الريــم
09-18-2022, 02:52 PM
En junio de 1996, el suplemento 'Domingo' del diario 'El Pa?s' public? un anticipo de mi libro 'Vendetta', obra en la que desvelaba, después de confirmar los datos con fuentes oficiales del Palacio de la Zarzuela, los n?meros de las cuentas bancarias del rey Juan Carlos I en el Banco Espa?ol de Crédito (Banesto), la 148677-172, con un saldo negativo de 150 millones de pesetas (901.500 euros) el 29 de diciembre de 1993 que los servicios del banco, deprisa y corriendo, un d?a después de la intervenci?n de la entidad el 28 de diciembre de 1993, se aplicaron a “arreglar” y cerrar. Esa cuenta se sumaba a otra, la 8317-172, renovable cada seis meses y cuyo dinero se utiliz? para comprar acciones de Asturiana del Zinc, la antigua Real Compa??a Asturiana de Minas, donde mandaba el amigo de Juan Carlos I, Francisco Javier Sitges.
Con la tinta todav?a fresca, como suele decirse, la periodista Pilar Urbano, nada m?s salir la informaci?n, public? una columna en el diario 'El Mundo' en la cual se ofrec?a a la Casa Real para desmentir las revelaciones del “periodista econ?mico argentino”.
Se ofrec?a, pues, a cuestionar unos hechos que yo hab?a confirmado con una fuente muy pr?xima a Juan Carlos I, oferta que debi? parecer rid?cula a quienes estaban debidamente informados. Pero he aqu? que 26 a?os m?s tarde, Pilar Urbano forma parte del equipo que en 'Salvar al Rey' nos cuenta que el rey hizo lo que hizo porque hubo durante su reinado un 'cover-up', un encubrimiento practicado, entre otros, por los medios de comunicaci?n.
Como en el Reino Unido
El hecho es que en Espa?a en los a?os ochenta y noventa hubo una pléyade de publicaciones, especialmente semanarios que con la larga crisis de 'Cambio 16' captaron un mercado muy peculiar, inspirado en los medios diarios sensacionalistas del Reino Unido: los tabloides. Medios que mezclaban noticias de famosos, pol?tica, sexo y, claro, c?mo no, dado su falta total de transparencia, la monarqu?a.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
Las portadas de esas revistas -desaparecidas en su mayor parte hace tiempo - destacan no por casualidad -vaya, lo copan todo- en el documental. Y algunos de los periodistas que sobrevivieron al hundimiento de tales medios se reinsertaron en otros medios y, ahora, han creado sus propias cabeceras digitales. En este pa?s se sigue gastando mucho dinero en mantenerlas.
El mercado descrito era un mercado rentable. Porque los llamados medios de calidad, los nuevos y grandes peri?dicos, y la radio y televisi?n, no cubr?an, o lo hac?an de modo muy lateral, la satisfacci?n de las apetencias de chismes. Ello no quita para que muchas veces esos medios publicaran noticias exclusivas que pod?an llegar a marcar la agenda. O actuaban como buzones, con fines inconfesables de sus fuentes. O no tanto. Esto es: transmit?an determinados mensajes dirigidos a destinatarios muy concretos.
La fiesta de Mario Conde
Por no aparecer en el documental de HBO ni siquiera, en lo tocante a la primera y segunda parte de la historia, no se informa al p?blico que el rey Juan Carlos I presidi? el acto del doctorado Honoris Causa concedido -o m?s bien comprado- por Mario Conde, presidente de Banesto- una de las siete grandes entidades financieras espa?olas- por la Universidad Complutense de Madrid. Fue uno de los grandes encuentros sociales en el que se dio cita todo Madrid. Una org?a de poder.
Baste decir que la fiesta del Doctorado Honoris Causa, con la 'laudatio' del embajador de Israel, Shlomo Ben Ami, todo ello presidido por el rey, no ha existido para la narraci?n de los antecedentes, a los que tanto se ventila. Lo mismo omite que cuando seis meses después del doctorado tuvo lugar la intervenci?n de Banesto del d?a de los Santos Inocentes de 1993, los temores del presidente de Gobierno, Felipe Gonz?lez, en aquellas horas, se centraban en la relaci?n entre Juan Carlos I y Conde. Aquello que Gonz?lez sintetiz?, refiriéndose a Conde, en esta frase: “No tiene la bomba at?mica, pero puede hacer da?o”.
Pues all? , en lo que parece la sala de investigaci?n del FBI en el documental, aparece Conde para hablar de "lo suyo" y culpar a un medio de comunicaci?n, donde yo trabajaba, de su desgracia. Y lo m?s relevante: de alcahueter?as en las que el periodista con el cual trabajaba y en parte financiaba terminaron con el cese del entonces jefe de la Casa de Su Majestad el Rey Juan Carlos I, general Sabino Fern?ndez Campo.
En el “paquete” estaban primero, después de echar a Conde y a su grupo, las cuentas bancarias del rey y posibles negocios ocultos, pero también, en 1994, los ”papeles de Perote”, el agente del CESID, origen del actual CNI (Centro Nacional de Inteligencia) el coronel Alberto Perote.
Chantaje al Gobierno
Tanto las cuentas bancarias del rey en Banesto como los papeles confer?an capacidad de fuego al banquero derrocado para chantajear al Gobierno llamado socialista. Y chantajes, -como las meigas, de eso sabe Conde-, los hay. No con las cuentas del rey, que se sepa. Un chantaje agradable, sencillo: "me d?is los 14.000 millones de pesetas, total los paga Emilio Bot?n, que hab?a comprado Banesto, y os devuelvo las microfichas de Perote". El Gobierno no cedi? y las fichas se publicaron.
Para hacer una informaci?n documentada no se requer?a grandes investigaciones. Est?n los libros publicados. Pero este es un pa?s donde el odio entre pretendidos profesionales es m?s fuerte que la necesidad de esclarecer la realidad. Es un odio que anula.
Por no informar, en ning?n momento aparece la gran noticia que abri? a cuatro columnas el peri?dico 'Tribune de de Genève' primero en la web la tarde-noche del 3 de marzo de 2020, a las 19:34 horas, y luego en la edici?n del peri?dico ginebrino del 4 de marzo: “Juan Carlos I esconde 100 millones de d?lares en Ginebra”. Segu?a el titular: “Revelaciones: Juan Carlos I ha recibido 100 millones de d?lares en una cuenta del banco privado Mirabaud. Regalo o corrupci?n. El fiscal Yves Bertossa investiga indicios de blanqueo de capitales”.
En el documental se omite la transferencia de 100 millones de d?lares (65,4 millones de euros de la época) del Ministerio de Finanzas de Arabia Saud? a Juan Carlos I. De golpe, en una elipsis, para decirlo delicadamente, absolutamente surrealista, aparece en el telediario de Telecinco la noticia: “Hay m?s novedades sobre los movimientos de Juan Carlos I. Lo m?s destacado es un documento por el cual el rey Juan Carlos don? los 65 milllones de euros a Corinna Larsen de forma voluntaria”.
?Toma casta?a! Y digiéretela como puedas. Por no nombrar ni el nombre de Bertossa ni la investigaci?n de tres a?os y medio en la Fiscal?a suiza asoman en el documental.
Algunos de los testimonios de las amantes de Juan Carlos I han estado en el mercado de este tipo de grabaciones durante meses esperando comprador. Y finalmente lo ha habido.
Las citas en la furgoneta
Y puede ser divertido o estrafalario, seg?n se vea, como se lo ha parecido, por ejemplo, al corresponsal en Madrid del diario The Times de Londres, David Sharrock, cuando titul? su noticia el pasado martes, en medio del temblor provocado por la muerte de la reina Isabel (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/reina-isabel-supervision-medica-preocupacion-75183288): “El rey espa?ol disfrutaba de citas en la parte trasera de una furgoneta”. Y a?ad?a con flema brit?nica: “La parte trasera de una furgoneta detr?s del palacio no es el lugar m?s rom?ntico para un encuentro amoroso con una amante real pero fue la preferida por Juan Carlos I, ex rey de Espa?a”. Menuda bienvenida en Londres al emérito en el funeral de la reina.
El gui?n y los periodistas han optado por hacer exactamente lo que dicen que se hizo en el pasado, es decir, encubrir la realidad en la narraci?n de los hechos que son nuevos y que, precisamente, son oscurecidos en la narraci?n.
La "ca?da" de los 64, 8 millones de euros del cielo que presentan tiene, como se ha apuntado, su origen en Arabia Saud?, cuyo rey, seg?n Juan Carlos I, le envi? un regalo sin contrapartidas. Pero lo que hizo a continuaci?n Juan Carlos I es ocultar el dinero a la Hacienda de Espa?a.
Como bien dice el juez José Castro, que instruy? contra viento y marea el caso N?os, Juan Carlos I se sent?a por encima de la ley, él no se aplicaba aquello que predicaba en su discurso de Nochebuena de 2011 (“La justicia es igual para todos”) ni se sent?a aludido por las obligaciones fiscales (“Hacienda somos todos”).
En el documental aparece un extracto de segundos donde la periodista brit?nica Selina Scott le pregunta si como el resto de los espa?oles intenta no pagar impuestos. Juan Carlos I la mira: “No puedo decirlo”, r?e incomodo. Selina vuelve a la carga: “?Es importante que un rey pague impuestos? "Creo que s?”, dice el rey” no muy convencido. Y se acaba. Pero aquella pregunta ten?a su miga. Porque ella se?ala a Juan Carlos I: “Podr?a haberse librado diciendo que no”. Y él cierra: "S?. Pero después habr?a sufrido las consecuencias”.
Eso fue en 1992, 16 a?os antes de recibir el 8 de agosto de 2008 -una fecha clave omitida- cuando Juan Carlos I recibi? en su cuenta de la fundaci?n Lucum en el banco Mirabaud los 100 millones de d?lares desde Arabia Saud?.
Pero el documental se olvida de la batalla encarnizada por la apropiaci?n de los 100 millones de d?lares o 64,8 millones de euros entre Juan Carlos I y Corinna.
Y es que la donaci?n es una farsa desde el punto de vista de los objetivos de Juan Carlos I. Porque empieza a perseguir enseguida a Corinna para que le devuelva el dinero. Y para ello consigue convertir al n?cleo duro del CNI capitaneado por el general Félix Sanz Rold?n en un instrumento personal. Privado, vaya.
El Estado espa?ol
Porqué, como se pregunta ret?ricamente el juez Matthew Nicklin, a cargo de la demanda civil de Corinna en el Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales - por acoso, seguimiento ilegal y difamaci?n – en su sentencia del 24 de marzo de 2022 ?es posible que las entradas y registros en el domicilio y oficina de Corinna en M?naco sean actos oficiales del Estado espa?ol, como sostienen los abogados de Juan Carlos I? En ese caso, seg?n se?ala el juez, el Gobierno espa?ol "tendr? la oportunidad de dar un paso adelante y pedir al tribunal que aplique la inmunidad de Estado y declare que Juan Carlos I tiene inmunidad ante esos actos realizados entre 2012 y 2014".
Eso, l?gicamente, no va a ocurrir. Tampoco operaciones como el intento de la petrolera rusa Lukoil en hacerse con el control de la espa?ola Repsol merece una descripci?n correcta en la versi?n que se ofrece.
En noviembre de 2008, cuatro meses después de recibir los 100 millones de d?lares de Arabia Saud?, y empezar a gast?rselos, Juan Carlos pierde los complejos y hace una campa?a para que el Gobierno de José Luis Rodr?guez Zapatero abandere la operaci?n, aun cuando el ministro de Industria Miguel Sebasti?n se opone. Juan Carlos I persuade a Rodr?guez Zapatero y hace campa?a abierta a favor de la entrada de Lukoil.
Pero ?por qué? Es que Juan Carlos I es parte del tri?ngulo que espera sacar tajada de la operaci?n: él es el vértice y Corinna (asesora de Lukoil) y Allen Sanginés-Krause el amigo hispano-mexicano de Corinna (responsable del banco Goldman Sachs en Rusia), son sus socios. Y tienen expectativas en hacer grandes beneficios por intermediar en la jugada. Que fracasa. Pero nuestro rey se desmelena.
Los rumores sobre su muerte real que rezuma el documental, parafraseando al escritor norteamericano Mark Twain, son "demasiado" exagerados. Porque habr? que esperar a conocer lo que salga del juicio de Londres, sobre el cual la prensa en este pa?s no ha dado un duro…hasta que se ha enfrentado al elefante.
Y hablando de elefantes, ya es hora de saber que la foto de la noticia de la caza de elefantes que se asume fue filtrada por el general Sanz Rold?n en abril de 2012 -y que el documental exhibe- no es de esa fecha sino de 2006.
Y aunque el noviazgo iba viento en popa Corinna no fue a ese safari.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/documental-salvar-rey-operacion-encubrimiento-emerito-75583326)
Con la tinta todav?a fresca, como suele decirse, la periodista Pilar Urbano, nada m?s salir la informaci?n, public? una columna en el diario 'El Mundo' en la cual se ofrec?a a la Casa Real para desmentir las revelaciones del “periodista econ?mico argentino”.
Se ofrec?a, pues, a cuestionar unos hechos que yo hab?a confirmado con una fuente muy pr?xima a Juan Carlos I, oferta que debi? parecer rid?cula a quienes estaban debidamente informados. Pero he aqu? que 26 a?os m?s tarde, Pilar Urbano forma parte del equipo que en 'Salvar al Rey' nos cuenta que el rey hizo lo que hizo porque hubo durante su reinado un 'cover-up', un encubrimiento practicado, entre otros, por los medios de comunicaci?n.
Como en el Reino Unido
El hecho es que en Espa?a en los a?os ochenta y noventa hubo una pléyade de publicaciones, especialmente semanarios que con la larga crisis de 'Cambio 16' captaron un mercado muy peculiar, inspirado en los medios diarios sensacionalistas del Reino Unido: los tabloides. Medios que mezclaban noticias de famosos, pol?tica, sexo y, claro, c?mo no, dado su falta total de transparencia, la monarqu?a.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
Las portadas de esas revistas -desaparecidas en su mayor parte hace tiempo - destacan no por casualidad -vaya, lo copan todo- en el documental. Y algunos de los periodistas que sobrevivieron al hundimiento de tales medios se reinsertaron en otros medios y, ahora, han creado sus propias cabeceras digitales. En este pa?s se sigue gastando mucho dinero en mantenerlas.
El mercado descrito era un mercado rentable. Porque los llamados medios de calidad, los nuevos y grandes peri?dicos, y la radio y televisi?n, no cubr?an, o lo hac?an de modo muy lateral, la satisfacci?n de las apetencias de chismes. Ello no quita para que muchas veces esos medios publicaran noticias exclusivas que pod?an llegar a marcar la agenda. O actuaban como buzones, con fines inconfesables de sus fuentes. O no tanto. Esto es: transmit?an determinados mensajes dirigidos a destinatarios muy concretos.
La fiesta de Mario Conde
Por no aparecer en el documental de HBO ni siquiera, en lo tocante a la primera y segunda parte de la historia, no se informa al p?blico que el rey Juan Carlos I presidi? el acto del doctorado Honoris Causa concedido -o m?s bien comprado- por Mario Conde, presidente de Banesto- una de las siete grandes entidades financieras espa?olas- por la Universidad Complutense de Madrid. Fue uno de los grandes encuentros sociales en el que se dio cita todo Madrid. Una org?a de poder.
Baste decir que la fiesta del Doctorado Honoris Causa, con la 'laudatio' del embajador de Israel, Shlomo Ben Ami, todo ello presidido por el rey, no ha existido para la narraci?n de los antecedentes, a los que tanto se ventila. Lo mismo omite que cuando seis meses después del doctorado tuvo lugar la intervenci?n de Banesto del d?a de los Santos Inocentes de 1993, los temores del presidente de Gobierno, Felipe Gonz?lez, en aquellas horas, se centraban en la relaci?n entre Juan Carlos I y Conde. Aquello que Gonz?lez sintetiz?, refiriéndose a Conde, en esta frase: “No tiene la bomba at?mica, pero puede hacer da?o”.
Pues all? , en lo que parece la sala de investigaci?n del FBI en el documental, aparece Conde para hablar de "lo suyo" y culpar a un medio de comunicaci?n, donde yo trabajaba, de su desgracia. Y lo m?s relevante: de alcahueter?as en las que el periodista con el cual trabajaba y en parte financiaba terminaron con el cese del entonces jefe de la Casa de Su Majestad el Rey Juan Carlos I, general Sabino Fern?ndez Campo.
En el “paquete” estaban primero, después de echar a Conde y a su grupo, las cuentas bancarias del rey y posibles negocios ocultos, pero también, en 1994, los ”papeles de Perote”, el agente del CESID, origen del actual CNI (Centro Nacional de Inteligencia) el coronel Alberto Perote.
Chantaje al Gobierno
Tanto las cuentas bancarias del rey en Banesto como los papeles confer?an capacidad de fuego al banquero derrocado para chantajear al Gobierno llamado socialista. Y chantajes, -como las meigas, de eso sabe Conde-, los hay. No con las cuentas del rey, que se sepa. Un chantaje agradable, sencillo: "me d?is los 14.000 millones de pesetas, total los paga Emilio Bot?n, que hab?a comprado Banesto, y os devuelvo las microfichas de Perote". El Gobierno no cedi? y las fichas se publicaron.
Para hacer una informaci?n documentada no se requer?a grandes investigaciones. Est?n los libros publicados. Pero este es un pa?s donde el odio entre pretendidos profesionales es m?s fuerte que la necesidad de esclarecer la realidad. Es un odio que anula.
Por no informar, en ning?n momento aparece la gran noticia que abri? a cuatro columnas el peri?dico 'Tribune de de Genève' primero en la web la tarde-noche del 3 de marzo de 2020, a las 19:34 horas, y luego en la edici?n del peri?dico ginebrino del 4 de marzo: “Juan Carlos I esconde 100 millones de d?lares en Ginebra”. Segu?a el titular: “Revelaciones: Juan Carlos I ha recibido 100 millones de d?lares en una cuenta del banco privado Mirabaud. Regalo o corrupci?n. El fiscal Yves Bertossa investiga indicios de blanqueo de capitales”.
En el documental se omite la transferencia de 100 millones de d?lares (65,4 millones de euros de la época) del Ministerio de Finanzas de Arabia Saud? a Juan Carlos I. De golpe, en una elipsis, para decirlo delicadamente, absolutamente surrealista, aparece en el telediario de Telecinco la noticia: “Hay m?s novedades sobre los movimientos de Juan Carlos I. Lo m?s destacado es un documento por el cual el rey Juan Carlos don? los 65 milllones de euros a Corinna Larsen de forma voluntaria”.
?Toma casta?a! Y digiéretela como puedas. Por no nombrar ni el nombre de Bertossa ni la investigaci?n de tres a?os y medio en la Fiscal?a suiza asoman en el documental.
Algunos de los testimonios de las amantes de Juan Carlos I han estado en el mercado de este tipo de grabaciones durante meses esperando comprador. Y finalmente lo ha habido.
Las citas en la furgoneta
Y puede ser divertido o estrafalario, seg?n se vea, como se lo ha parecido, por ejemplo, al corresponsal en Madrid del diario The Times de Londres, David Sharrock, cuando titul? su noticia el pasado martes, en medio del temblor provocado por la muerte de la reina Isabel (https://www.sport.es/es/noticias/internacional/reina-isabel-supervision-medica-preocupacion-75183288): “El rey espa?ol disfrutaba de citas en la parte trasera de una furgoneta”. Y a?ad?a con flema brit?nica: “La parte trasera de una furgoneta detr?s del palacio no es el lugar m?s rom?ntico para un encuentro amoroso con una amante real pero fue la preferida por Juan Carlos I, ex rey de Espa?a”. Menuda bienvenida en Londres al emérito en el funeral de la reina.
El gui?n y los periodistas han optado por hacer exactamente lo que dicen que se hizo en el pasado, es decir, encubrir la realidad en la narraci?n de los hechos que son nuevos y que, precisamente, son oscurecidos en la narraci?n.
La "ca?da" de los 64, 8 millones de euros del cielo que presentan tiene, como se ha apuntado, su origen en Arabia Saud?, cuyo rey, seg?n Juan Carlos I, le envi? un regalo sin contrapartidas. Pero lo que hizo a continuaci?n Juan Carlos I es ocultar el dinero a la Hacienda de Espa?a.
Como bien dice el juez José Castro, que instruy? contra viento y marea el caso N?os, Juan Carlos I se sent?a por encima de la ley, él no se aplicaba aquello que predicaba en su discurso de Nochebuena de 2011 (“La justicia es igual para todos”) ni se sent?a aludido por las obligaciones fiscales (“Hacienda somos todos”).
En el documental aparece un extracto de segundos donde la periodista brit?nica Selina Scott le pregunta si como el resto de los espa?oles intenta no pagar impuestos. Juan Carlos I la mira: “No puedo decirlo”, r?e incomodo. Selina vuelve a la carga: “?Es importante que un rey pague impuestos? "Creo que s?”, dice el rey” no muy convencido. Y se acaba. Pero aquella pregunta ten?a su miga. Porque ella se?ala a Juan Carlos I: “Podr?a haberse librado diciendo que no”. Y él cierra: "S?. Pero después habr?a sufrido las consecuencias”.
Eso fue en 1992, 16 a?os antes de recibir el 8 de agosto de 2008 -una fecha clave omitida- cuando Juan Carlos I recibi? en su cuenta de la fundaci?n Lucum en el banco Mirabaud los 100 millones de d?lares desde Arabia Saud?.
Pero el documental se olvida de la batalla encarnizada por la apropiaci?n de los 100 millones de d?lares o 64,8 millones de euros entre Juan Carlos I y Corinna.
Y es que la donaci?n es una farsa desde el punto de vista de los objetivos de Juan Carlos I. Porque empieza a perseguir enseguida a Corinna para que le devuelva el dinero. Y para ello consigue convertir al n?cleo duro del CNI capitaneado por el general Félix Sanz Rold?n en un instrumento personal. Privado, vaya.
El Estado espa?ol
Porqué, como se pregunta ret?ricamente el juez Matthew Nicklin, a cargo de la demanda civil de Corinna en el Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales - por acoso, seguimiento ilegal y difamaci?n – en su sentencia del 24 de marzo de 2022 ?es posible que las entradas y registros en el domicilio y oficina de Corinna en M?naco sean actos oficiales del Estado espa?ol, como sostienen los abogados de Juan Carlos I? En ese caso, seg?n se?ala el juez, el Gobierno espa?ol "tendr? la oportunidad de dar un paso adelante y pedir al tribunal que aplique la inmunidad de Estado y declare que Juan Carlos I tiene inmunidad ante esos actos realizados entre 2012 y 2014".
Eso, l?gicamente, no va a ocurrir. Tampoco operaciones como el intento de la petrolera rusa Lukoil en hacerse con el control de la espa?ola Repsol merece una descripci?n correcta en la versi?n que se ofrece.
En noviembre de 2008, cuatro meses después de recibir los 100 millones de d?lares de Arabia Saud?, y empezar a gast?rselos, Juan Carlos pierde los complejos y hace una campa?a para que el Gobierno de José Luis Rodr?guez Zapatero abandere la operaci?n, aun cuando el ministro de Industria Miguel Sebasti?n se opone. Juan Carlos I persuade a Rodr?guez Zapatero y hace campa?a abierta a favor de la entrada de Lukoil.
Pero ?por qué? Es que Juan Carlos I es parte del tri?ngulo que espera sacar tajada de la operaci?n: él es el vértice y Corinna (asesora de Lukoil) y Allen Sanginés-Krause el amigo hispano-mexicano de Corinna (responsable del banco Goldman Sachs en Rusia), son sus socios. Y tienen expectativas en hacer grandes beneficios por intermediar en la jugada. Que fracasa. Pero nuestro rey se desmelena.
Los rumores sobre su muerte real que rezuma el documental, parafraseando al escritor norteamericano Mark Twain, son "demasiado" exagerados. Porque habr? que esperar a conocer lo que salga del juicio de Londres, sobre el cual la prensa en este pa?s no ha dado un duro…hasta que se ha enfrentado al elefante.
Y hablando de elefantes, ya es hora de saber que la foto de la noticia de la caza de elefantes que se asume fue filtrada por el general Sanz Rold?n en abril de 2012 -y que el documental exhibe- no es de esa fecha sino de 2006.
Y aunque el noviazgo iba viento en popa Corinna no fue a ese safari.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/nacional/documental-salvar-rey-operacion-encubrimiento-emerito-75583326)