الريــم
10-02-2022, 10:05 PM
El 'president' Pere Aragonès y el secretario general de Junts, Jordi Turull, mantuvieron en la ma?ana del domingo el contacto programado desde el s?bado, cuando se prefiri? dejar pasar la significativa jornada del primero de octubre, quinto aniversario del referéndum del 2017, dentro del marco de las negociaciones encaminadas a evitar que Junts, tal y como la fuerza posconvergente amenaz? hace un mes, salga del Govern. Las posiciones no se acercaron y con toda seguridad la c?pula de Junts no podr? presentar en su ejecutiva del lunes, en la que hay que modelar la pregunta de la consulta interna del pr?ximo jueves y viernes, ning?n acuerdo con los republicanos.
Decir que en ese contacto matinal no hubo acuerdo ser?a decir demasiado, porque, seg?n fuentes del Executiu, no se entr?, propiamente a una negociaci?n, sino a una fase anterior en la que el 'president', en la l?nea de lo que en p?blico (por ejemplo el s?bado, en TV3) y en privado viene afirmando él y su equipo, no consideran que la propuesta que les lleg? de Junts el viernes tenga una m?nima base para ser negociada. El marco pol?tico que expresa Junts es tan distinto al de ERC que el m?nimo com?n m?ltiplo es imposible, o como saldan los matem?ticos se halla en el infinito.
Pregunta clave
Por tanto, la reclamaci?n de Aragonès para negociar y cerrar un acuerdo que permita a la direcci?n de Junts orientar una pregunta m?s favorable a quedarse en el Executiu inclu?a la modificaci?n de la propuesta del viernes. Que las posiciones eran diametralmente opuestas lo demuestra que no se emplazaron para una segunda conversaci?n, para la tarde. “Si se produce es porque ellos llaman”; explic? una fuente del Govern.
Por si fuera poca la distancia, el acto de conmemoraci?n del 1-O ha enrarecido m?s el ambiente entre ambas fuerzas. Y no por el discurso de Carles Puigdemont, que los republicanos daban ya por hecho que se producir?a en unos términos parecidos. Una intervenci?n que, en todo caso, la c?pula republicana entendi? que era un aviso a navegantes para los miembros de Junts que pensaran tender puentes con ERC.
Aviso a los 'tibios'
Esquerra no se sinti? aludida cuando el ‘expresident’ lanz? el aviso a los ‘tibios’ y les record? que “sus votos”proced?an del “desbordamiento democr?tico” del 1-O y que él, y su Consell per la Rep?blica, estar?an vigilantes y se enfrentar?an a aquellos que se desviaran del camino del 1-O.
La gasolina, el enésimo bid?n, que aliment? el incendio entre ambos espacios pol?ticos fueron los silbidos que recibieron Marta Rovira, el presidente de ?mnium, Xavier Antich y, sobre todo Carme Forcadell. Primero porque Esquerra entiende que los abucheos son la consecuencia directa de algunas proclamas que provienen de Junts. Tanto bajo la presidencia de Laura Borràs, como con el propio Puigdemont.
Y segundo, porque la visionado del video del momento de los abucheos revela a algunos l?deres de Junts en actitud distendida, que los republicanos entienden como chanza y satisfacci?n. S?mese todo esto que el acto en s? fue convocado por el CxR, la entidad que preside Puigdemont y que, seg?n ha trascendido, Junts pretende que acoja en su seno el nuevo ‘estado mayor’, por encima de la autoridad del Govern elegido en las urnas.
Porque lo nuclear del desencuentro sigue siendo lo que demandan unos y otros. Lo otro es ruido que dificulta el di?logo. Aunque s? es cierto que con el paso de las semanas crece una distancia que siempre ha sido ideol?gica (centro-izquierda versus centro-derecha), pero que ahora se extiende a las formas y manera de actuar.
Divisi?n o no
Creen los republicanos que una parte de Junts alienta un discurso de escasas hechuras democr?ticas y subrayan la eventual divisi?n existente en las filas posconvergentes entre los que siguen un corte cl?sico de hacer pol?tica, como Jordi Turull, y los que siguen preceptos del populismo. Junts niega que exista esta divisi?n y pone como aval que todas las decisiones que se han tomado lo han sido por unanimidad. “Otra cosa es que el debate sea rico, no como en ERC que nadie se atreve a levantar la voz”.
Pero en algo s? coinciden ambas fuerzas y es en dar al l?der opuesto una jerarqu?a y una influencia que niega para el propio. Es decir, Junts ve la mano de Oriol Junqueras en todas partes, algo que los republicanos desmienten y ERC da por hecho que Carles Puigdemont, pese a dejar la presidencia org?nica del partido, sigue manejando los hilos estratégicos. Algo que los posconvergentes también niegan.
En cuanto a las conversaciones, los republicanos sostienen que ni van a acceder a crear un ‘estado mayor’ bajo el ala del CxR, ni van a negociar conjuntamente con Junts los Presupuestos Generales del Estado, ni Aragonès va a permitir que en la representaci?n de los posconvergentes en la mesa de di?logo haya miembros que no sean ‘consellers’. De la restituci?n de Puigner? ni se habla. Tampoco se insiste desde Junts.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/aragones-turull-retoman-contacto-mantienen-76661877)
Decir que en ese contacto matinal no hubo acuerdo ser?a decir demasiado, porque, seg?n fuentes del Executiu, no se entr?, propiamente a una negociaci?n, sino a una fase anterior en la que el 'president', en la l?nea de lo que en p?blico (por ejemplo el s?bado, en TV3) y en privado viene afirmando él y su equipo, no consideran que la propuesta que les lleg? de Junts el viernes tenga una m?nima base para ser negociada. El marco pol?tico que expresa Junts es tan distinto al de ERC que el m?nimo com?n m?ltiplo es imposible, o como saldan los matem?ticos se halla en el infinito.
Pregunta clave
Por tanto, la reclamaci?n de Aragonès para negociar y cerrar un acuerdo que permita a la direcci?n de Junts orientar una pregunta m?s favorable a quedarse en el Executiu inclu?a la modificaci?n de la propuesta del viernes. Que las posiciones eran diametralmente opuestas lo demuestra que no se emplazaron para una segunda conversaci?n, para la tarde. “Si se produce es porque ellos llaman”; explic? una fuente del Govern.
Por si fuera poca la distancia, el acto de conmemoraci?n del 1-O ha enrarecido m?s el ambiente entre ambas fuerzas. Y no por el discurso de Carles Puigdemont, que los republicanos daban ya por hecho que se producir?a en unos términos parecidos. Una intervenci?n que, en todo caso, la c?pula republicana entendi? que era un aviso a navegantes para los miembros de Junts que pensaran tender puentes con ERC.
Aviso a los 'tibios'
Esquerra no se sinti? aludida cuando el ‘expresident’ lanz? el aviso a los ‘tibios’ y les record? que “sus votos”proced?an del “desbordamiento democr?tico” del 1-O y que él, y su Consell per la Rep?blica, estar?an vigilantes y se enfrentar?an a aquellos que se desviaran del camino del 1-O.
La gasolina, el enésimo bid?n, que aliment? el incendio entre ambos espacios pol?ticos fueron los silbidos que recibieron Marta Rovira, el presidente de ?mnium, Xavier Antich y, sobre todo Carme Forcadell. Primero porque Esquerra entiende que los abucheos son la consecuencia directa de algunas proclamas que provienen de Junts. Tanto bajo la presidencia de Laura Borràs, como con el propio Puigdemont.
Y segundo, porque la visionado del video del momento de los abucheos revela a algunos l?deres de Junts en actitud distendida, que los republicanos entienden como chanza y satisfacci?n. S?mese todo esto que el acto en s? fue convocado por el CxR, la entidad que preside Puigdemont y que, seg?n ha trascendido, Junts pretende que acoja en su seno el nuevo ‘estado mayor’, por encima de la autoridad del Govern elegido en las urnas.
Porque lo nuclear del desencuentro sigue siendo lo que demandan unos y otros. Lo otro es ruido que dificulta el di?logo. Aunque s? es cierto que con el paso de las semanas crece una distancia que siempre ha sido ideol?gica (centro-izquierda versus centro-derecha), pero que ahora se extiende a las formas y manera de actuar.
Divisi?n o no
Creen los republicanos que una parte de Junts alienta un discurso de escasas hechuras democr?ticas y subrayan la eventual divisi?n existente en las filas posconvergentes entre los que siguen un corte cl?sico de hacer pol?tica, como Jordi Turull, y los que siguen preceptos del populismo. Junts niega que exista esta divisi?n y pone como aval que todas las decisiones que se han tomado lo han sido por unanimidad. “Otra cosa es que el debate sea rico, no como en ERC que nadie se atreve a levantar la voz”.
Pero en algo s? coinciden ambas fuerzas y es en dar al l?der opuesto una jerarqu?a y una influencia que niega para el propio. Es decir, Junts ve la mano de Oriol Junqueras en todas partes, algo que los republicanos desmienten y ERC da por hecho que Carles Puigdemont, pese a dejar la presidencia org?nica del partido, sigue manejando los hilos estratégicos. Algo que los posconvergentes también niegan.
En cuanto a las conversaciones, los republicanos sostienen que ni van a acceder a crear un ‘estado mayor’ bajo el ala del CxR, ni van a negociar conjuntamente con Junts los Presupuestos Generales del Estado, ni Aragonès va a permitir que en la representaci?n de los posconvergentes en la mesa de di?logo haya miembros que no sean ‘consellers’. De la restituci?n de Puigner? ni se habla. Tampoco se insiste desde Junts.
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