الريــم
09-17-2022, 10:00 AM
"No imaginaba que, sin haberlo tenido, llegar?a a echarlo tanto de menos". Laura (nombre de ficticio) es una catalana de treinta y pocos a?os que, el marzo pasado, viaj? a Bruselas para abortaren el hospital p?blico universitario. Este centro recibe, cada a?o, a cerca de un centenar de mujeres que no pueden hacerlo en Espa?a. Laura estuvo acompa?ada, en todo momento, por Pablo (nombre ficticio), su pareja. Interrumpir el embarazo fue una de las decisiones m?s dif?ciles de la vida de ambos porque, insisten, quer?an tener al bebé. Pero, pasada la semana 22, los médicos vieron que algo no iba bien en el feto. Y, poco después, lleg? el diagn?stico: una malformaci?n grave y de pron?stico incierto.
La ley del aborto de Espa?a permite el aborto libre hasta la semana 14. A partir de ah? y hasta la 22, la mujer, para interrumpir el embarazo, necesita un informe médico que certifique que hay un grave riesgo para la vida o salud de la embarazada o anomal?as incompatibles con la vida. A partir de la semana 22, la embarazada necesita pasar por un comité cl?nico hospitalario, que es quien decide si puede o no abortar. Las mujeres en esta situaci?n quedan a expensas de lo que diga este comité.
La reciente reforma de esta ley sigue dejando en el limbo a este grupo de mujeres que, como Laura, que deciden abortar m?s all? de las 22 semanas porque el diagn?stico es tard?o pero también decisivo: el feto tiene una malformaci?n y su pron?stico vital, de nacer, es muy dudoso. Para estas mujeres empieza, a partir de aqu?, un duro periplo de viajes al extranjero (no solo a Bélgica, sino también a Francia o a Estados Unidos) para poder abortar. Son mujeres que se sienten abandonadas y desamparadas, a quienes la ley no protege. Mujeres que prefieren no mostrar su rostro ni decir, por ejemplo, en qué ciudad viven, por miedo a ser juzgadas, se?aladas o rechazadas. Y que, con frecuencia, necesitan terapia psicol?gica para superar el trauma.
M?s informaci?n (Auto)
http://placehold.it/175x100 T?tulo noticia (Auto)
"Alguien que aborta pasada la semana 22 es alguien que quiere a ese bebé. Te vas al extranjero a hacer algo que nunca habr?as querido", relata Laura, con la voz entrecortada. El diagn?stico les lleg? cuando no lo esperaban y la incertidumbre les pes? como una losa. El ginec?logo que los trat? en un hospital catal?n les dijo que pod?an ir a abortar a Bruselas o Francia, pero no les dio m?s informaci?n.
"Cuando empiezas a buscar el teléfono del hospital, te sientes como una delincuente", relata Laura. All?, con el mismo diagn?stico, no tuvieron "ning?n problema para abortar". La ley belga, como la francesa, es bastante parecida a la espa?ola, pero con un matiz: la mujer puede abortar cuando el feto tiene una anomal?a grave, sin necesidad de que esta sea incompatible con la vida.
"Desbarajuste emocional"
Laura y Pablo pudieron ser atendidos en Bruselas con la tarjeta sanitaria europea, gracias a la cual la intervenci?n en el extranjero les cost? solo 150 euros. La gesti?n fue r?pida. Enviaron los informes médicos al hospital un s?bado y el lunes siguiente les dieron cita. Laura recuerda el miedo y la angustia con la que subi? al avi?n.
Porque, aunque al principio el "miedo" de irse al extranjero y la ansiedad de llevar a cabo todos los tr?mites lo ocupaba todo, luego lleg? la dura realidad: asumir el "desbarajuste emocional" que le provoc? todo el proceso. "Creo que, si hubiera abortado aqu?, hubiera iniciado antes el duelo. Cuando est?s all? pierdes el sentido de la realidad porque, en el hospital, te tratan tan bien, que evitan que pienses en el tema", dice Laura. "Si la gente se piensa que es como ir a que te quiten un lunar, pues no". Desde entonces est? en terapia psicol?gica.
Encierro
"Hay en estas mujeres mucha angustia, incertidumbre y sufrimiento. Tienen una necesidad de acompa?amiento emocional que no se ofrece desde el sistema sanitario", cuenta Raquel G?mez, psic?loga de la Associaci?n de Derechos Sexuales y Reproductivos, entidad barcelonesa que acompa?a a las mujeres a nivel emocional e informativo para que decidan libremente sobre la interrupci?n del embarazo, ya sea en Espa?a o en otro pa?s. Tratan casos como el de Laura.
G?mez explica que muchas "se encierran en casa para que la gente no les pregunte c?mo va el embarazo". En el caso de quienes abortan en el extranjero, el dolor se multiplica porque "todo es m?s complicado", deben "hacer gestiones", "irse fuera". Adem?s, deben tener dinero para pag?rselo.
Laura est? agradecida al todo el equipo médico que la atendi? en Bruselas. No quiere dar su nombre, pero s? quiere hacer p?blico su caso para que m?s mujeres en su situaci?n sepan que tienen salida. A todas ellas les manda un mensaje: "Que no sufran por tener que abortar fuera [en Bruselas]. All? estar?n bien cuidadas y tratadas".
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedadpanola-extranjero-abortar-senti-delincuente-75547818)
La ley del aborto de Espa?a permite el aborto libre hasta la semana 14. A partir de ah? y hasta la 22, la mujer, para interrumpir el embarazo, necesita un informe médico que certifique que hay un grave riesgo para la vida o salud de la embarazada o anomal?as incompatibles con la vida. A partir de la semana 22, la embarazada necesita pasar por un comité cl?nico hospitalario, que es quien decide si puede o no abortar. Las mujeres en esta situaci?n quedan a expensas de lo que diga este comité.
La reciente reforma de esta ley sigue dejando en el limbo a este grupo de mujeres que, como Laura, que deciden abortar m?s all? de las 22 semanas porque el diagn?stico es tard?o pero también decisivo: el feto tiene una malformaci?n y su pron?stico vital, de nacer, es muy dudoso. Para estas mujeres empieza, a partir de aqu?, un duro periplo de viajes al extranjero (no solo a Bélgica, sino también a Francia o a Estados Unidos) para poder abortar. Son mujeres que se sienten abandonadas y desamparadas, a quienes la ley no protege. Mujeres que prefieren no mostrar su rostro ni decir, por ejemplo, en qué ciudad viven, por miedo a ser juzgadas, se?aladas o rechazadas. Y que, con frecuencia, necesitan terapia psicol?gica para superar el trauma.
M?s informaci?n (Auto)
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"Alguien que aborta pasada la semana 22 es alguien que quiere a ese bebé. Te vas al extranjero a hacer algo que nunca habr?as querido", relata Laura, con la voz entrecortada. El diagn?stico les lleg? cuando no lo esperaban y la incertidumbre les pes? como una losa. El ginec?logo que los trat? en un hospital catal?n les dijo que pod?an ir a abortar a Bruselas o Francia, pero no les dio m?s informaci?n.
"Cuando empiezas a buscar el teléfono del hospital, te sientes como una delincuente", relata Laura. All?, con el mismo diagn?stico, no tuvieron "ning?n problema para abortar". La ley belga, como la francesa, es bastante parecida a la espa?ola, pero con un matiz: la mujer puede abortar cuando el feto tiene una anomal?a grave, sin necesidad de que esta sea incompatible con la vida.
"Desbarajuste emocional"
Laura y Pablo pudieron ser atendidos en Bruselas con la tarjeta sanitaria europea, gracias a la cual la intervenci?n en el extranjero les cost? solo 150 euros. La gesti?n fue r?pida. Enviaron los informes médicos al hospital un s?bado y el lunes siguiente les dieron cita. Laura recuerda el miedo y la angustia con la que subi? al avi?n.
Porque, aunque al principio el "miedo" de irse al extranjero y la ansiedad de llevar a cabo todos los tr?mites lo ocupaba todo, luego lleg? la dura realidad: asumir el "desbarajuste emocional" que le provoc? todo el proceso. "Creo que, si hubiera abortado aqu?, hubiera iniciado antes el duelo. Cuando est?s all? pierdes el sentido de la realidad porque, en el hospital, te tratan tan bien, que evitan que pienses en el tema", dice Laura. "Si la gente se piensa que es como ir a que te quiten un lunar, pues no". Desde entonces est? en terapia psicol?gica.
Encierro
"Hay en estas mujeres mucha angustia, incertidumbre y sufrimiento. Tienen una necesidad de acompa?amiento emocional que no se ofrece desde el sistema sanitario", cuenta Raquel G?mez, psic?loga de la Associaci?n de Derechos Sexuales y Reproductivos, entidad barcelonesa que acompa?a a las mujeres a nivel emocional e informativo para que decidan libremente sobre la interrupci?n del embarazo, ya sea en Espa?a o en otro pa?s. Tratan casos como el de Laura.
G?mez explica que muchas "se encierran en casa para que la gente no les pregunte c?mo va el embarazo". En el caso de quienes abortan en el extranjero, el dolor se multiplica porque "todo es m?s complicado", deben "hacer gestiones", "irse fuera". Adem?s, deben tener dinero para pag?rselo.
Laura est? agradecida al todo el equipo médico que la atendi? en Bruselas. No quiere dar su nombre, pero s? quiere hacer p?blico su caso para que m?s mujeres en su situaci?n sepan que tienen salida. A todas ellas les manda un mensaje: "Que no sufran por tener que abortar fuera [en Bruselas]. All? estar?n bien cuidadas y tratadas".
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