semanas y meses previas, los datos desvelados sobre los encuentros del entorno de Carles Puigdemont con el Gobierno ruso hab?an enlodazado la imagen del independentismo ante las instancias comunitarias. Y si, durante la etapa dura del procés, la UE ya se hab?a alejado del otrora socio regional preferente, la sombra de que el secesionismo catal?n buscaba endiabladas alianzas solo pod?a llevar al aislamiento absoluto de la Generalitat.
Apenas 10 meses después, el president ha demostrado a estas instancias europeas que el independentismo catal?n no tiene una voz ?nica y que el propio Puigdemont no es el l?der indiscutible de este movimiento transversal. Y lo mima. El jefe del Govern ha correspondido hablando con el lenguaje que gusta en Bruselas y un perfecto ejemplo de ello es el viaje que este viernes ha finalizado a la capital belga.
Dos comisarios recibieron a Aragonès. Desde 2015 que no suced?a, con Artur Mas. Puigdemont y el president Quim Torra se quedaron sin estrenarse. Dos comisarios y dos discursos. La defensa de los valores democr?ticos, como rodeo para exponer el conflicto pol?tico entre Espa?a y Catalu?a, por un lado. Disponibilidad y proactividad por parte de Catalu?a para proceder a una reindustrializaci?n exactamente en los campos estratégicos que precisa la UE, es decir, el energético.
El espionaje con Pegasus
Si una cosa ha aprendido ERC es que aventando el discurso independentista por s? solo no se logran apoyos en la UE, un club de estados miembros donde Espa?a posee toda la representatividad. Ergo el esc?ndalo del espionaje a pol?ticos independentistas se present? como cu?a idea con la que abrir la puerta europea. En un asunto, el judicial, donde las dudas y los resquemores de la Comisi?n Europea con Espa?a son amplios. Por ejemplo, con la reforma del Consejo General del Poder Judicial que revela el fondo de la cuesti?n: la preocupaci?n de la CE por la separaci?n de poderes en el Estado.
En lo econ?mico-industrial, la Generalitat, no solo la de Aragonès, ha apostado por trazar planes encaminados a proveer Catalu?a de un mayor peso industrial y que este, por el signo de los tiempos, solo puede estar relacionado con la sostenibilidad. La guerra ‘en la frontera este’, como gusta decir a algunos, al propio Aragonès, como forma de se?alar que el conflicto ucraniano no es algo lejano, sino al contrario; ha supuesto una feliz coincidencia entre el camino decidido hace tiempo y las necesidades estratégicas de Europa.
Barcelona-Marsella
"Vamos a ser un ‘hub’ energético de Europa", se?al? el ‘president’ a su salida el viernes de la reuni?n con el segundo comisario, el de Mercado Interior, Thierry Breton. Y esa es la nueva batalla que se abre ahora. El BarMar, la conducci?n submarina de hidr?geno fabricado mediante energ?as renovables, es decir, ‘verde’, que unir? Barcelona con Marsella y que, en un primer momento podr?a también transportar gas licuado, es un proyecto estatal definido por los Gobiernos de Espa?a, Francia y Portugal. Por tanto, el cu?ndo y el c?mo va a participar Catalu?a en eso est? por ver. Y por negociar. Y est? en la mano de Pedro S?nchez.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
Otra cosa es el segundo gran as en la manga que llev? a Bruselas Aragonès, la participaci?n catalana en el dise?o y fabricaci?n del llamado ‘chip europeo’. Un terreno abonado a la participaci?n privada y, por tanto, el éxito catal?n en ese campo tendr? que ver con la capacidad de atraer inversiones propias y extranjeras.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/aragones-rehace-imagen-independentismo-europa-77548104)
Apenas 10 meses después, el president ha demostrado a estas instancias europeas que el independentismo catal?n no tiene una voz ?nica y que el propio Puigdemont no es el l?der indiscutible de este movimiento transversal. Y lo mima. El jefe del Govern ha correspondido hablando con el lenguaje que gusta en Bruselas y un perfecto ejemplo de ello es el viaje que este viernes ha finalizado a la capital belga.
Dos comisarios recibieron a Aragonès. Desde 2015 que no suced?a, con Artur Mas. Puigdemont y el president Quim Torra se quedaron sin estrenarse. Dos comisarios y dos discursos. La defensa de los valores democr?ticos, como rodeo para exponer el conflicto pol?tico entre Espa?a y Catalu?a, por un lado. Disponibilidad y proactividad por parte de Catalu?a para proceder a una reindustrializaci?n exactamente en los campos estratégicos que precisa la UE, es decir, el energético.
El espionaje con Pegasus
Si una cosa ha aprendido ERC es que aventando el discurso independentista por s? solo no se logran apoyos en la UE, un club de estados miembros donde Espa?a posee toda la representatividad. Ergo el esc?ndalo del espionaje a pol?ticos independentistas se present? como cu?a idea con la que abrir la puerta europea. En un asunto, el judicial, donde las dudas y los resquemores de la Comisi?n Europea con Espa?a son amplios. Por ejemplo, con la reforma del Consejo General del Poder Judicial que revela el fondo de la cuesti?n: la preocupaci?n de la CE por la separaci?n de poderes en el Estado.
En lo econ?mico-industrial, la Generalitat, no solo la de Aragonès, ha apostado por trazar planes encaminados a proveer Catalu?a de un mayor peso industrial y que este, por el signo de los tiempos, solo puede estar relacionado con la sostenibilidad. La guerra ‘en la frontera este’, como gusta decir a algunos, al propio Aragonès, como forma de se?alar que el conflicto ucraniano no es algo lejano, sino al contrario; ha supuesto una feliz coincidencia entre el camino decidido hace tiempo y las necesidades estratégicas de Europa.
Barcelona-Marsella
"Vamos a ser un ‘hub’ energético de Europa", se?al? el ‘president’ a su salida el viernes de la reuni?n con el segundo comisario, el de Mercado Interior, Thierry Breton. Y esa es la nueva batalla que se abre ahora. El BarMar, la conducci?n submarina de hidr?geno fabricado mediante energ?as renovables, es decir, ‘verde’, que unir? Barcelona con Marsella y que, en un primer momento podr?a también transportar gas licuado, es un proyecto estatal definido por los Gobiernos de Espa?a, Francia y Portugal. Por tanto, el cu?ndo y el c?mo va a participar Catalu?a en eso est? por ver. Y por negociar. Y est? en la mano de Pedro S?nchez.
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Otra cosa es el segundo gran as en la manga que llev? a Bruselas Aragonès, la participaci?n catalana en el dise?o y fabricaci?n del llamado ‘chip europeo’. Un terreno abonado a la participaci?n privada y, por tanto, el éxito catal?n en ese campo tendr? que ver con la capacidad de atraer inversiones propias y extranjeras.
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