الريــم
09-10-2022, 09:20 PM
Para poder tatuar en el escroto, necesitaron a tres personas. Solo era un smiley, el esquem?tico dibujo de un rostro sonriente, pero una superficie tan inestable requer?a ese despliegue para estirar la piel. "Uno levantaba, otro limpiaba y otro tatuaba", bromea Joan Ferrer.
Es la petici?n m?s extra?a que han recibido "hasta el momento" en EZK8, la tienda de skateboard y estudio de tatuaje de la calle Extremadura de Vila. Este fin de semana se han trasladado con cuatro de sus tatuadores habituales al Palacio de Congresos de Santa Eulària para la III edici?n de la Ibiza Tattoo Convention. Adem?s, en la zona exterior, Ferrer ha instalado un punto de venta de tablas y ropa. "El sitio es incre?ble, porque la parte de fuera se aprovecha para salir a descansar y tomar algo", destaca.
Tras dos convenciones en el Hard Rock Hotel, en 2018 y 2019, la organizaci?n del evento ha apostado este a?o por un espacio m?s amplio y con un programa de actividades abiertas al p?blico general en el aparcamiento, mientras que la entrada para acceder a la zona de tatuajes cuesta diez euros.
Salto cualitativo
"El par?n del covid nos ha ayudado mucho, porque, en vez de rendirnos, hemos querido ir a m?s y esta edici?n es mucho m?s ambiciosa", apunta Unai Berbel, uno de los miembros de la organizaci?n, Ibiza Culture. En colaboraci?n con Fun and Trucks y el Ayuntamiento de Santa Eulària, durante todo el fin de semana se ofrecer?n conciertos y actuaciones en el parquin, donde también se ha habilitado una zona infantil, barras y varios puestos de comida.
En total, participan 120 tatuadores, frente a los 90 de las dos convenciones anteriores. Entre la representaci?n internacional, se encuentran participantes de México, Argentina, Estados Unidos, Inglaterra y, especialmente, Italia. "Pero los artistas locales no tienen nada que envidiar a los de fuera. Es impresionante que, siendo una isla, haya este nivel tan alto de tatuaje", valora Berbel.
Al final de cada una de las tres jornadas, se conceder?n premios a los dos mejores trabajos en los diferentes estilos de tatuaje, as? como al mejor del d?a. Ma?ana domingo, adem?s de estas mismas distinciones, se conceder? también el m?s destacado de toda la convenci?n.
Pese a todo el ajetreo que se percibe en la primera ma?ana de este certamen, en el que los miembros de la organizaci?n se multiplican para ultimar todos los preparativos, Berbel conf?a en que tendr? tiempo de decorarse el cuerpo de nuevo durante este fin de semana. "Siempre busco un hueco, porque los que somos adictos a la tinta pasamos envidia cuando vemos a los otros", confiesa.
Con 19 a?os, se anim? con su primer tatuaje. "Empecé muy fuerte, sin pensar en el dolor, y me hice el pecho entero. No es para que nadie lo vea, sino que tiene un significado especial para m?. No solo es un arte decorativo, sino que va vinculado a tu personalidad, por eso mucha gente elige tatuajes que representan algo que les da fuerza. Yo respeto mucho si alguien se pone el s?mbolo de infinito, pero cuando ves millones de personas con un mismo tatuaje, pienso que no todos somos iguales y que es mejor algo que te diferencie", relata Berbel.
El pionero
Entre los tres miembros del jurado, destaca Mao, el primero que abri? un estudio de tatuaje en Espa?a. ?l se cri? en Morges, un pueblo junto a Lausana. Con sus amigos moteros recorri? ciudades como ?msterdam, Rotterdam o Amberes a ver c?mo se tatuaba. "Yo iba de paquete, porque a?n no ten?a moto".
Poco antes de los 18, vio ‘More’, la m?tica pel?cula de Barbet Schoreder rodada en Ibiza. Decidi? conocer la isla, aunque fuera haciendo autoestop desde Suiza hasta Alicante, donde ten?a familia. Su t?o, que trabajaba en una naviera, lo col? en la cabina del ferri y aqu? se plant?.
En 1980, habilit? un espacio en un chalé de Cala Llonga para tatuar, aunque abri? el primer estudio propiamente dicho en 1982, junto a la base naval de Rota. A?os después, se traslad? junto a otra base militar estadounidense, la de Cartagena.
"Los militares americanos ped?an cosas muy b?sicas, como ?guilas o dragones. Pero, sobre todo, lo que m?s quer?an era lo que llam?bamos americanadas: barcos de guerra, su bandera o una ?guila arrojando una bomba con un dibujo de ‘souvenir de los USA’", recuerda entre risas. "Me harté de lo militar y me mudé a Madrid".
Desde entonces, su estudio de Malasa?a ha sido uno de los grandes referentes del tatuaje en Espa?a. No ha decorado nunca ning?n escroto, pero s? una vagina. "Era una pareja que practicaba sadomasoquismo. Le puse unos anillos a la mujer [también se dedica al piercing] y un tatuaje como que pertenec?a a ese hombre", detalla.
Durante a?os, Mao ha compatibilizado su sede en la Pen?nsula con sus veranos en Ibiza, donde también abri? un estudio en la calle de la Virgen. Al igual que él, numerosos j?venes tatuadores siguen acudiendo a Ibiza a hacer la temporada, como Natalia Zapata, de Nati Tattoos. Ahora aprovecha que a?n no ha llegado su cliente, que se traslada expresamente desde Alicante, para acabar el dise?o en una tableta.
La barcelonesa Carla Mas, de Unreflecting Mirror Tattoo, también pasa su primera temporada en la isla. Su cat?logo sorprende por el uso del rojo y negro, con dise?os org?nicos que juegan con la columna vertebral o las costillas.
"Mi estilo es industrial, un poco oscuro. La verdad es que cuesta un poco llegar a los turistas, pero la gente que de aqu? que me va conociendo y ya va pidiendo cosas", apunta. De hecho, ya tiene cita reservada con tres clientes y dedicar? la convenci?n a tatuar una espalda, un brazo y una mano.
أكثر... (https://www.sport.es/es/noticias/sociedad/ibiza-tattoo-convention-convertir-piel-75275134)
Es la petici?n m?s extra?a que han recibido "hasta el momento" en EZK8, la tienda de skateboard y estudio de tatuaje de la calle Extremadura de Vila. Este fin de semana se han trasladado con cuatro de sus tatuadores habituales al Palacio de Congresos de Santa Eulària para la III edici?n de la Ibiza Tattoo Convention. Adem?s, en la zona exterior, Ferrer ha instalado un punto de venta de tablas y ropa. "El sitio es incre?ble, porque la parte de fuera se aprovecha para salir a descansar y tomar algo", destaca.
Tras dos convenciones en el Hard Rock Hotel, en 2018 y 2019, la organizaci?n del evento ha apostado este a?o por un espacio m?s amplio y con un programa de actividades abiertas al p?blico general en el aparcamiento, mientras que la entrada para acceder a la zona de tatuajes cuesta diez euros.
Salto cualitativo
"El par?n del covid nos ha ayudado mucho, porque, en vez de rendirnos, hemos querido ir a m?s y esta edici?n es mucho m?s ambiciosa", apunta Unai Berbel, uno de los miembros de la organizaci?n, Ibiza Culture. En colaboraci?n con Fun and Trucks y el Ayuntamiento de Santa Eulària, durante todo el fin de semana se ofrecer?n conciertos y actuaciones en el parquin, donde también se ha habilitado una zona infantil, barras y varios puestos de comida.
En total, participan 120 tatuadores, frente a los 90 de las dos convenciones anteriores. Entre la representaci?n internacional, se encuentran participantes de México, Argentina, Estados Unidos, Inglaterra y, especialmente, Italia. "Pero los artistas locales no tienen nada que envidiar a los de fuera. Es impresionante que, siendo una isla, haya este nivel tan alto de tatuaje", valora Berbel.
Al final de cada una de las tres jornadas, se conceder?n premios a los dos mejores trabajos en los diferentes estilos de tatuaje, as? como al mejor del d?a. Ma?ana domingo, adem?s de estas mismas distinciones, se conceder? también el m?s destacado de toda la convenci?n.
Pese a todo el ajetreo que se percibe en la primera ma?ana de este certamen, en el que los miembros de la organizaci?n se multiplican para ultimar todos los preparativos, Berbel conf?a en que tendr? tiempo de decorarse el cuerpo de nuevo durante este fin de semana. "Siempre busco un hueco, porque los que somos adictos a la tinta pasamos envidia cuando vemos a los otros", confiesa.
Con 19 a?os, se anim? con su primer tatuaje. "Empecé muy fuerte, sin pensar en el dolor, y me hice el pecho entero. No es para que nadie lo vea, sino que tiene un significado especial para m?. No solo es un arte decorativo, sino que va vinculado a tu personalidad, por eso mucha gente elige tatuajes que representan algo que les da fuerza. Yo respeto mucho si alguien se pone el s?mbolo de infinito, pero cuando ves millones de personas con un mismo tatuaje, pienso que no todos somos iguales y que es mejor algo que te diferencie", relata Berbel.
El pionero
Entre los tres miembros del jurado, destaca Mao, el primero que abri? un estudio de tatuaje en Espa?a. ?l se cri? en Morges, un pueblo junto a Lausana. Con sus amigos moteros recorri? ciudades como ?msterdam, Rotterdam o Amberes a ver c?mo se tatuaba. "Yo iba de paquete, porque a?n no ten?a moto".
Poco antes de los 18, vio ‘More’, la m?tica pel?cula de Barbet Schoreder rodada en Ibiza. Decidi? conocer la isla, aunque fuera haciendo autoestop desde Suiza hasta Alicante, donde ten?a familia. Su t?o, que trabajaba en una naviera, lo col? en la cabina del ferri y aqu? se plant?.
En 1980, habilit? un espacio en un chalé de Cala Llonga para tatuar, aunque abri? el primer estudio propiamente dicho en 1982, junto a la base naval de Rota. A?os después, se traslad? junto a otra base militar estadounidense, la de Cartagena.
"Los militares americanos ped?an cosas muy b?sicas, como ?guilas o dragones. Pero, sobre todo, lo que m?s quer?an era lo que llam?bamos americanadas: barcos de guerra, su bandera o una ?guila arrojando una bomba con un dibujo de ‘souvenir de los USA’", recuerda entre risas. "Me harté de lo militar y me mudé a Madrid".
Desde entonces, su estudio de Malasa?a ha sido uno de los grandes referentes del tatuaje en Espa?a. No ha decorado nunca ning?n escroto, pero s? una vagina. "Era una pareja que practicaba sadomasoquismo. Le puse unos anillos a la mujer [también se dedica al piercing] y un tatuaje como que pertenec?a a ese hombre", detalla.
Durante a?os, Mao ha compatibilizado su sede en la Pen?nsula con sus veranos en Ibiza, donde también abri? un estudio en la calle de la Virgen. Al igual que él, numerosos j?venes tatuadores siguen acudiendo a Ibiza a hacer la temporada, como Natalia Zapata, de Nati Tattoos. Ahora aprovecha que a?n no ha llegado su cliente, que se traslada expresamente desde Alicante, para acabar el dise?o en una tableta.
La barcelonesa Carla Mas, de Unreflecting Mirror Tattoo, también pasa su primera temporada en la isla. Su cat?logo sorprende por el uso del rojo y negro, con dise?os org?nicos que juegan con la columna vertebral o las costillas.
"Mi estilo es industrial, un poco oscuro. La verdad es que cuesta un poco llegar a los turistas, pero la gente que de aqu? que me va conociendo y ya va pidiendo cosas", apunta. De hecho, ya tiene cita reservada con tres clientes y dedicar? la convenci?n a tatuar una espalda, un brazo y una mano.
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