الريــم
10-15-2022, 09:25 AM
El 13% de la poblaci?n de las Islas Feroe son futbolistas federados. Del resto, pocos son ajenos a este deporte. Con sus 52.000 habitantes, esta naci?n perteneciente al Reino de Dinamarca lleva m?s de un siglo viendo el bal?n correr entre campos y colinas. La capital, T?rshavn (literalmente ‘puerto de Thor’, poderoso dios n?rdico armado con un martillo), situada en la mayor de las islas del archipiélago, Streymoy, albergar? ma?ana el derbi de la capital, que enfrenta al Havnar B?ltfelag y al B36.
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La temporada da sus ?ltimos coletazos antes de entrar en hibernaci?n. Con el K? ya campe?n, los dos conjuntos de T?rshavn piensan en Europa. El HB tiene ya en el bolsillo un lugar en la pr?xima Conference League, mientras que el B36 debe a?n asegurarse su puesto en la tercera competici?n continental. Sin la tensi?n de un t?tulo en juego, el partido es una nueva ocasi?n para reivindicar el peso de la capital en la construcci?n de la cultura futbol?stica de un pa?s que, aun en plena era de la sobreinformaci?n, sigue estando revestido de t?picos. “Comparado con otras zonas del norte que he visitado, como el c?rculo polar ?rtico en Noruega, Feroe tiene un punto m?s de salvajismo. Vi sitios de Feroe que eran auténticos pueblos abandonados. Una sensaci?n de novela de Stephen King”, cuenta el periodista Marcos Pereda, que visit? el lugar en 2020, durante la época de invierno, cuando no hay turistas y el viento se conjura con la humedad para calarte los huesos. “Es el sitio en el que m?s fr?o he pasado en mi vida”, relata. En su mirada de reportero estaba la b?squeda del f?tbol local, pero no tuvo que escarbar para encontrarlo. Como sus ovejas y frailecillos, este simplemente aparec?a. “Hay campos de hierba artificial en todos los pueblos. En puntos imposibles, como al borde de acantilados. Casi todos son muy peque?itos, y tienen una grada cubierta, por peque?a que sea, porque llueve mucho. La temperatura no es tan baja como se puede suponer, pero el viento que corre es criminal”, explica el escritor. El HB fue el tercer equipo que se fund? en el pa?s, en 1904. La vida era dura y el aislamiento lo romp?an escasas rutas mar?timas. As? que el f?tbol, exportaci?n danesa y brit?nica, se convirti? en una manera de agregar sentido a la existencia de los esforzados trabajadores. El HB us? el bal?n, adem?s, para echarse a la mar. En 1910 fue pionero al jugar por primera vez en el extranjero. Ese esp?ritu aventurero ser?a una de sus se?as de identidad: de una de sus expediciones posteriores, a la ‘vecina’ Islandia (a 630 kil?metros), volvieron con un trofeo que en 1955 pasar?a a ser la Copa de las Islas Feroe. No est? mal que la trajeran ellos mismos, puesto que nadie la ha alzado m?s veces (28). Ocurre lo mismo con la liga: iniciada en 1942, el HB la domina con 24 t?tulos. El B36, fundado en 1936 y con una sala de trofeos m?s modesta (once ligas, siete copas), ha estado siempre condicionado por su vecino: lo crearon j?venes que no ten?an sitio en el HB, y pronto pelearon por el uso del campo de Gundadalur, que no tendr?an m?s remedio que compartir. La nueva rivalidad promet?a, y el B36 empez? fuerte, siendo campe?n nacional con solo una década de vida. Pero a partir de los 60, coincidiendo con el auge del HB, se cay? de la pelea, con m?s de un cuarto de siglo de sequ?a y algunos descensos a segunda. El derbi tal y como hoy se vive en T?rshavn es, por lo tanto, un fen?meno moderno, recuperado en los 90 con la reconstrucci?n del B36 y el aterrizaje de las Feroe y sus entidades en el f?tbol UEFA.Un estadio, dos gradas
Los viejos campos del pa?s eran de tierra. Jugar sobre hierba era inviable, ante la imposibilidad de retener la abundante agua que cae, corre y se entierra en su suelo. La salvaci?n lleg? con el césped artificial, junto con unas instalaciones modernas que no sorprenden: en su reverso ‘civilizado’, Feroe aparenta riqueza. El estadio que albergar? el derbi, heredero de un recinto de 1911, es peque?o y peculiar. En el lateral coexisten dos grader?os separados. En uno, los colores rojizos del HB; en el otro, el blanquinegro del B39. Alrededor, un ambiente de f?tbol regional, muchos ni?os, y un tono relajado en la superficie. La procesi?n va por dentro. Andy Mitten, hoy periodista de The Athletic, hablando sobre su experiencia en el duelo de T?rshavn, documentada en su libro Mad for It, lo resumi? as?: “Feroe fue el ?nico lugar en la que se me encall? una entrevista”. El HB hab?a perdido 6-0 y a su capit?n se le pasaron las ganas de hablar. Sus palabras, no hay duda, se las llev? el viento.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sport-dossier-by-panenka/puerto-thor-77260165)
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La temporada da sus ?ltimos coletazos antes de entrar en hibernaci?n. Con el K? ya campe?n, los dos conjuntos de T?rshavn piensan en Europa. El HB tiene ya en el bolsillo un lugar en la pr?xima Conference League, mientras que el B36 debe a?n asegurarse su puesto en la tercera competici?n continental. Sin la tensi?n de un t?tulo en juego, el partido es una nueva ocasi?n para reivindicar el peso de la capital en la construcci?n de la cultura futbol?stica de un pa?s que, aun en plena era de la sobreinformaci?n, sigue estando revestido de t?picos. “Comparado con otras zonas del norte que he visitado, como el c?rculo polar ?rtico en Noruega, Feroe tiene un punto m?s de salvajismo. Vi sitios de Feroe que eran auténticos pueblos abandonados. Una sensaci?n de novela de Stephen King”, cuenta el periodista Marcos Pereda, que visit? el lugar en 2020, durante la época de invierno, cuando no hay turistas y el viento se conjura con la humedad para calarte los huesos. “Es el sitio en el que m?s fr?o he pasado en mi vida”, relata. En su mirada de reportero estaba la b?squeda del f?tbol local, pero no tuvo que escarbar para encontrarlo. Como sus ovejas y frailecillos, este simplemente aparec?a. “Hay campos de hierba artificial en todos los pueblos. En puntos imposibles, como al borde de acantilados. Casi todos son muy peque?itos, y tienen una grada cubierta, por peque?a que sea, porque llueve mucho. La temperatura no es tan baja como se puede suponer, pero el viento que corre es criminal”, explica el escritor. El HB fue el tercer equipo que se fund? en el pa?s, en 1904. La vida era dura y el aislamiento lo romp?an escasas rutas mar?timas. As? que el f?tbol, exportaci?n danesa y brit?nica, se convirti? en una manera de agregar sentido a la existencia de los esforzados trabajadores. El HB us? el bal?n, adem?s, para echarse a la mar. En 1910 fue pionero al jugar por primera vez en el extranjero. Ese esp?ritu aventurero ser?a una de sus se?as de identidad: de una de sus expediciones posteriores, a la ‘vecina’ Islandia (a 630 kil?metros), volvieron con un trofeo que en 1955 pasar?a a ser la Copa de las Islas Feroe. No est? mal que la trajeran ellos mismos, puesto que nadie la ha alzado m?s veces (28). Ocurre lo mismo con la liga: iniciada en 1942, el HB la domina con 24 t?tulos. El B36, fundado en 1936 y con una sala de trofeos m?s modesta (once ligas, siete copas), ha estado siempre condicionado por su vecino: lo crearon j?venes que no ten?an sitio en el HB, y pronto pelearon por el uso del campo de Gundadalur, que no tendr?an m?s remedio que compartir. La nueva rivalidad promet?a, y el B36 empez? fuerte, siendo campe?n nacional con solo una década de vida. Pero a partir de los 60, coincidiendo con el auge del HB, se cay? de la pelea, con m?s de un cuarto de siglo de sequ?a y algunos descensos a segunda. El derbi tal y como hoy se vive en T?rshavn es, por lo tanto, un fen?meno moderno, recuperado en los 90 con la reconstrucci?n del B36 y el aterrizaje de las Feroe y sus entidades en el f?tbol UEFA.Un estadio, dos gradas
Los viejos campos del pa?s eran de tierra. Jugar sobre hierba era inviable, ante la imposibilidad de retener la abundante agua que cae, corre y se entierra en su suelo. La salvaci?n lleg? con el césped artificial, junto con unas instalaciones modernas que no sorprenden: en su reverso ‘civilizado’, Feroe aparenta riqueza. El estadio que albergar? el derbi, heredero de un recinto de 1911, es peque?o y peculiar. En el lateral coexisten dos grader?os separados. En uno, los colores rojizos del HB; en el otro, el blanquinegro del B39. Alrededor, un ambiente de f?tbol regional, muchos ni?os, y un tono relajado en la superficie. La procesi?n va por dentro. Andy Mitten, hoy periodista de The Athletic, hablando sobre su experiencia en el duelo de T?rshavn, documentada en su libro Mad for It, lo resumi? as?: “Feroe fue el ?nico lugar en la que se me encall? una entrevista”. El HB hab?a perdido 6-0 y a su capit?n se le pasaron las ganas de hablar. Sus palabras, no hay duda, se las llev? el viento.
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