الريــم
09-16-2022, 10:13 PM
Joy Williams es una escritora extra?a. A ella le gusta m?s el adjetivo ‘retorcida’. Sus libros desde luego lo son, muy raros. Historias que se desarrollan en la América rural, muy apegados a la naturaleza, contados con un lenguaje poderoso y entrecortado sembrado de onomatopeyas con personajes que caminan como a oscuras en un mundo irreal. Williams (78 a?os) no hace ciencia ficci?n, pero utiliza las armas narrativas de ese género para sorprender al lector con un estilo que solo le pertenece a ella. Es como si Raymond Carver se hubiera tomado un tripi. Es una autora muy respetada que merecer?a ser m?s le?da.
Cerrar una entrevista con Williams no es f?cil porque es uno de esos pocos seres -quiz? felices- que se pueden dar el gustazo de olvidar que estamos en el siglo XXI, que existen los ordenadores, las redes sociales, el zoom o el correo electr?nico. A ella no le afecta. As? que el m?vil con el que responde a esta entrevista no es suyo, lo ha pedido prestado. Se encuentra en Nantucket, en la costa de Massachusett, la ciudad de la que parti? el Essex, el barco que colision? con Moby Dick, la ballena blanca. Y el dato se revela como significativo. Hay mucho de sagrado en la prosa de Herman Melville y en la de Williams.
Sea como sea, Williams que ha llevado hasta all? a sus dos perros pastores en la furgoneta con la que se ha paseado por todo el pa?s, se encuentra muy lejos de Tucson, donde reside su hija y ella algunos meses al a?o y es lo m?s m?s parecido a lo que el resto de los humanos llamamos hogar. “Mi pick-up ha recorrido ya unas 300.000 millas, mis perros y yo hemos viajado por todo el pa?s, as? que s? tengo que aceptar que soy una n?mada”, explica con voz amabil?sima pese a que se trasluce que esto de las entrevistas es un tramite que acepta con elegancia y alegr?a.
https://uc-4u.com/clip/65f7498a-8b5a-49ec-976a-3543ec0ea123_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Joy Williams. |
La singularidad de Williams puede medirse por el hecho de que ni siquiera el paso del tiempo es igual para ella que para el resto de los humanos. As? zanja la cuesti?n de los 20 a?os transcurridos desde su ?ltima y muy memorable novela, 'Los vivos y los muertos', que public? Alpha Decay en castellano hace algunos a?os, una especie de ‘Pedro P?ramo’ a la americana que fue finalista al Pulitzer y 'La rastra' (Seix Barral), su nuevo trabajo y actual aportaci?n a la literatura postapocal?ptica.
“El tiempo pasa volando y yo no me percibo exactamente como novelista [muchos cr?ticos est?n de acuerdo en que lo mejor de Williams se encuentra en sus relatos] as? que no me preocupaba demasiado. La mayor?a de los novelistas sacan una novela cada dos o tres a?os pero a m? no me salen a esa velocidad. Mientras tanto no he dejado de escribir ensayos y un volumen de 99 microrelatos”, explica.
Advertir con un ensayo
‘La rastra’, t?tulo que procede de un instrumento para arar la tierra, parece un libro l?gico en la trayectoria de una autora, gran amante de los animales y muy comprometida con la salvajguarda de la naturaleza. De hecho, en el 2001 ya escribi? 'III Nature', un ensayo advertencia de c?mo nos est?bamos, y nos estamos, comportando frente a la emergencia clim?tica. Esa inquietud se ha trasladado a la novela con no poco humor. Pero donde otros hablan del miedo ante el fin del mundo tal y c?mo lo conoc?amos, Williams dibuja un horizonte en el que la humanidad se ha conformado con una vida miserable. “Hist?ricamente los hombres se han adaptado a todo, as? que por qué no van a hacerlo frente a una naturaleza destruida. Lo hemos visto con el covid, todo el mundo dec?a que nos iba a transformar, que ya nada volver?a a ser lo mismo, y aqu? estamos, ahora hablamos m?s de esas se?ales que nos manda la naturaleza y compramos coches eléctricos, pero en el fondo tampoco hemos cambiado tanto”.
https://uc-4u.com/clip/1af07256-8b5c-48bb-9495-90987e1182d5_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg La escritora Joy Williams. | EPC
Hija de un ministro de la Iglesia congregacionista, Williams da mucho valor a esa herencia espiritual en su formaci?n. Ella suele acudir todav?a habitualmente a los oficios religiosos, quiz? porque que le hacen regresar a una infancia vivida entre himnos y sermones. “Creo que la Biblia y los sermones de mi padre en cierta forma alimentan gran parte de mi trabajo. La fe es un misterio y creo que est? en el centro de mi literatura”.
Nada intelectual
La religi?n es, adem?s, una clave secreta para establecer puentes entre el mundo de los vivos y el de los muertos y sobre todo un método intuitivo para tensar la realidad porque Williams no se percibe como una intelectual, de ah? que las situaciones de su novelas oscilen entre la tragedia y la ridiculez. Y ah? tienen a la protagonista, la adolescente Khristen, que muri? brevemente cuando era un bebé, o eso cree firmemente su madre. Es muy posible que siga muerta y todo la atm?sfera de la historia se explique por el hecho de que en realidad ese mundo es una especie de infierno o m?s bien, un mundo intermedio entre el m?s all? y la realidad. “Creo que en eso, en una especie de limbo, hemos convertido nuestra Tierra preciosa”, remacha Williams.
No quiere o?r hablar de ordenadores, le basta y sobra con su maquina de escribir Corona, mec?nica y port?til, de los a?os 50. “Es muy buena nunca me ha fallado, y aunque a veces me preguntan si el ritmo de una m?quina mec?nica establece de alguna forma el ritmo de la escritura, si es mejor que escribir en un ordenador, pero no puedo responder a ello, porque jam?s he utilizado uno”.
As? es Williams, la m?s excéntrica de la literatura estadounidense. Un escritor que acab? siendo su amigo se sorprendi? de encontrar a alguien tan c?lido y divertido como ella cuando esperaba a alguien mucho m?s extra?o. No lo es en absoluto la voz que se despide al otro lado de la l?nea en Nantucket.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/cultura/joy-williams-escritora-retorcida-extrana-75537239)
Cerrar una entrevista con Williams no es f?cil porque es uno de esos pocos seres -quiz? felices- que se pueden dar el gustazo de olvidar que estamos en el siglo XXI, que existen los ordenadores, las redes sociales, el zoom o el correo electr?nico. A ella no le afecta. As? que el m?vil con el que responde a esta entrevista no es suyo, lo ha pedido prestado. Se encuentra en Nantucket, en la costa de Massachusett, la ciudad de la que parti? el Essex, el barco que colision? con Moby Dick, la ballena blanca. Y el dato se revela como significativo. Hay mucho de sagrado en la prosa de Herman Melville y en la de Williams.
Sea como sea, Williams que ha llevado hasta all? a sus dos perros pastores en la furgoneta con la que se ha paseado por todo el pa?s, se encuentra muy lejos de Tucson, donde reside su hija y ella algunos meses al a?o y es lo m?s m?s parecido a lo que el resto de los humanos llamamos hogar. “Mi pick-up ha recorrido ya unas 300.000 millas, mis perros y yo hemos viajado por todo el pa?s, as? que s? tengo que aceptar que soy una n?mada”, explica con voz amabil?sima pese a que se trasluce que esto de las entrevistas es un tramite que acepta con elegancia y alegr?a.
https://uc-4u.com/clip/65f7498a-8b5a-49ec-976a-3543ec0ea123_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg Joy Williams. |
La singularidad de Williams puede medirse por el hecho de que ni siquiera el paso del tiempo es igual para ella que para el resto de los humanos. As? zanja la cuesti?n de los 20 a?os transcurridos desde su ?ltima y muy memorable novela, 'Los vivos y los muertos', que public? Alpha Decay en castellano hace algunos a?os, una especie de ‘Pedro P?ramo’ a la americana que fue finalista al Pulitzer y 'La rastra' (Seix Barral), su nuevo trabajo y actual aportaci?n a la literatura postapocal?ptica.
“El tiempo pasa volando y yo no me percibo exactamente como novelista [muchos cr?ticos est?n de acuerdo en que lo mejor de Williams se encuentra en sus relatos] as? que no me preocupaba demasiado. La mayor?a de los novelistas sacan una novela cada dos o tres a?os pero a m? no me salen a esa velocidad. Mientras tanto no he dejado de escribir ensayos y un volumen de 99 microrelatos”, explica.
Advertir con un ensayo
‘La rastra’, t?tulo que procede de un instrumento para arar la tierra, parece un libro l?gico en la trayectoria de una autora, gran amante de los animales y muy comprometida con la salvajguarda de la naturaleza. De hecho, en el 2001 ya escribi? 'III Nature', un ensayo advertencia de c?mo nos est?bamos, y nos estamos, comportando frente a la emergencia clim?tica. Esa inquietud se ha trasladado a la novela con no poco humor. Pero donde otros hablan del miedo ante el fin del mundo tal y c?mo lo conoc?amos, Williams dibuja un horizonte en el que la humanidad se ha conformado con una vida miserable. “Hist?ricamente los hombres se han adaptado a todo, as? que por qué no van a hacerlo frente a una naturaleza destruida. Lo hemos visto con el covid, todo el mundo dec?a que nos iba a transformar, que ya nada volver?a a ser lo mismo, y aqu? estamos, ahora hablamos m?s de esas se?ales que nos manda la naturaleza y compramos coches eléctricos, pero en el fondo tampoco hemos cambiado tanto”.
https://uc-4u.com/clip/1af07256-8b5c-48bb-9495-90987e1182d5_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg La escritora Joy Williams. | EPC
Hija de un ministro de la Iglesia congregacionista, Williams da mucho valor a esa herencia espiritual en su formaci?n. Ella suele acudir todav?a habitualmente a los oficios religiosos, quiz? porque que le hacen regresar a una infancia vivida entre himnos y sermones. “Creo que la Biblia y los sermones de mi padre en cierta forma alimentan gran parte de mi trabajo. La fe es un misterio y creo que est? en el centro de mi literatura”.
Nada intelectual
La religi?n es, adem?s, una clave secreta para establecer puentes entre el mundo de los vivos y el de los muertos y sobre todo un método intuitivo para tensar la realidad porque Williams no se percibe como una intelectual, de ah? que las situaciones de su novelas oscilen entre la tragedia y la ridiculez. Y ah? tienen a la protagonista, la adolescente Khristen, que muri? brevemente cuando era un bebé, o eso cree firmemente su madre. Es muy posible que siga muerta y todo la atm?sfera de la historia se explique por el hecho de que en realidad ese mundo es una especie de infierno o m?s bien, un mundo intermedio entre el m?s all? y la realidad. “Creo que en eso, en una especie de limbo, hemos convertido nuestra Tierra preciosa”, remacha Williams.
No quiere o?r hablar de ordenadores, le basta y sobra con su maquina de escribir Corona, mec?nica y port?til, de los a?os 50. “Es muy buena nunca me ha fallado, y aunque a veces me preguntan si el ritmo de una m?quina mec?nica establece de alguna forma el ritmo de la escritura, si es mejor que escribir en un ordenador, pero no puedo responder a ello, porque jam?s he utilizado uno”.
As? es Williams, la m?s excéntrica de la literatura estadounidense. Un escritor que acab? siendo su amigo se sorprendi? de encontrar a alguien tan c?lido y divertido como ella cuando esperaba a alguien mucho m?s extra?o. No lo es en absoluto la voz que se despide al otro lado de la l?nea en Nantucket.
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