الريــم
09-24-2022, 04:50 PM
Siempre es un alivio toparse con una artista capaz de desmitificar lo que hace y re?rse de algunas de sus ocurrencias, por sublimes que estas sean. Marina Herlop es uno de esos raros ejemplos. La catalana es consciente de que su m?sica, una especie de pop electr?nico abstracto en el que casi no vocaliza palabras, sino m?s bien sonidos, se presta a que la coloquen f?cilmente en el rinc?n de los raros. Quiz? por eso se pasa buena parte de la conversaci?n con este peri?dico quitando importancia a lo que hace, explicando que muchos de los elementos que configuran sus canciones est?n ah? "de casualidad" y respondiendo sin impostura frases como “no sé c?mo explicarlo sin que suene cursi” cuando se le hacen preguntas profundas sobre su proceso creativo.
Escuch?ndola hablar, cualquiera dir?a que Herlop es hoy por hoy uno de los nombres m?s destacados de la vanguardia musical espa?ola, al menos si atendemos a la relevancia que est? adquiriendo a nivel internacional. Su disco m?s reciente, Pripyat, lo ha publicado el sello berlinés PAN, que es algo as? como el sancta sanctorum de los sonidos experimentales. Pitchfork, la biblia de la modernidad musical, le dedicaba este verano uno de esos extensos reportajes que son un ascensor a la cumbre. Y los conciertos de su reciente gira por EEUU, que culmin? en el festival Primavera Sound Los Angeles hace apenas cinco d?as, han sido recomendados hasta por The New Yorker.
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(https://www.instagram.com/marinaherlop/?utm_source=ig_embed&utm_campaign=loading)Marina Herlop (https://www.instagram.com/marinaherlop/?utm_source=ig_embed&utm_campaign=loading) (@marinaherlop (https://www.instagram.com/marinaherlop/?utm_source=ig_embed&utm_campaign=loading)) • Instagram photos and videos
Esta noche Herlop se subir? al escenario del L.E.V., el Festival de Electr?nica Visual y Realidades Extendidas que un a?o m?s vuelve a acoger el Matadero madrile?o, con los restos del jet lag todav?a en el cuerpo. Y lo har? para interpretar ese Pripyat que es el m?s electr?nico y complejo de sus discos. El desembarco definitivo en la m?sica hecha con ordenador de una artista que se form? como pianista en el conservatorio y que en sus dos primeros ?lbumes, Nanook (2016) y Babasha (2018), todav?a despachaba unos sonidos cercanos a la m?sica cl?sica contempor?nea, cuando su propuesta se concentraba en su voz, su piano y poco m?s.
GIRO ELECTR?NICO
Ese cambio de rumbo se produjo antes de la pandemia. En 2019, Herlop se encerr? en una casa familiar en un pueblo aragonés para trabajar en nuevas canciones. Hizo lo de siempre: sentarse a su piano, abrir la grabadora del iPhone para ir almacenando las ideas y ponerse a tocar. Pero aquello no acababa de funcionar. “Me escuchaba y me aborrec?a a m? misma -cuenta la artista-. Otra vez la misma sonoridad, las mismas armon?as…”. O cambiaba de rumbo, pens?, o no podr?a seguir. Aunque no ten?a muy claro lo de querer hacer electr?nica, s? que sinti? una pulsi?n, “que mi m?sica sonase m?s actual”. Necesitaba incorporarse a algo m?s parecido a lo que hac?a su generaci?n. Como quien se hace el digno con Tik tok pero al final se lo acaba instalando.
Aprendi? entonces a manejar los programas y aparatos necesarios para componer en un universo digital y controlar la producci?n de principio a fin. Para su sopresa, no result? tan dif?cil como esperaba. “Siempre me hab?a parecido magia negra el mundo de la producci?n, pensaba que eso solo lo hac?a gente super profesional que llevaba muchos a?os estudiando y eran una especie de hackers. Pero luego ves que son cuatro cables y ya est?”, explica divertida. Lo complicado, sin embargo, vino después, cuando fue consciente de todo lo que la tecnolog?a le permit?a. “Al producir por ordenador se te abre una mir?ada de posibilidades, puedes grabar mil cosas sin tener que memorizarlas, a?adir todos los instrumentos que quieras… De repente eres Dios, tienes el infinito a tu alcance. Pero un gran poder acarrea una gran responsabilidad. Si no lo tienes bien pensado pero tienes todos los recursos a tu alcance, empiezas a a?adir y a?adir, y superpones el infinito con el infinito”.
En todo aquel proceso ca?tico, “un desprop?sito” que ella describe como “hacer una casa con piedras sin tener un plano”, también entraba el que quiz? es el elemento m?s representativo de su m?sica: el uso de la voz. Desde su primer disco, Herlop canta sonidos, no palabras. Hay pocas frases con sentido en sus canciones, porque siempre ha utilizado su voz como si fuera un instrumento. Pero al grabar Pripyat fue un paso m?s all?. Decidi? incorporar en el disco una técnica vocal del sur de la India, el konnakol, que hab?a aprendido en un curso de la ESMUC en Barcelona. La técnica consiste en usar las s?labas como si fueran percusi?n. El resultado es una forma de cantar muy particular que desemboca en una especie de abstracci?n hipn?tica.
La artista explica ese uso de la voz diciendo que simplemente no le interesan las letras ni siente la necesidad de utilizarlas. No quiere contar nada con su m?sica. “Las ideas que se me pasan por la cabeza a la hora de componer son simplemente muletas o trampolines para llegar a lo que me importa, el objeto sonoro. Respeto mucho la m?sica descriptiva, las canciones pop, pero yo no he sentido ninguna llamada para hacer eso. Vivimos saturados de im?genes, de videoclips, de luces, de visuales… Siempre se est? amparando la m?sica con otra artes, como si esta no tuviera suficiente entidad. Y a m? me apetece hacer cosas m?s puras. Solo m?sica, y punto”.
“Esto de las letras creo que tiene m?s que ver con mi frikismo, y con la pereza de escribirlas, que con otra cosa. Pero también con la poca necesidad que tengo de contar una historia”
Una vez m?s, la Herlop desmitificadora est? alerta y, cuando surge una frase como la anterior, que quiz? haya podido sonar solemne, aparece rauda para quitar peso a la situaci?n. Ni siquiera ese rasgo diferencial que ha hecho su m?sica tan reconocible es algo que la artista esté dispuesta a defender a capa y espada. Todo lo contrario. Admite que la ha metido en un jard?n del que no es f?cil salir. “Cuando est?s ah? sola, componiendo en tu habitaci?n, haces cosas que luego dices… ?por qué he hecho esto? Después te preguntan por ello y tienes que explicarlo. Y es cuando piensas: ?ahora tengo que responsabilizarme de lo que hizo esta loca…!” [risas]. “Esto de las letras -contin?a-... yo qué sé, creo que tiene m?s que ver con mi frikismo, y con la pereza de escribirlas, que con otra cosa. Pero también con el respeto que me da el mundo del lenguaje y con la poca necesidad que tengo de contar una historia”. Al final acaba confesando que las nuevas canciones que ha estado componiendo ?ltimamente tienen letra, para ver si es capaz de ir saliendo de ese l?o.
Si el proceso creativo de Pripyat, un disco que lleva por t?tulo el nombre de la ciudad fantasma vecina a la central nuclear de Chern?bil, fue complicado, aunque finalmente conducido a buen puerto tras mucho esfuerzo, lo que vino después fue peor. En plena pandemia le toc? buscar discogr?fica, un proceso lento y farragoso, y después acordar fechas y condiciones del lanzamiento. En todo eso se fueron casi tres a?os y hasta tuvo que visitar a una bruja, en realidad una practicante de reiki que le result? de bastante ayuda, a pesar de toda la racionalidad y el escepticismo del que ella hace gala. "No leo ni el hor?scopo", se defiende.
No era la primera vez que la artista se topaba con “el maravilloso mundo de la industria musical y todas las sorpresas que tiene reservadas para ti”, dice sin disimular la iron?a. Desde que sac? su primer ?lbum en 2016, con la discogr?fica del célebre pianista James Rhodes, ya sab?a que publicar en condiciones tiene m?s de carrera de obst?culos que otra cosa. Estos ?ltimos a?os han sido una especie de master definitivo en el que, dice, “tienes que entrenar tu asertividad, tu manera de comunicar, hacerte respetar sin ser demasiado dulce ni demasiado borde… Y si eres mujer, es todav?a m?s dif?cil”. Uno podr?a pensar que, en una era en la que se puede hacer un disco de cabo a rabo sin salir de debajo del edred?n, y con todas las plataformas a tu alcance, no deber?a ser tan dif?cil. “Claro, siempre puedes hacerlo por tu cuenta -responde-. Subirlo a Spotify y ya est?. Pero buena suerte con eso…”.
Otra estética
En cualquier caso, Marina Herlop ya est? donde con tanto esfuerzo quer?a llegar. Recibiendo cr?ticas entusiastas a su trabajo, embarcada en giras internacionales -durante los meses de octubre y noviembre se recorrer? Europa abriendo la de Animal Collective- y con artistas que no quiere desvelar llamando a su puerta para colaboraciones.
https://uc-4u.com/clip/a60f7eb4-3c2e-49d5-a6ad-bf7bc0c5c1a1_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Herlop, con una de sus indumentarias caracter?sticas. | CEDIDA
Esta noche llega a Matadero con el disco ya rodado, m?s tranquila que en su debut en el Primavera Sound barcelonés en junio, el que fue su primer contacto con los grandes recintos. “Hoy ser? todo m?s como jugar y disfrutar con el p?blico”, explica. Como siempre ?ltimamente, se subir? al escenario con una de esas extra?as indumentarias que se han convertido en parte de su sello: corpi?os intergal?cticos y vestidos de un g?tico futurista, con el pelo habitualmente recogido en dos rodetes como los de la Princesa Leia en Star Wars. Georgiela y Manuel Bola?o, dos dise?adores con sendos estudios en Barcelona, son sus c?mplices en esta tarea. Ella se reconoce coqueta, y dice que lo de vestirse “un poco friki”, aunque es otro de esos jardines en los que se ha metido, s? que le divierte todav?a.
El suyo ser? el primer concierto de una noche en la que también sonar? la electr?nica minimalista de Alva Noto, aclamado compositor y artista sonoro alem?n que firm? con Bryce Dessner y Ryuchi Sakamoto la banda sonora de El renacido, y Sinjin Hawke y Zora Jones, d?o art?stico que utiliza la tecnolog?a para convertir sus movimientos en sonido e imagen en tiempo real. Aunque en el programa mande la m?sica electr?nica, no ser? tanto una noche para bailar, que también, sino m?s bien para sacudir otra cosa: las fronteras de la m?sica que se hace en nuestros d?as. Y Marina Herlop es la gu?a en uno de esos caminos que se desv?an.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/marina-herlop-voz-vanguardia-musical-75844458)
Escuch?ndola hablar, cualquiera dir?a que Herlop es hoy por hoy uno de los nombres m?s destacados de la vanguardia musical espa?ola, al menos si atendemos a la relevancia que est? adquiriendo a nivel internacional. Su disco m?s reciente, Pripyat, lo ha publicado el sello berlinés PAN, que es algo as? como el sancta sanctorum de los sonidos experimentales. Pitchfork, la biblia de la modernidad musical, le dedicaba este verano uno de esos extensos reportajes que son un ascensor a la cumbre. Y los conciertos de su reciente gira por EEUU, que culmin? en el festival Primavera Sound Los Angeles hace apenas cinco d?as, han sido recomendados hasta por The New Yorker.
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(https://www.instagram.com/marinaherlop/?utm_source=ig_embed&utm_campaign=loading)Marina Herlop (https://www.instagram.com/marinaherlop/?utm_source=ig_embed&utm_campaign=loading) (@marinaherlop (https://www.instagram.com/marinaherlop/?utm_source=ig_embed&utm_campaign=loading)) • Instagram photos and videos
Esta noche Herlop se subir? al escenario del L.E.V., el Festival de Electr?nica Visual y Realidades Extendidas que un a?o m?s vuelve a acoger el Matadero madrile?o, con los restos del jet lag todav?a en el cuerpo. Y lo har? para interpretar ese Pripyat que es el m?s electr?nico y complejo de sus discos. El desembarco definitivo en la m?sica hecha con ordenador de una artista que se form? como pianista en el conservatorio y que en sus dos primeros ?lbumes, Nanook (2016) y Babasha (2018), todav?a despachaba unos sonidos cercanos a la m?sica cl?sica contempor?nea, cuando su propuesta se concentraba en su voz, su piano y poco m?s.
GIRO ELECTR?NICO
Ese cambio de rumbo se produjo antes de la pandemia. En 2019, Herlop se encerr? en una casa familiar en un pueblo aragonés para trabajar en nuevas canciones. Hizo lo de siempre: sentarse a su piano, abrir la grabadora del iPhone para ir almacenando las ideas y ponerse a tocar. Pero aquello no acababa de funcionar. “Me escuchaba y me aborrec?a a m? misma -cuenta la artista-. Otra vez la misma sonoridad, las mismas armon?as…”. O cambiaba de rumbo, pens?, o no podr?a seguir. Aunque no ten?a muy claro lo de querer hacer electr?nica, s? que sinti? una pulsi?n, “que mi m?sica sonase m?s actual”. Necesitaba incorporarse a algo m?s parecido a lo que hac?a su generaci?n. Como quien se hace el digno con Tik tok pero al final se lo acaba instalando.
Aprendi? entonces a manejar los programas y aparatos necesarios para componer en un universo digital y controlar la producci?n de principio a fin. Para su sopresa, no result? tan dif?cil como esperaba. “Siempre me hab?a parecido magia negra el mundo de la producci?n, pensaba que eso solo lo hac?a gente super profesional que llevaba muchos a?os estudiando y eran una especie de hackers. Pero luego ves que son cuatro cables y ya est?”, explica divertida. Lo complicado, sin embargo, vino después, cuando fue consciente de todo lo que la tecnolog?a le permit?a. “Al producir por ordenador se te abre una mir?ada de posibilidades, puedes grabar mil cosas sin tener que memorizarlas, a?adir todos los instrumentos que quieras… De repente eres Dios, tienes el infinito a tu alcance. Pero un gran poder acarrea una gran responsabilidad. Si no lo tienes bien pensado pero tienes todos los recursos a tu alcance, empiezas a a?adir y a?adir, y superpones el infinito con el infinito”.
En todo aquel proceso ca?tico, “un desprop?sito” que ella describe como “hacer una casa con piedras sin tener un plano”, también entraba el que quiz? es el elemento m?s representativo de su m?sica: el uso de la voz. Desde su primer disco, Herlop canta sonidos, no palabras. Hay pocas frases con sentido en sus canciones, porque siempre ha utilizado su voz como si fuera un instrumento. Pero al grabar Pripyat fue un paso m?s all?. Decidi? incorporar en el disco una técnica vocal del sur de la India, el konnakol, que hab?a aprendido en un curso de la ESMUC en Barcelona. La técnica consiste en usar las s?labas como si fueran percusi?n. El resultado es una forma de cantar muy particular que desemboca en una especie de abstracci?n hipn?tica.
La artista explica ese uso de la voz diciendo que simplemente no le interesan las letras ni siente la necesidad de utilizarlas. No quiere contar nada con su m?sica. “Las ideas que se me pasan por la cabeza a la hora de componer son simplemente muletas o trampolines para llegar a lo que me importa, el objeto sonoro. Respeto mucho la m?sica descriptiva, las canciones pop, pero yo no he sentido ninguna llamada para hacer eso. Vivimos saturados de im?genes, de videoclips, de luces, de visuales… Siempre se est? amparando la m?sica con otra artes, como si esta no tuviera suficiente entidad. Y a m? me apetece hacer cosas m?s puras. Solo m?sica, y punto”.
“Esto de las letras creo que tiene m?s que ver con mi frikismo, y con la pereza de escribirlas, que con otra cosa. Pero también con la poca necesidad que tengo de contar una historia”
Una vez m?s, la Herlop desmitificadora est? alerta y, cuando surge una frase como la anterior, que quiz? haya podido sonar solemne, aparece rauda para quitar peso a la situaci?n. Ni siquiera ese rasgo diferencial que ha hecho su m?sica tan reconocible es algo que la artista esté dispuesta a defender a capa y espada. Todo lo contrario. Admite que la ha metido en un jard?n del que no es f?cil salir. “Cuando est?s ah? sola, componiendo en tu habitaci?n, haces cosas que luego dices… ?por qué he hecho esto? Después te preguntan por ello y tienes que explicarlo. Y es cuando piensas: ?ahora tengo que responsabilizarme de lo que hizo esta loca…!” [risas]. “Esto de las letras -contin?a-... yo qué sé, creo que tiene m?s que ver con mi frikismo, y con la pereza de escribirlas, que con otra cosa. Pero también con el respeto que me da el mundo del lenguaje y con la poca necesidad que tengo de contar una historia”. Al final acaba confesando que las nuevas canciones que ha estado componiendo ?ltimamente tienen letra, para ver si es capaz de ir saliendo de ese l?o.
Si el proceso creativo de Pripyat, un disco que lleva por t?tulo el nombre de la ciudad fantasma vecina a la central nuclear de Chern?bil, fue complicado, aunque finalmente conducido a buen puerto tras mucho esfuerzo, lo que vino después fue peor. En plena pandemia le toc? buscar discogr?fica, un proceso lento y farragoso, y después acordar fechas y condiciones del lanzamiento. En todo eso se fueron casi tres a?os y hasta tuvo que visitar a una bruja, en realidad una practicante de reiki que le result? de bastante ayuda, a pesar de toda la racionalidad y el escepticismo del que ella hace gala. "No leo ni el hor?scopo", se defiende.
No era la primera vez que la artista se topaba con “el maravilloso mundo de la industria musical y todas las sorpresas que tiene reservadas para ti”, dice sin disimular la iron?a. Desde que sac? su primer ?lbum en 2016, con la discogr?fica del célebre pianista James Rhodes, ya sab?a que publicar en condiciones tiene m?s de carrera de obst?culos que otra cosa. Estos ?ltimos a?os han sido una especie de master definitivo en el que, dice, “tienes que entrenar tu asertividad, tu manera de comunicar, hacerte respetar sin ser demasiado dulce ni demasiado borde… Y si eres mujer, es todav?a m?s dif?cil”. Uno podr?a pensar que, en una era en la que se puede hacer un disco de cabo a rabo sin salir de debajo del edred?n, y con todas las plataformas a tu alcance, no deber?a ser tan dif?cil. “Claro, siempre puedes hacerlo por tu cuenta -responde-. Subirlo a Spotify y ya est?. Pero buena suerte con eso…”.
Otra estética
En cualquier caso, Marina Herlop ya est? donde con tanto esfuerzo quer?a llegar. Recibiendo cr?ticas entusiastas a su trabajo, embarcada en giras internacionales -durante los meses de octubre y noviembre se recorrer? Europa abriendo la de Animal Collective- y con artistas que no quiere desvelar llamando a su puerta para colaboraciones.
https://uc-4u.com/clip/a60f7eb4-3c2e-49d5-a6ad-bf7bc0c5c1a1_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Herlop, con una de sus indumentarias caracter?sticas. | CEDIDA
Esta noche llega a Matadero con el disco ya rodado, m?s tranquila que en su debut en el Primavera Sound barcelonés en junio, el que fue su primer contacto con los grandes recintos. “Hoy ser? todo m?s como jugar y disfrutar con el p?blico”, explica. Como siempre ?ltimamente, se subir? al escenario con una de esas extra?as indumentarias que se han convertido en parte de su sello: corpi?os intergal?cticos y vestidos de un g?tico futurista, con el pelo habitualmente recogido en dos rodetes como los de la Princesa Leia en Star Wars. Georgiela y Manuel Bola?o, dos dise?adores con sendos estudios en Barcelona, son sus c?mplices en esta tarea. Ella se reconoce coqueta, y dice que lo de vestirse “un poco friki”, aunque es otro de esos jardines en los que se ha metido, s? que le divierte todav?a.
El suyo ser? el primer concierto de una noche en la que también sonar? la electr?nica minimalista de Alva Noto, aclamado compositor y artista sonoro alem?n que firm? con Bryce Dessner y Ryuchi Sakamoto la banda sonora de El renacido, y Sinjin Hawke y Zora Jones, d?o art?stico que utiliza la tecnolog?a para convertir sus movimientos en sonido e imagen en tiempo real. Aunque en el programa mande la m?sica electr?nica, no ser? tanto una noche para bailar, que también, sino m?s bien para sacudir otra cosa: las fronteras de la m?sica que se hace en nuestros d?as. Y Marina Herlop es la gu?a en uno de esos caminos que se desv?an.
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