الريــم
09-18-2022, 02:52 PM
En la ciudad de Buenos Aires viven unos tres millones de personas. También 500.000 perros, debidamente cuidados. Est?n, adem?s, los canes que erran por la capital argentina sin due?o. Son miles. Muchos fueron abandonados por familias que no pudieron alimentarlos. Es com?n la escena urbana en la que esos vagabundos se cruzan con peque?as, obedientes y atildadas jaur?as. Los primeros van a la deriva. Los otros son conducidos por paseadores de pichichos, convertidos a estas alturas en una instituci?n de esta ciudad donde la opulencia y el desamparo se dan la mano.
Juan Pablo es uno de ellos. Trabajaba en Movistar. Se qued? sin empleo y decidi? dedicarse a las mascotas “estresadas por el encierro”. Las aloja en su peque?o apartamento cuando un amo sale de vacaciones. Pero la tarea m?s importante que realiza a diario es la de llevarlos a andar por el barrio o un parque. Hay paseadores que arrastran a m?s de 10 canes por la calle, hasta 20, incluso, todo un ejército canino, aunque las autoridades municipales solo permiten hasta ocho, siempre que sean de un tama?o igual. Juan Pablo es m?s selectivo: “No m?s de siete”, dice, aunque esta ma?ana solo deambula con cinco.
Sin par?sitos ni pulgas
“Hay gente que piensa que esto no es un trabajo”, se queja. Para llevarse a su casa m?s de 700 euros al mes debe comenzar muy temprano sus periplos. Esta ma?ana lo acompa?a Jerem?as, quien quiere adentrarse en el oficio para pagar sus estudios de abogac?a. Juan Carlos elige los perros con rigor: si al tercer recorrido se sienten inc?modos recomienda a un colega m?s experto. Vigila que los perros regresen a sus hogares libres de par?sitos o pulgas. Exige a los due?os estén vacunados.
Pasearlos requiere de paciencia. No solo porque los pichichos deben avanzar casi coreogr?ficamente, sin rezagados. “Hay que evitar arrastrarlos, tironearlos del collar o desestimar las se?ales que emiten a través de ladridos o con el cuerpo”. Pero, sobre todo, mostrar autoridad. Juan Carlos recoge a los animales en sus casas e improvisa itinerarios por los barrios de Colegiales y Belgrano. Con una mano sostiene todas las correas para que ninguno se le escape. En la otra api?a bolsas de pl?sticos en las que recoge las heces de las mascotas.
Cada 100 metros se encuentran en esta ciudad 26 restos de materia fecal perruna, seg?n un estudio del propio municipio. La situaci?n era desoladora a?os atr?s. Se acumulaban toneladas cada mes en la capital. Con el tiempo, buena parte de los due?os de los perros comenzaron a limpiar la mierda que quedaba sobre la acera después de la deposici?n. En lo que respecta a los paseadores, solo uno de cada tres se toma el trabajo de recogerla. Juan Carlos forma parte de ese contingente higienista.
Mantener un perro mediano supone un costo no desde?able para muchos argentinos. El a?o pasado desembolsaban 39 euros mensuales, lo que incluye el alimento, la consulta al veterinario, la peluquer?a y otros elementos. El pago al paseador supone otro gasto. La inflaci?n de los ?ltimos 12 meses ha sido del 78%, por lo cual los costos de los productos y servicios han aumentado. El salario m?nimo es de 204 euros. Una persona necesita percibir 550 euros para pertenecer a la clase media.
Las mascotas de pedigr? que se pavonean celosamente vigiladas tienen m?s suerte que algunos hombres y mujeres de a pie. En esta ciudad se estima que casi 8000 personas duermen en las calles, aunque las autoridades sostienen que no llegan a 3.000. De acuerdo con la Universidad Cat?lica Argentina (UCA), en los ?ltimos 10 a?os aument? la cantidad de hogares con problemas para acceder a alimentos. Hace 12 a?os, la inseguridad alimentaria golpeaba al 6% de la poblaci?n. En 2021, al 8,3%.
Un 53% de las personas ha reconocido que tuvieron que disminuir la porci?n de comida porque no hab?a suficiente dinero para garantizar los cuatro platos. El 34% ha padecido hambre. Esa fue la raz?n por la cual, semanas atr?s, una ni?a de 11 a?os muri? en su escuela. Hay argentinos que llevan verdadera vida de perros, parece sugerir Juan Carlos cuando con la vista se?ala a la esquina donde un hombre duerme sobre un colch?n, acaso so?ando que si fuera un can, uno de esos pichichos privilegiados, no pasar?a tanto fr?o ni masticar?a pan duro.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/buenos-aires-paseador-mascotas-institucion-75582609)
Juan Pablo es uno de ellos. Trabajaba en Movistar. Se qued? sin empleo y decidi? dedicarse a las mascotas “estresadas por el encierro”. Las aloja en su peque?o apartamento cuando un amo sale de vacaciones. Pero la tarea m?s importante que realiza a diario es la de llevarlos a andar por el barrio o un parque. Hay paseadores que arrastran a m?s de 10 canes por la calle, hasta 20, incluso, todo un ejército canino, aunque las autoridades municipales solo permiten hasta ocho, siempre que sean de un tama?o igual. Juan Pablo es m?s selectivo: “No m?s de siete”, dice, aunque esta ma?ana solo deambula con cinco.
Sin par?sitos ni pulgas
“Hay gente que piensa que esto no es un trabajo”, se queja. Para llevarse a su casa m?s de 700 euros al mes debe comenzar muy temprano sus periplos. Esta ma?ana lo acompa?a Jerem?as, quien quiere adentrarse en el oficio para pagar sus estudios de abogac?a. Juan Carlos elige los perros con rigor: si al tercer recorrido se sienten inc?modos recomienda a un colega m?s experto. Vigila que los perros regresen a sus hogares libres de par?sitos o pulgas. Exige a los due?os estén vacunados.
Pasearlos requiere de paciencia. No solo porque los pichichos deben avanzar casi coreogr?ficamente, sin rezagados. “Hay que evitar arrastrarlos, tironearlos del collar o desestimar las se?ales que emiten a través de ladridos o con el cuerpo”. Pero, sobre todo, mostrar autoridad. Juan Carlos recoge a los animales en sus casas e improvisa itinerarios por los barrios de Colegiales y Belgrano. Con una mano sostiene todas las correas para que ninguno se le escape. En la otra api?a bolsas de pl?sticos en las que recoge las heces de las mascotas.
Cada 100 metros se encuentran en esta ciudad 26 restos de materia fecal perruna, seg?n un estudio del propio municipio. La situaci?n era desoladora a?os atr?s. Se acumulaban toneladas cada mes en la capital. Con el tiempo, buena parte de los due?os de los perros comenzaron a limpiar la mierda que quedaba sobre la acera después de la deposici?n. En lo que respecta a los paseadores, solo uno de cada tres se toma el trabajo de recogerla. Juan Carlos forma parte de ese contingente higienista.
Mantener un perro mediano supone un costo no desde?able para muchos argentinos. El a?o pasado desembolsaban 39 euros mensuales, lo que incluye el alimento, la consulta al veterinario, la peluquer?a y otros elementos. El pago al paseador supone otro gasto. La inflaci?n de los ?ltimos 12 meses ha sido del 78%, por lo cual los costos de los productos y servicios han aumentado. El salario m?nimo es de 204 euros. Una persona necesita percibir 550 euros para pertenecer a la clase media.
Las mascotas de pedigr? que se pavonean celosamente vigiladas tienen m?s suerte que algunos hombres y mujeres de a pie. En esta ciudad se estima que casi 8000 personas duermen en las calles, aunque las autoridades sostienen que no llegan a 3.000. De acuerdo con la Universidad Cat?lica Argentina (UCA), en los ?ltimos 10 a?os aument? la cantidad de hogares con problemas para acceder a alimentos. Hace 12 a?os, la inseguridad alimentaria golpeaba al 6% de la poblaci?n. En 2021, al 8,3%.
Un 53% de las personas ha reconocido que tuvieron que disminuir la porci?n de comida porque no hab?a suficiente dinero para garantizar los cuatro platos. El 34% ha padecido hambre. Esa fue la raz?n por la cual, semanas atr?s, una ni?a de 11 a?os muri? en su escuela. Hay argentinos que llevan verdadera vida de perros, parece sugerir Juan Carlos cuando con la vista se?ala a la esquina donde un hombre duerme sobre un colch?n, acaso so?ando que si fuera un can, uno de esos pichichos privilegiados, no pasar?a tanto fr?o ni masticar?a pan duro.
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