الريــم
09-24-2022, 09:27 AM
?ramos muchos los que est?bamos convencidos de que el racismo se estaba erradicando de los campos de f?tbol. Que era impensable volver a o?r a un grupo amplio de personas proferir gritos ofensivos hacia un futbolista por el color de su piel, como ocurr?a frecuentemente en los a?os 90 y principios de los 2000.
M?s informaci?n (Auto)
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Algunos recordar?n el episodio de Wilfred Agbonavbare, el portero nigeriano del Rayo Vallecano, que sufri? la ira de centenares de aficionados del Real Madrid durante un partido en el Santiago Bernabéu. El reportaje de televisi?n, con hinchas gritando a favor del Ku Klux Klan o mand?ndole a recoger algod?n, sigue disponible en Internet. Hoy ser?a imposible que un canal emitiera un v?deo semejante.
Pero el pasado domingo 18 de septiembre, varias decenas de seguidores del Atlético de Madrid demostraron que el racismo sigue siendo una lacra de la que la sociedad espa?ola no se ha podido deshacer.
“Solo hay que ver el resultado de las elecciones. Ahora no nos podemos rasgar las vestiduras. Pero es verdad que en un ?mbito multicultural y global como el f?tbol no esper?bamos un golpe as?”, reconoce a Sport Dossier Alberto Edjogo-Owono, exinternacional con Guinea Ecuatorial y analista de f?tbol en varios medios de comunicaci?n.
Antes y durante el derbi madrile?o del pasado fin de semana, unos 500 aficionados del Atleti –seg?n La Liga– gritaron al un?sono “Vinicius, eres un mono” (https://www.sport.es/es/noticias/laliga/desvelan-insultos-derbi-75756732). El delantero del Real Madrid ha estado bajo los focos durante varias semanas por sacar de quicio a los rivales debido a varios motivos: es un jugador de gran calidad y muy dif?cil de parar; tiene una tendencia creciente a la simulaci?n de faltas –algo muy molesto para los defensas– y baila cuando marca un gol. Vinicius Jr. es una de esas personalidades tan caracter?sticas del mundo del f?tbol: odiado y amado al mismo tiempo.
Un espect?culo sobre el césped por sus movimientos de fantas?a, pero a la vez un jugador al que muchos le recriminan las formas. “Un denominador com?n es que son chicos con mucha personalidad que en momentos cr?ticos fortalecen y refuerzan su forma de entender el f?tbol y la vida”, comenta para Sport Dossier el excapit?n del Sevilla Pablo Alfaro, un central también rechazado en muchos campos por su contundencia, aunque a él nunca le insultaron por el color de su piel, como es obvio.
Hac?a muchos a?os que no o?amos a un grupo considerable de seguidores proferir insultos racistas hacia un futbolista. Aquel famoso “uh, uh, uh” fue quedando de lado a mediados de los 2000, dejando paso a episodios individuales como el d?a en el que Samuel Eto’o quiso abandonar el campo por haber recibido gritos racistas desde un sector de la grada de La Romareda, en Zaragoza; o el supuesto insulto –hoy todav?a negado– del cadista Juan Cala al valencianista Mouctar Diakhaby durante un C?diz-Valencia de la pasada temporada.
“Sinceramente, pensaba que con las redes y con las c?maras en los m?viles todo se estaba aplacando por miedo a que alguien grabara un acto as? y se hiciera viral. También pensaba que con la nueva realidad, estando m?s acostumbrados a vivir en un ambiente multiétnico, todo esto estaba quedando en un ?mbito muy reducido. Pero me he dado cuenta de que no, de que esto sigue vigente”, comenta resignado Edjogo-Owono.
F?tbol y sociedad
El f?tbol forma parte de la sociedad y no puede ser ajeno a sus problemas. Es m?s, en ciertas ocasiones los amplifica, como sucedi? durante los a?os del proceso independentista de Catalunya en un estadio como el Camp Nou. Las ambiciones, frustraciones y celebraciones de los colectivos han tenido, tienen y tendr?n cabida en los espacios deportivos de masas. También el racismo.
“Llevo muchos a?os trabajando en la lucha contra el racismo y todo esto es cotidianeidad. El f?tbol forma parte de la sociedad y no es un espacio libre de racismo”, explica para Sport Dossier Moha Gerehou, periodista y autor del libro Qué hace un negro como t? en un sitio como este.
“En la sociedad espa?ola hay un problema de reconocimiento de la existencia de racismo”, subraya Gerehou, que dirige la mirada hacia los estadios y la sensaci?n de aislamiento del mundo real que pueden proyectar: “Se tiende a pensar que los estadios de f?tbol son lugares en los que no opera la ley ni existen convenciones sociales. Mucha gente va al estadio a desahogarse. Una persona que durante la semana es respetuosa va a un campo de f?tbol y se pone a insultar”.
Alberto Edjogo-Owono reflexiona sobre ese mismo problema, en el que un ciudadano ejemplar cruza la puerta de un estadio de f?tbol y se transforma en un ser vil y despiadado. “El campo es una especie de oasis de la mala educaci?n donde todo vale. Si vas a la pescader?a y te dan unas sardinas que no est?n bien, vas a pedir que te las cambien pero no insultar?s al pescadero. En cambio, en un campo de f?tbol, si un jugador falla un pase o el ?rbitro pita algo que no te gusta, les insultas. Y si te puedes esconder entre la multitud, estos sentimientos afloran”.
Esa ?ltima consideraci?n es una de las claves del asunto. Dentro de un colectivo, una persona se siente m?s fuerte para hacer da?o a los dem?s, sobre todo si se consigue pasar desapercibido. “El ser humano se comporta de una manera mucho m?s est?pida dentro de una masa que cuando est? solo”, dice Pablo Alfaro. Fueron centenares los que insultaron a Vinicius y en el v?deo que m?s se ha viralizado ni se les ve la cara.
?Para cu?ndo medidas reales?
En 1995, ?ric Cantona se tom? la justicia por su mano y le dio una patada a un aficionado fascista del Crystal Palace después de que éste le dijera “vete a tu pa?s, bastardo de mierda”. Esa patada voladora ha pasado a la historia. A Cantona le sancionaron durante nueve meses, pero puso un foco de grandes dimensiones sobre la intolerancia en el deporte. Vinicius Jr. no agredi? a nadie tras los insultos racistas.
Ni siquiera se pronunci? después de los gritos. S? lo hizo antes, pero provoc? el efecto contrario. Nadie impidi? que el jugador brasile?o acabara siendo el centro de una manifestaci?n racista, pese a haber serios avisos de que algo pod?a suceder. “Que no pase nada es grave. Eso quiere decir que el racismo no tiene consecuencias, no tiene castigo”, critica Edjogo-Owono.
La Liga ha denunciado los gritos racistas ante el Comité de Competici?n de la RFEF y ante la Comisi?n Antiviolencia, quienes deber?n emitir un dictamen en los pr?ximos d?as. Pero deja en manos de los clubes la depuraci?n de responsabilidades.
El Atlético de Madrid est? identificando a los responsables de los insultos y a algunos de ellos ya les ha expulsado como socios de la entidad, pero la patronal del f?tbol sigue sin tomar ninguna medida. Moha Gerehou pone precisamente de relieve esa actuaci?n de La Liga, que considera insuficiente: “Pas?ndolo a la Comisi?n Antiviolencia, La Liga evita entrar en cierres parciales o completos de estadios. La mayor?a de esas investigaciones caen en saco roto. En realidad, es una apariencia. Se cree que La Liga hace algo y en realidad no hace nada. Si realmente se quisiera actuar s? que habr?a cierres de gradas y de estadios”.**
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sport-dossier-by-panenka/hay-actuar-75796872)
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
Algunos recordar?n el episodio de Wilfred Agbonavbare, el portero nigeriano del Rayo Vallecano, que sufri? la ira de centenares de aficionados del Real Madrid durante un partido en el Santiago Bernabéu. El reportaje de televisi?n, con hinchas gritando a favor del Ku Klux Klan o mand?ndole a recoger algod?n, sigue disponible en Internet. Hoy ser?a imposible que un canal emitiera un v?deo semejante.
Pero el pasado domingo 18 de septiembre, varias decenas de seguidores del Atlético de Madrid demostraron que el racismo sigue siendo una lacra de la que la sociedad espa?ola no se ha podido deshacer.
“Solo hay que ver el resultado de las elecciones. Ahora no nos podemos rasgar las vestiduras. Pero es verdad que en un ?mbito multicultural y global como el f?tbol no esper?bamos un golpe as?”, reconoce a Sport Dossier Alberto Edjogo-Owono, exinternacional con Guinea Ecuatorial y analista de f?tbol en varios medios de comunicaci?n.
Antes y durante el derbi madrile?o del pasado fin de semana, unos 500 aficionados del Atleti –seg?n La Liga– gritaron al un?sono “Vinicius, eres un mono” (https://www.sport.es/es/noticias/laliga/desvelan-insultos-derbi-75756732). El delantero del Real Madrid ha estado bajo los focos durante varias semanas por sacar de quicio a los rivales debido a varios motivos: es un jugador de gran calidad y muy dif?cil de parar; tiene una tendencia creciente a la simulaci?n de faltas –algo muy molesto para los defensas– y baila cuando marca un gol. Vinicius Jr. es una de esas personalidades tan caracter?sticas del mundo del f?tbol: odiado y amado al mismo tiempo.
Un espect?culo sobre el césped por sus movimientos de fantas?a, pero a la vez un jugador al que muchos le recriminan las formas. “Un denominador com?n es que son chicos con mucha personalidad que en momentos cr?ticos fortalecen y refuerzan su forma de entender el f?tbol y la vida”, comenta para Sport Dossier el excapit?n del Sevilla Pablo Alfaro, un central también rechazado en muchos campos por su contundencia, aunque a él nunca le insultaron por el color de su piel, como es obvio.
Hac?a muchos a?os que no o?amos a un grupo considerable de seguidores proferir insultos racistas hacia un futbolista. Aquel famoso “uh, uh, uh” fue quedando de lado a mediados de los 2000, dejando paso a episodios individuales como el d?a en el que Samuel Eto’o quiso abandonar el campo por haber recibido gritos racistas desde un sector de la grada de La Romareda, en Zaragoza; o el supuesto insulto –hoy todav?a negado– del cadista Juan Cala al valencianista Mouctar Diakhaby durante un C?diz-Valencia de la pasada temporada.
“Sinceramente, pensaba que con las redes y con las c?maras en los m?viles todo se estaba aplacando por miedo a que alguien grabara un acto as? y se hiciera viral. También pensaba que con la nueva realidad, estando m?s acostumbrados a vivir en un ambiente multiétnico, todo esto estaba quedando en un ?mbito muy reducido. Pero me he dado cuenta de que no, de que esto sigue vigente”, comenta resignado Edjogo-Owono.
F?tbol y sociedad
El f?tbol forma parte de la sociedad y no puede ser ajeno a sus problemas. Es m?s, en ciertas ocasiones los amplifica, como sucedi? durante los a?os del proceso independentista de Catalunya en un estadio como el Camp Nou. Las ambiciones, frustraciones y celebraciones de los colectivos han tenido, tienen y tendr?n cabida en los espacios deportivos de masas. También el racismo.
“Llevo muchos a?os trabajando en la lucha contra el racismo y todo esto es cotidianeidad. El f?tbol forma parte de la sociedad y no es un espacio libre de racismo”, explica para Sport Dossier Moha Gerehou, periodista y autor del libro Qué hace un negro como t? en un sitio como este.
“En la sociedad espa?ola hay un problema de reconocimiento de la existencia de racismo”, subraya Gerehou, que dirige la mirada hacia los estadios y la sensaci?n de aislamiento del mundo real que pueden proyectar: “Se tiende a pensar que los estadios de f?tbol son lugares en los que no opera la ley ni existen convenciones sociales. Mucha gente va al estadio a desahogarse. Una persona que durante la semana es respetuosa va a un campo de f?tbol y se pone a insultar”.
Alberto Edjogo-Owono reflexiona sobre ese mismo problema, en el que un ciudadano ejemplar cruza la puerta de un estadio de f?tbol y se transforma en un ser vil y despiadado. “El campo es una especie de oasis de la mala educaci?n donde todo vale. Si vas a la pescader?a y te dan unas sardinas que no est?n bien, vas a pedir que te las cambien pero no insultar?s al pescadero. En cambio, en un campo de f?tbol, si un jugador falla un pase o el ?rbitro pita algo que no te gusta, les insultas. Y si te puedes esconder entre la multitud, estos sentimientos afloran”.
Esa ?ltima consideraci?n es una de las claves del asunto. Dentro de un colectivo, una persona se siente m?s fuerte para hacer da?o a los dem?s, sobre todo si se consigue pasar desapercibido. “El ser humano se comporta de una manera mucho m?s est?pida dentro de una masa que cuando est? solo”, dice Pablo Alfaro. Fueron centenares los que insultaron a Vinicius y en el v?deo que m?s se ha viralizado ni se les ve la cara.
?Para cu?ndo medidas reales?
En 1995, ?ric Cantona se tom? la justicia por su mano y le dio una patada a un aficionado fascista del Crystal Palace después de que éste le dijera “vete a tu pa?s, bastardo de mierda”. Esa patada voladora ha pasado a la historia. A Cantona le sancionaron durante nueve meses, pero puso un foco de grandes dimensiones sobre la intolerancia en el deporte. Vinicius Jr. no agredi? a nadie tras los insultos racistas.
Ni siquiera se pronunci? después de los gritos. S? lo hizo antes, pero provoc? el efecto contrario. Nadie impidi? que el jugador brasile?o acabara siendo el centro de una manifestaci?n racista, pese a haber serios avisos de que algo pod?a suceder. “Que no pase nada es grave. Eso quiere decir que el racismo no tiene consecuencias, no tiene castigo”, critica Edjogo-Owono.
La Liga ha denunciado los gritos racistas ante el Comité de Competici?n de la RFEF y ante la Comisi?n Antiviolencia, quienes deber?n emitir un dictamen en los pr?ximos d?as. Pero deja en manos de los clubes la depuraci?n de responsabilidades.
El Atlético de Madrid est? identificando a los responsables de los insultos y a algunos de ellos ya les ha expulsado como socios de la entidad, pero la patronal del f?tbol sigue sin tomar ninguna medida. Moha Gerehou pone precisamente de relieve esa actuaci?n de La Liga, que considera insuficiente: “Pas?ndolo a la Comisi?n Antiviolencia, La Liga evita entrar en cierres parciales o completos de estadios. La mayor?a de esas investigaciones caen en saco roto. En realidad, es una apariencia. Se cree que La Liga hace algo y en realidad no hace nada. Si realmente se quisiera actuar s? que habr?a cierres de gradas y de estadios”.**
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sport-dossier-by-panenka/hay-actuar-75796872)