الريــم
09-28-2022, 12:00 AM
No hab?a un solo plan para votar, sino tres. La organizaci?n clandestina del referéndum la dise?? una c?pula pol?tica y fue ejecutada por miles de personas que se relacionaron entre ellas en clave y, a menudo, desde el anonimato. La polic?a no encontr? las urnas, a pesar de que estas hicieron un largo recorrido -primero por mar y después por carretera- y de que fueron almacenadas en diferentes locales repartidos estratégicamente por toda Catalunya. El 1-O se vot? y el Palau de la Generalitat se convirti? en un centro log?stico. Cinco a?os después, salen a la luz los detalles del dispositivo que lo hizo posible y los nombres que estuvieron tras la arquitectura de aquella votaci?n.
Plan a, plan b y plan c
Hab?a tres planes para sacar adelante el 1-O. El primero no fue posible porque implicaba utilizar las urnas oficiales de las elecciones. Después del requerimiento de la fiscal?a a la entonces 'consellera' de Governaci? Meritxell Borràs, el Govern descart? esa posibilidad. El plan b es el que se acab? ejecutando, aunque hab?a dos tipos distintos de urnas: las de pl?stico con el escudo de la Generalitat que finalmente se usaron para depositar las papeletas y otras desmontables de un tipo de pl?stico m?s fino que no fueron necesarias. De hecho, la polic?a lleg? a entrar en uno de los almacenes donde se guardaban estas ?ltimas, pero no las identific? porque sin montar eran completamente planas. La ?ltima de las opciones, si las otras fallaban, eran unas urnas de cart?n similares a las que ya se utilizaron en la consulta del 9-N de 2014.
Organizaci?n piramidal
La organizaci?n del referéndum se dise?? en forma piramidal y por compartimientos estancos. Hab?a, por ejemplo, un departamento de urnas, uno de censo o uno de papeletas. Las personas que formaban parte de cada uno no sab?a quién formaba parte de los otros ni qué hac?an. Todos acababan teniendo alguien por encima y alguien por debajo y, en muchas ocasiones, no se conoc?an entre ellos. Era una cadena de confianzas en la que unos se transmit?an a los otros lo que deb?an hacer. Entre los que custodiaban las urnas, hab?a quien cre?a que formaba parte del plan alternativo de reserva, pero se acab? dando cuenta, horas antes del 1-O, de que formaba parte del plan definitivo.
Marta Rovira, la pieza clave
Hab?a tres personas que dise?aron la log?stica del referéndum, que centralizaron en un documento de Excel que ya no existe. Como revela el documental 'La piràmide invisible. Les urnes de l'1-O' de El Terrat, la principal fue la secretaria general de ERC, Marta Rovira, que en marzo del 2018 se exili? en Suiza y que en estos momentos contin?a procesada por rebeli?n. El sistema clandestino para votar se fue articulando en paralelo al sanedr?n del 'procés', encargado de llevar el tim?n pol?tico y que inclu?a tanto personas de dentro como de fuera del Govern. La vocaci?n fue aislar tanto al entonces 'president' Carles Puigdemont como al 'vicespresident' Oriol Junqueras de los detalles organizativos de la votaci?n.
Jordi Sànchez y la compra de urnas
Jordi Sànchez, expresidente de la ANC y exsecretario general de Junts, fue quien encarg? en marzo del 2017 la compra de las urnas que finalmente se utilizaron en el 1-O. El "se?or Llu?s" -nombre ficticio de un empresario que milita con el independentismo- fue quien hizo la compra y pag? de su bolsillo 100.000 euros por 10.000 cajas de pl?stico apilables que viajaron desde China hasta Marsella en tres grandes contenedores. Partieron de Guangzhou en junio y llegaron a finales de julio al puerto de Fos Sur Mer.
Coartada con el logo de Leroy Merlin
El exalcalde de Cadaqués ?ngel Bar? fue una de las personas que colabor? en acercar las urnas a su destino. Con su coche pas? varias veces la frontera y carg? hasta 650 cajas en dos viajes que se almacenaron en la m?tica localidad de la Costa Brava. Dise?? una coartada por si era interceptado por la polic?a: imprimi? un logo de la cadena de bricolaje Leroy Merlin e imprimi? una imagen de un tiesto con flores que enganch? en el embalaje de cart?n. Si le hubieron parado, hubiera argumentado que cargaba tiestos para plantaciones. Pero eso nunca pas?. En el documental, Bar? explica que el 17 de agosto de 2017, justo el d?a en que se produjo el atentado en la Rambla de Barcelona, Puigdemont estuvo en un festejo en el municipio y ni siquiera sab?a que se almacenaban all? una parte de las urnas del 1-O.
40 almacenes y coches de reservas
Una vez las urnas pasaron la frontera con Francia se distribuyeron en unos ocho almacenes repartidos estratégicamente. A medida que se acercaba la fecha, hubo encargados de trasladarlas hasta otros 40 almacenes -o lugares que actuaron como tal- para acercarlas a su destino final. M?s o menos hab?a uno por comarca. Pocos d?as antes del 1-O, los responsables de custodiarlas en sus domicilios, que recibieron mensajes an?nimos por Telegram o Signal con ubicaciones, fueron a buscarlas. Algunas incluso estaban escondidas en pajares de mas?as o colgadas en los ?rboles. Muchos de los dispositivos de recogida contaban con coches de reserva por si les interceptaban por el camino y las urnas ten?an que cambiar de veh?culo. Una vez en manos de particulares, hubo quien las guard? en el maletero del coche con bolsas de basura o en armarios en casa hasta la hora de llevarlas al colegio electoral.
Pasteles, bocadillos y 'tuppers'
Si clandestina fue la organizaci?n del referéndum, clandestino fue también el lenguaje que utilizaban los implicados para comunicarse entre ellos. A menudo, se refer?an a las urnas como 'tuppers' o incluso con otras nomenclaturas m?s originales. En el Maresme, por ejemplo, las urnas eran "pasteles" y, las papeletas, "velas". En el caso del Vallès Oriental, las urnas eran "bocadillos" o "pizzas". En esta comarca fue clave el Circuit de Montmel?. All? se organiz? la log?stica para la votaci?n del 1-O en la zona, bajo el paraguas de unas "jornadas sobre la reforma horaria".
El 'call center' de Palau
Durante la jornada de votaci?n del 1-O, se anunci? que, finalmente, el censo era universal para facilitar el voto a pesar de las cargas policiales. El Palau de la Generalitat aloj? una especie de 'call center' desde el que se gestionaron los problemas inform?ticos que tuvieron las mesas y se atendieron llamadas para resolver incidencias. Desde all? se procur? contrarrestar los ciberataques que intentaron frenar el sistema de votaci?n garantizando nuevos servidores. También se recogieron datos del recuento de votos, un resultado que se encarg? de anunciar el entonces 'conseller' de la Presidència y actual secretario general de Junts, Jordi Turull.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/marta-rovira-jordi-sanchez-tres-75975552)
Plan a, plan b y plan c
Hab?a tres planes para sacar adelante el 1-O. El primero no fue posible porque implicaba utilizar las urnas oficiales de las elecciones. Después del requerimiento de la fiscal?a a la entonces 'consellera' de Governaci? Meritxell Borràs, el Govern descart? esa posibilidad. El plan b es el que se acab? ejecutando, aunque hab?a dos tipos distintos de urnas: las de pl?stico con el escudo de la Generalitat que finalmente se usaron para depositar las papeletas y otras desmontables de un tipo de pl?stico m?s fino que no fueron necesarias. De hecho, la polic?a lleg? a entrar en uno de los almacenes donde se guardaban estas ?ltimas, pero no las identific? porque sin montar eran completamente planas. La ?ltima de las opciones, si las otras fallaban, eran unas urnas de cart?n similares a las que ya se utilizaron en la consulta del 9-N de 2014.
Organizaci?n piramidal
La organizaci?n del referéndum se dise?? en forma piramidal y por compartimientos estancos. Hab?a, por ejemplo, un departamento de urnas, uno de censo o uno de papeletas. Las personas que formaban parte de cada uno no sab?a quién formaba parte de los otros ni qué hac?an. Todos acababan teniendo alguien por encima y alguien por debajo y, en muchas ocasiones, no se conoc?an entre ellos. Era una cadena de confianzas en la que unos se transmit?an a los otros lo que deb?an hacer. Entre los que custodiaban las urnas, hab?a quien cre?a que formaba parte del plan alternativo de reserva, pero se acab? dando cuenta, horas antes del 1-O, de que formaba parte del plan definitivo.
Marta Rovira, la pieza clave
Hab?a tres personas que dise?aron la log?stica del referéndum, que centralizaron en un documento de Excel que ya no existe. Como revela el documental 'La piràmide invisible. Les urnes de l'1-O' de El Terrat, la principal fue la secretaria general de ERC, Marta Rovira, que en marzo del 2018 se exili? en Suiza y que en estos momentos contin?a procesada por rebeli?n. El sistema clandestino para votar se fue articulando en paralelo al sanedr?n del 'procés', encargado de llevar el tim?n pol?tico y que inclu?a tanto personas de dentro como de fuera del Govern. La vocaci?n fue aislar tanto al entonces 'president' Carles Puigdemont como al 'vicespresident' Oriol Junqueras de los detalles organizativos de la votaci?n.
Jordi Sànchez y la compra de urnas
Jordi Sànchez, expresidente de la ANC y exsecretario general de Junts, fue quien encarg? en marzo del 2017 la compra de las urnas que finalmente se utilizaron en el 1-O. El "se?or Llu?s" -nombre ficticio de un empresario que milita con el independentismo- fue quien hizo la compra y pag? de su bolsillo 100.000 euros por 10.000 cajas de pl?stico apilables que viajaron desde China hasta Marsella en tres grandes contenedores. Partieron de Guangzhou en junio y llegaron a finales de julio al puerto de Fos Sur Mer.
Coartada con el logo de Leroy Merlin
El exalcalde de Cadaqués ?ngel Bar? fue una de las personas que colabor? en acercar las urnas a su destino. Con su coche pas? varias veces la frontera y carg? hasta 650 cajas en dos viajes que se almacenaron en la m?tica localidad de la Costa Brava. Dise?? una coartada por si era interceptado por la polic?a: imprimi? un logo de la cadena de bricolaje Leroy Merlin e imprimi? una imagen de un tiesto con flores que enganch? en el embalaje de cart?n. Si le hubieron parado, hubiera argumentado que cargaba tiestos para plantaciones. Pero eso nunca pas?. En el documental, Bar? explica que el 17 de agosto de 2017, justo el d?a en que se produjo el atentado en la Rambla de Barcelona, Puigdemont estuvo en un festejo en el municipio y ni siquiera sab?a que se almacenaban all? una parte de las urnas del 1-O.
40 almacenes y coches de reservas
Una vez las urnas pasaron la frontera con Francia se distribuyeron en unos ocho almacenes repartidos estratégicamente. A medida que se acercaba la fecha, hubo encargados de trasladarlas hasta otros 40 almacenes -o lugares que actuaron como tal- para acercarlas a su destino final. M?s o menos hab?a uno por comarca. Pocos d?as antes del 1-O, los responsables de custodiarlas en sus domicilios, que recibieron mensajes an?nimos por Telegram o Signal con ubicaciones, fueron a buscarlas. Algunas incluso estaban escondidas en pajares de mas?as o colgadas en los ?rboles. Muchos de los dispositivos de recogida contaban con coches de reserva por si les interceptaban por el camino y las urnas ten?an que cambiar de veh?culo. Una vez en manos de particulares, hubo quien las guard? en el maletero del coche con bolsas de basura o en armarios en casa hasta la hora de llevarlas al colegio electoral.
Pasteles, bocadillos y 'tuppers'
Si clandestina fue la organizaci?n del referéndum, clandestino fue también el lenguaje que utilizaban los implicados para comunicarse entre ellos. A menudo, se refer?an a las urnas como 'tuppers' o incluso con otras nomenclaturas m?s originales. En el Maresme, por ejemplo, las urnas eran "pasteles" y, las papeletas, "velas". En el caso del Vallès Oriental, las urnas eran "bocadillos" o "pizzas". En esta comarca fue clave el Circuit de Montmel?. All? se organiz? la log?stica para la votaci?n del 1-O en la zona, bajo el paraguas de unas "jornadas sobre la reforma horaria".
El 'call center' de Palau
Durante la jornada de votaci?n del 1-O, se anunci? que, finalmente, el censo era universal para facilitar el voto a pesar de las cargas policiales. El Palau de la Generalitat aloj? una especie de 'call center' desde el que se gestionaron los problemas inform?ticos que tuvieron las mesas y se atendieron llamadas para resolver incidencias. Desde all? se procur? contrarrestar los ciberataques que intentaron frenar el sistema de votaci?n garantizando nuevos servidores. También se recogieron datos del recuento de votos, un resultado que se encarg? de anunciar el entonces 'conseller' de la Presidència y actual secretario general de Junts, Jordi Turull.
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